4.000 alumnos y más de 600 profesores, repartidos en 108 aulas de 34 centros educativos españoles, son los números que avalan los cinco años que lleva en marcha el proyecto Samsung Smart School. Una iniciativa que, como recordó Celestino García, vicepresidente corporativo de la multinacional, no solo señala lo importante que es la educación en la estrategia de Samsung, sino también el papel, esencial, que la colaboración público-privada tiene en el desarrollo educativo. “Sin ella no hay progreso”, señaló. “Las TI y la educación deben integrarse y entenderse para que las primeras tengan un impacto positivo en el desarrollo educativo; como así ha sido en estos cinco años”.
La marca ha destinado 6 millones de euros a este proyecto que ha contado con la colaboración del Ministerio de Educación y Formación Profesional, destinado a los alumnos de 5º y 6º de Educación Primaria. Para evaluar los resultados concretos que ha tenido la implantación de la tecnología en estos centros, Samsung ha llevado a cabo un informe para medir los progresos de los alumnos (la muestra se ha hecho sobre 662 niños) en tres habilidades claves: comunicación lingüística, competencia digital y aprender a aprender. “Vivimos en un entorno muy cambiante y complejo, y los niños deben formarse en estas habilidades, que son claves para hacer frente a las exigencias de un mercado laboral muy diferente”, explicó Mar Camacho, doctora en Tecnología Educativa y responsable del estudio. Al cabo de dos años, la mejora de los alumnos ha sido clara en este trío de habilidades: se ha incrementado en un 13 % la competencia lingüística, un 14 % en la que señala la capacidad de “aprender a aprender” y un 24 % en la competencia digital. “Las niñas han obtenido mayores mejoras que los niños en todas las competencias”, señaló. “Algo que se ha repetido a lo largo de estos cinco años”.
Aulas singulares
Los centros docentes que forman parte de la red de Samsung se han convertido, asegura Camacho, “en impulsores de la transformación digital”. Algunos han creado aulas singulares destinadas al desarrollo de actividades relacionadas con lo digital, como es el caso de la robótica, las soluciones de gran formato, etc. Además, los alumnos se han formado en la búsqueda por la red y en conocer los riesgos que acarrea la vida digital, así como información acerca de los derechos de autor en este entorno.
Los profesores han sido la punta de lanza de esta transformación de las aulas. “Son la pieza que ha permitido el cambio”, insistió Camacho. “Cuando arrancó el proyecto, muchos de ellos no tenían ningún conocimiento de las TI pero han aprendido y se han convertido en un elemento clave”, analizó.
Entre los objetivos conseguidos, se destaca el aumento de la autonomía del alumno y de una mayor motivación en el aprendizaje. “Se ha conseguido un incremento de las fórmulas de autoevaluación”.
Participación del Ministerio de Educación
Samsung cuenta con el respaldo del Ministerio de Educación y Formación Profesional en el desarrollo de su estrategia educativa. Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación y Formación Profesional, trató de explicar que a pesar de la enorme descentralización de la política educativa de España, que “es menor que la que presentan países como Alemania o Francia”, y que otorga un “enorme poder a las Comunidades Autónomas”, no hay que renunciar a “buscar sistemas de colaboración para llevar a cabo acciones comunes, trasversales a las políticas regionales”. Para refrendarlo puso de ejemplo la iniciativa de Samsung. “Es posible utilizar las TI de manera cooperativa entre diferentes comunidades autónomas”.