AMETIC, CCOO, UGT han presentado un conjunto de recomendaciones laborales para que la transformación digital en las empresas sea adecuada, no sea intrusiva para los profesionales y mejore la competitividad empresarial.
Este documento, elaborado dentro de un acuerdo de colaboración entre las entidades, comenzó a gestarse en noviembre de 2017, con la iniciativa de uno de los asociados de AMETIC, Guillermo Pérez Morales, director técnico de Grupo Eulen quien propuso a la dirección de AMETIC este documento.
Las recomendaciones comienzan con el diseño de estrategias que alineen el talento de las personas con las necesidades digitales de las compañías, con independencia del sector económico en donde resida su actividad.
Las tres entidades han identificado tecnologías habilitadoras para la realización de las recomendaciones y por tanto de aplicación son: big data, data analytics, IoT, ciberseguridad, inteligencia artificial, tecnología aditiva, realidad aumentada, realidad virtual, realidad mixta, cloud computing, robots, exoesqueletos y otras tecnologías que pudieran introducirse en los centros productivos de trabajo.
Las empresas podrán proponer la implantación y desarrollo de aquellas tecnologías habilitadoras que se consideren necesarias para mejorar los procesos, aumentar productividad e incrementar las competencias de los trabajadores y el desarrollo del talento digital en el seno de las compañías.
A la hora de implementar estas tecnologías se deben seguir tres principios rectores: comunicación, formación y plan de acción. La comunicación es necesaria para determinar el papel de la tecnología y aclarar que el fin no es sustituir trabajadores por máquinas y garantizar la protección de los datos.
La formación es básica para el uso adecuado de la tecnología y para la empleabilidad. Y finalmente, el plan de acción de la implantación de la tecnología, que permita, en caso fuera oportuno, la creación de puestos de trabajo complementarios ante la incorporación de las nuevas tecnologías.
Una de las medidas que se contemplan como primera aproximación a esta implantación es la ejecución de un programa piloto que permita valorar su impacto en el centro de trabajo.
Una vez realizado el piloto, se recomienda que la dirección confeccione un informe de conclusiones informando de los resultados a los trabajadores, dentro de su plan de comunicación interna.
El último paso sería la puesta en marcha, a través de un plan de acción, del proyecto en producción, cuyas acciones y actuaciones tienen que ser comunicadas en tiempo y forma a los trabajadores y a su representación.