Ingeniera informática de formación, María José Talavera contribuye a engrosar la todavía insuficiente lista de referentes en la que pueden verse reflejadas las niñas que se enamoren de las disciplinas STEM. La directora general de VMware en territorio ibérico recuerda que hay tan solo un 18 % de mujeres matriculadas en estas materias. “Sigue sin haber suficientes referentes en los que proyectarse; tanto con visibilidad pública como en el entorno próximo”. La directiva explica que es importante ampliar el número de mujeres en puestos de responsabilidad en cualquier sector. “Sin embargo, las habilidades STEM garantizan más incidencia en el cambio, puesto que desde la transformación digital el mundo se renueva a mejor, hacia un modelo más sostenible e inclusivo”.
Según los datos del informe “Women in business 2021″ elaborado por Grant Thornton la cifra de mujeres directivas en España se sitúa en el 34% por segundo año consecutivo. Un estancamiento que se produce tras una evolución positiva en los últimos dos años, en los que pasó del 27 al 30 % en 2019 y del 30 al 34 % en 2020. ¿Qué explica este estancamiento? ¿Qué barreras persisten para conseguir el acceso de las mujeres a más puestos directivos?
Las ideas preconcebidas sobre los requisitos para llegar a lo más alto en las empresas es probablemente uno de los mayores obstáculos que debe afrontar una mujer, del mismo modo que la conciliación de la vida familiar con las exigencias de cada puesto. Hay demasiados estereotipos de género como, por ejemplo, la existencia de una cultura empresarial que asume que la mujer no puede comprometerse como el hombre.
Dar visibilidad a modelos que responden a una buena conciliación es clave. Hace poco, en una conversación, surgía el tema de la cada vez mayor masculinización de las mujeres directivas, como si la única manera de llegar fuera intentando convertirse en un hombre, cayendo en sus mismos errores.
El mayor error es pensar que la conciliación es cosa de la mujer
La visibilidad de ejemplos, tanto de mujeres como de hombres, que adoptan un estilo de liderazgo empático y conciliador, ayuda a que las nuevas generaciones se proyecten en el futuro y puedan ver que esto es factible sin renunciar a un espacio personal que puede llegar a convertirse en una familia con hijos, o en cualquier otro modo de vida, pero siempre digno.
El mayor error es pensar que la conciliación es cosa de la mujer. El cambio empieza por nosotros mismos; no debemos decir “la sociedad debe cambiar”, no debemos pensar en entes abstractos, debemos empezar a mirarnos a nosotros mismos y actuar en consecuencia. Las personas hacen sociedad y empresa, y no al contrario.
Echando un vistazo al sector TIC, menos del 30 % de sus profesionales son mujeres en España. Según un estudio de Kaspersky, el 41 % de estas mujeres españolas cree que los efectos de la pandemia de la covid-19 ha supuesto un retraso en su desarrollo profesional. Incluso 4 de cada 10 reconoce que ha hecho un gran esfuerzo por conciliar el trabajo y la vida familiar desde marzo de 2020. ¿Cuál es su visión de lo que ha pasado en España en el último año? El teletrabajo, ¿no debería ser una de las vías para alcanzar la igualdad por sus ventajas para conciliar?
Desgraciadamente, aunque el teletrabajo es una de las mejores vías para facilitar la conciliación, y ha habido y está habiendo teletrabajo durante la pandemia, se ha vuelto a caer en el estereotipo sobre las mujeres y cómo estas, en su mayoría, deben responsabilizarse del cuidado de la familia. Una realidad que las ha llevado a jornadas infinitas, no exentas de presión y de estrés, por la urgencia de atender a una familia en situación precaria, así como a la pérdida de oportunidades laborales.
Aunque el teletrabajo es una de las mejores vías para facilitar la conciliación, y ha habido y está habiendo teletrabajo durante la pandemia, se ha vuelto a caer en el estereotipo sobre las mujeres
Los nuevos desafíos a raíz de la covid-19 han obligado a adaptarnos a nuevos hábitos laborales, a modelos en los que “ir a trabajar” no equivalga a “acudir a la oficina”. Ahora se debe adoptar una cultura y un enfoque de liderazgo que promueva una nueva modalidad basada en una plataforma digital segura y en la confianza y el compromiso de los empleados. Esto provocará, como ya estamos observando, beneficios tangibles para todos en términos de productividad.
Pero la empresa no lo es todo; para que la conciliación se vea beneficiada por el teletrabajo hay que considerar un reparto de tareas equitativas en casa. De no ser así, agravamos el problema, puesto que la presión recae por completo en la mujer.
El segmento TIC, lógicamente, debe trabajar para que cada vez sean más las niñas que amen las STEM. Sin embargo, ¿no debería ser lo más importante desvincular la educación de los prejuicios de género, asegurando que las niñas eligieran con libertad, sea STEM o no STEM su elección? Para la lucha por conseguir la igualdad, ¿sería más importante, por ejemplo, conseguir la paridad en el Consejo de Administración de una empresa TIC (o en un banco) que en la RAE o al frente de un periódico?
Hay sólo un 18 % de matriculaciones de mujeres en carreras STEM porque sigue sin haber suficientes referentes en los que proyectarse; tanto con visibilidad pública como en el entorno próximo. La mejor manera de incrementar ese paupérrimo 18 % es dar visibilidad a los referentes de una manera humana, es decir, desmitificando; ampliar la oferta de formación tanto en grados como en el número de centros, y compartiendo la evolución del mercado laboral y las necesidades a futuro del mismo, que pasan claramente por habilidades STEM.
Pero sí, estoy de acuerdo, es importante ampliar el número de mujeres en puestos de responsabilidad, en general, lo que ocurre es que las habilidades STEM garantizan más incidencia en el cambio puesto que desde la transformación digital el mundo se renueva a mejor, hacia un modelo más sostenible e inclusivo.