El coronavirus ha cambiado muchas situaciones y conceptos que teníamos asumidos como “normales”, desde el valor de trabajar en la oficina de forma presencial en turnos de ocho horas, hasta qué es una inversión segura para las empresas. Sin embargo, nada se ha visto más amenazado que la sensación de certeza, previsibilidad y seguridad que sentían las empresas antes de la pandemia. Un balance óptimo y una sólida cartera de clientes poco pueden hacer cuando las tiendas se ven obligadas a cerrar, y los compradores no pueden salir de sus casas.
En este contexto, el término resiliencia hace referencia a los recursos con los que cuentan las empresas para hacer frente a situaciones temporales inesperadas. En este punto, la experiencia con la covid-19 ha demostrado que la resiliencia debe ser estructural, y tiene que integrarse en un negocio desde el principio. Para afrontar la nueva normalidad, las empresas deben reinventar su modelo operativo, con herramientas como la nube, y otras de automatización, que serán fundamentales para generar agilidad, flexibilidad y un verdadero poder de permanencia. La idea es proponer la reactivación económica a través de un ambicioso plan digital, a través de la “digitivación”, aplicando ésta a todos los ámbitos socieconómicos; reindustrialización, innovación, administración, etc. Integrando este concepto, las empresas, especialmente las pymes, conseguirán ser resilientes y afrontar la crisis venidera.
Miedo a lo desconocido
El primer paso para construir la resiliencia de una empresa es conocer a qué se enfrenta tu negocio. Tener una visión global de todos los factores de riesgo puede ser clave para plantear una estrategia de forma efectiva. ¿Dónde puede necesitar tu equipo ayuda extra? ¿Qué clientes puede que tengan que aplazar sus pagos este trimestre? Identificando los riesgos, puedes fortalecer tus defensas allí donde sea necesario.
Sin embargo, la pandemia ha impactado directamente en los factores de riesgo de las empresas, y los pronósticos de los que estas solían depender, produciendo cambios significativos. Incluso ahora, muchos negocios no pueden pronosticar cuáles serán los principales desafíos a los que se enfrentarán en los próximos meses, y muchos de ellos todavía están centrados en sobrevivir a la situación actual. No obstante, los líderes empresariales ya estaban luchando para tomar decisiones efectivas, para responder rápido a situaciones inesperadas, pese a los datos inconexos.
Confianza en la nube
Un ecosistema integrado en la nube puede facilitar la creación de una plataforma para un intercambio de opiniones más efectivo. Trasladar las funciones de la empresa a la nube impulsa la integración y brinda a todos la oportunidad de acceder a los mismos datos y herramientas.
De cara a lo que queda de 2020, Gartner espera que la utilización de la nube aumente un 19 %; crecimiento que no se esperaba hasta 2023. Los managers ya no tienen que lidiar de forma independiente con cada entidad, ni manejar información en pequeñas porciones. En su lugar, ahora tienen una visión completa y a tiempo real, y pueden tomar decisiones de forma efectiva.
Tener los datos de recursos humanos, de las nóminas, de las finanzas y del rendimiento como partes de un sistema unificado, garantiza que el formato de los datos sea coherente en toda la empresa.
Los gerentes pueden rastrear cambios más fácilmente, recopilar datos más completos para su posterior análisis, y extraer información más relevante a través de la nube. También proporciona a las empresas herramientas de gestión y análisis, para comprender realmente cuál está siendo el rendimiento. Los líderes de las compañías no pueden centrarse en una única visión de futuro, tienen que ser capaces de hacer frente a numerosos escenarios potenciales, y este ejercicio solo es posible con datos comprensibles e integrados.
Supervivencia de los más rápidos
Sin embargo, el traslado a la nube de todos los procesos es solo una parte de la resiliencia. Una empresa necesita ser capaz de extraer datos financieros, de recursos humanos y operaciones en un momento concreto. Para lograr este objetivo, los empleados no pueden verse obstaculizados por procesos administrativos simples y gestiones de datos. Tareas repetitivas como el procesamiento de datos, el escaneo de facturas o la actualización de formularios, consumen un tiempo muy valioso.
Afortunadamente, las herramientas de automatización son la solución a estos problemas de las empresas. La automatización de procesos robotizados puede liberar a los empleados de la rutina, del tiempo malgastado en introducir datos, dejando tiempo libre para realizar las actividades que realmente aportan valor a la empresa, como responder a una oportunidad o a una crisis en otra parte del negocio. Según un último informe de Sage, tres cuartas partes de las empresas ya tienen automatizadas muchas de sus tareas básicas, y el 86 % afirma que ha aumentado la productividad en términos generales.
En esta profunda crisis, las empresas que han respondido más rápidamente son aquellas que han adoptado el concepto de humanismo digital, poniendo el poder y la responsabilidad en manos de sus empleados; situándolos en el centro. Aquellos que son capaces de estar en primera línea, plantando cara a los imprevistos, no pueden ser distraídos por procesos administrativos. Con las herramientas tecnológicas adecuadas, cada empleado es un bastión de resiliencia.
Carles Ransanz, vp sales & enterprise market de Sage