“El desarrollo de actividades emprendedoras es uno de los ámbitos donde sin duda queda más patente la brecha laboral existente entre hombres y mujeres y esto es algo que como sociedad debería preocuparnos”, asegura Beatriz Escobar, directora de Ventas para Ibera de Liferay. La directiva relaciona el nivel cultural y educativo de una sociedad que sigue teniendo el estereotipo de “mujeres cuidadoras” con el estancamiento del emprendimiento femenino.
Además, Escobar destaca la necesidad de “apoyar y reforzar el liderazgo femenino y su papel esencial en la sociedad actual para acabar así con la discriminación y la desigualdad de género que existe en el acceso a fuentes de financiación e inversiones”. Recuerda también la discriminación por edad que sufren las mujeres. Una realidad para la que el establecimiento de “políticas de conciliación más comprometidas y ambiciosas”, así como “velar por la igualdad real en las empresas”, se tornan claves.
El emprendimiento femenino en España representa, según datos de South Summit, el 20 % aproximadamente, cifra superior al conjunto de Europa (17 %). Además, y a pesar de que las empresas lideradas por mujeres obtienen mejores resultados, únicamente captan el 6,34 % de la inversión, según Bitget. En su opinión, ¿por qué el emprendimiento femenino y la inversión en estas empresas sigue estancado?
El desarrollo de actividades emprendedoras es uno de los ámbitos donde sin duda queda más patente la brecha laboral existente entre hombres y mujeres y esto es algo que como sociedad debería preocuparnos. A pesar de los extraordinarios avances que se han logrado en otros terrenos laborales en las últimas décadas, el emprendimiento sigue arrastrando un gran grupo de connotaciones particulares (complejidad, disponibilidad 24×7, independencia, autonomía, músculo financiero, riesgo económico) que desgraciadamente disuaden a muchas mujeres o las hacen retroceder a mitad de camino.
Desde mi punto de vista, en esta problemática intervienen dos factores. Por un lado, el emprendimiento femenino se estanca porque siguen existiendo barreras a nivel cultural y educativo, como sociedad de “mujeres cuidadoras” que aún somos. Para superar este estereotipo harían faltan, entre otras cosas, más referentes de mujeres emprendedoras que funden empresas exitosas, que impulsen proyectos innovadores e inspiren con su ejemplo a jóvenes y niñas en este ámbito para ayudarlas a creer que esto sí es posible.
Y, por otro lado, para conseguir este desafío es importante que todos entendamos que es necesario apoyar y reforzar el liderazgo femenino y su papel esencial en la sociedad actual. Esto nos ayudaría a acabar así con la discriminación y la desigualdad de género que existe en el acceso a fuentes de financiación e inversiones, que muchas veces son la clave para llevar a cabo cualquier tipo de actividad emprendedora.
En el sector tecnológico, al igual que en otros, se observa el edadismo o la discriminación por edad. Las mujeres que trabajan en este sector lo sufren doblemente en su edad fértil y en su edad madura. ¿Cómo se puede combatir esta discriminación que choca y contradice los objetivos de responsabilidad corporativa que muchas compañías tecnológicas defienden?
Es cierto. Según la OMS, una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes moderada o altamente edadistas. El edadismo se produce cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas y en el ámbito laboral, desgraciadamente, suele mostrarse en forma de prejuicios, discriminación y prácticas que perpetúan creencias estereotipadas relacionadas con el desempeño o la capacidad, que no se corresponden en absoluto con la realidad.
Para combatirlo, en primer lugar, las empresas tendrán que desplegar políticas de conciliación más comprometidas y ambiciosas, que faciliten la armonización de la vida familiar, contemplando todas las etapas de la misma. Asimismo, será fundamental velar porque en las empresas exista una igualdad real entre hombres y mujeres, y es muy importante que exista también un compromiso explícito de la dirección en la aplicación de dichas políticas de igualdad. De este modo evitaremos que la mujer no sienta esa doble discriminación que tanto daño hace al sumar la discriminación por género a la discriminación por edad.
En el caso concreto de su compañía, durante este último año, ¿han puesto en marcha nuevas medidas para lograr la igualdad y la promoción de la mujer en puestos directivos? ¿Qué resultados han obtenido con sus políticas de igualdad?
En Liferay hemos renovado recientemente nuestra adhesión al Chárter de Teletrabajo y la Flexibilidad impulsado por Fundación Másfamilia, lo que viene a refrendar nuestro firme compromiso con la cultura de la flexibilidad laboral y la conciliación.
Actualmente, la plantilla española dispone de un enfoque que rompe con la jornada de trabajo clásica y hace posible que el 100 % del personal responda a la definición de ‘teletrabajadores habituales’, es decir, personas que teletrabajan más de la mitad de la semana. Concretamente, un 42 % de nuestra plantilla lo hace de forma permanente bajo un modelo completamente remoto y el 58 % bajo una fórmula híbrida flexible que les permite desarrollar de forma personalizada su modalidad laboral, teletrabajando cerca de dos tercios (2/3) de la semana.
Liferay cuenta asimismo con la Certificación ‘Great Place To Work’, otorgada por la consultora líder en la identificación y certificación de empresas merecedoras del distintivo de Excelentes Lugares para Trabajar y entre las principales estrategias en materia de Recursos Humanos puestas en marcha destaca la firma en 2022 de su Plan de Igualdad en España válido para los próximos cuatro años y donde el objetivo ha sido ratificar el compromiso con la diversidad, la igualdad y la inclusión. Dicho plan contiene un amplio conjunto de medidas y protocolos para garantizar una mayor equiparación de los sexos en todos los departamentos, así como una misma proyección en los desarrollos profesionales de hombres y mujeres.
Actualmente contamos con una plantilla de 120 empleados en España, donde el perfil mayoritario es el de ingenieros y desarrolladores de producto, y que se distribuye entre un 37 % de mujeres y un 63% de hombres. Respecto a los puestos directivos, Liferay España ya cuenta actualmente con una paridad completa entre hombres y mujeres (50 % en puestos directivos y managers), por lo que es en la captación de mandos intermedios y en los empleados sin personas a su cargo, en los que se está haciendo mayor foco por conseguir esa igualdad plena.