IDC ha lanzado una alerta sobre las consecuencias económicas de los nuevos aranceles comerciales impuestos a nivel global, anticipando un escenario de creciente incertidumbre que ya está afectando al gasto en tecnología de la información (TI) y acelerando una transformación en las cadenas de suministro del sector.
Según su última revisión de previsiones, IDC estima que el crecimiento del gasto global en TI podría situarse entre el 5 % y el 9 % en 2025, una cifra revisada a la baja debido al clima de inestabilidad provocado por las medidas arancelarias. En regiones como América del Norte, la incertidumbre regulatoria ya ha llevado a una disminución del gasto tecnológico proyectado, según su informe “Black Book”.
Crawford Del Prete, presidente de IDC, considera que los consumidores notarán el impacto de forma directa. “Es probable que aumenten los precios de productos tecnológicos populares como iPhones y auriculares. También podríamos ver un alza colateral en los precios de ordenadores personales debido a los problemas de abastecimiento de componentes”. Asimismo, prevé retrasos en los lanzamientos de nuevos productos y una menor variedad de opciones disponibles.
Además del impacto en el consumo, los analistas de IDC señalan que la inversión en infraestructura tecnológica también podría desacelerarse, especialmente en áreas como servidores y centros de datos. Esto podría tener efectos secundarios en el rendimiento de los servicios digitales y en la disponibilidad de nuevas funcionalidades para usuarios y empresas.
A largo plazo, IDC anticipa una transformación estructural en las cadenas de suministro tecnológicas. Las empresas podrían rediseñar por completo sus modelos logísticos y de aprovisionamiento, desplazando operaciones a nuevos países y regiones menos expuestas a conflictos comerciales. Esta reconfiguración no solo afectará a los flujos de productos, sino que también podría redistribuir el mapa de inversión global en tecnología.
En este contexto, los expertos de IDC recomiendan a los proveedores tecnológicos reevaluar sus estrategias comerciales y de producción para adaptarse a esta nueva realidad. “El caos y la incertidumbre actuales representan una oportunidad para reposicionarse estratégicamente”, afirma Stephen Minton, vicepresidente de datos y análisis en IDC. La clave, concluyen, estará en la capacidad de las empresas para anticiparse y adaptarse a los cambios antes de que se consoliden.