No es nuevo pero ahora sí suena con fuerza. SDN o las redes definidas por software es un término del que ya se empezó a hablar hace más de un lustro pero que ahora cobra mucha más relevancia. Y la razón hay que buscarla en que la red, como cualquier otro elemento tecnológico que se precie, debe evolucionar para adaptarse al nuevo panorama marcado por la omnipresente nube, la ubicua movilidad o el archifamoso big data; entre otros grandes “fenómenos”. Con el software siendo el elemento que marque el rumbo de la red, los expertos dicen que se consigue más flexibilidad y más agilidad en el “conducto”, lo que ofrece múltiples ventajas. Sin embargo, las redes definidas por software apenas han empezado a caminar, al menos desde un punto de vista práctico. La necesidad de buscar protocolos comunes que permitan lograr el entendimiento pleno entre proveedores en un entorno tradicionalmente propietario no allana el camino de desarrollo. Sin embargo, el futuro de las redes, para todas las compañías que desean mantener su estatus en el mundo del networking, pasa por esas tres siglas. Citrix, Extreme Networks, Huawei y VMware no son una excepción.
Una definición para SDN
Se habla mucho de SDN, pero como pasa con términos tecnológicos tan en boga también como la nube o el big data, no existe una única definición. Tantas como proveedores que juegan en el mercado de las redes. “Básicamente” se refiere a la nueva arquitectura de red que se exige para hacer frente a las necesidades de un panorama tecnológico que se pinta con el aumento enorme de los datos, la evolución de los centros de datos, la explosión del modelo de la nube y las mayores demandas en el ancho de banda y la conectividad. Todo ello ha añadido complejidad a la red que debe mutar su filosofía: a nivel puramente técnico, se trata de separar la capa de control, que identifica al software, con el plano que pueblan los datos, lo que permite que las redes sean más programables y ágiles, lo que las permitirá dar una mejor respuesta al “terremoto” tecnológico. Carlos Delso, director comercial de la división Enterprise de Huawei, asegura que esta nueva arquitectura permite resolver muchos de los problemas que a día de hoy tienen las redes, que aparecen aisladas del mundo de los servicios y las aplicaciones. “Se trata de redes abiertas, basadas en estándares, programables y controladas de manera centralizada”. Las ventajas se tornan claras. “Es posible desarrollar una interoperabilidad con toda la industria, se logran ahorros de costes en la gestión y se garantiza una calidad de extremo a extremo”.
Un concepto de la red que más que “una revolución supone una evolución provocada por las necesidades del mercado”, defiende Juan Rodríguez, director de desarrollo de negocio de networking de Citrix EMEA. “El mundo Ethernet ha sido muy monolítico, con estructuras muy jerarquizadas; y ante el desarrollo de la virtualización en el mundo de los servidores y el almacenamiento, esto no podía seguir así, ni para la empresa ni para la operadora”, relata.
Ha sido este fenómeno de la virtualización el que ha cambiado la manera en la que discurre el tráfico en el centro de datos y, por tanto, en la forma en la que se concibe la red. Si hace años la vía principal era cliente-servidor, ahora el 80 % transita de máquina a máquina. Por ello, Carlos Sen Jiménez, cloud & networking specialist de VMware en EMEA, prefiere referirse al concepto de virtualización de la red. “Hay que trasladar las ventajas que se han experimentado gracias a la virtualización que se ha llevado a cabo en el cómputo a la red para trabajar con agilidad a la hora de proveer los servicios y desacoplarnos de la rigidez del hardware”. A lo largo de los años ha ido aumentando el número de elementos que se conectaban a la red, lo que no ha hecho fácil la vida de los administradores, penalizando la innovación de los servicios. “La evolución de los servicios, sobre todo por la explosión de la movilidad, ha puesto más presión en estos departamentos de redes”, apunta Sen Jiménez. “Se les pide más agilidad para responder a las exigencias del negocio y para desplegar nuevas aplicaciones. Y la respuesta está en esta nueva concepción de la red”, remata.
Redes inteligentes, ¿o no?
El mercado marca la elasticidad y la flexibilidad pero las redes presentan, en principio, una enorme rigidez y complejidad. El responsable de VMware achaca este carácter complejo a la escasa interoperabilidad que había entre los componentes de la red. “Las soluciones eran monolíticas y estaban muy ligadas al hardware. La inteligencia de la red siempre ha estado muy ligada a este elemento y cada vez que se quería introducir una nueva funcionalidad procedía de la evolución de la plataforma del hardware”, opina. “Ahí residen la mayor parte de los problemas de ineficiencia y, sobre todo, de la complejidad”. ¿La solución? Para él, es nítida. “Hay que romper con esa ligazón con el hardware, como ya se hizo con otras capas del centro de datos, para permitir el desarrollo de la capacidad de innovación del software, que es mucho más rápida”.
No opinan igual, lógicamente, las marcas que siempre se han movido en este entorno de la red que reivindican la enorme carga de innovación que siempre han aportado. “En la red hay muchísima inteligencia y en el entorno del centro de datos ha habido grandes innovaciones en la red”, defiende José Carlos García, director técnico de Extreme Networks. “Las marcas de networking hemos llevado a cabo en los últimos años una enorme innovación para dar respuesta a las necesidades de provisión en estos entornos y en el campo de la movilidad”. García rompe con esa idea, acuñada en ocasiones, de que la red es un espacio oscuro, aislado y que ha permanecido separado del resto de los elementos. “Está para dar servicio a todo lo demás”, recuerda. “Venimos de mundos distintos pero todos buscamos lo mismo: dar el mejor servicio al usuario final y que la aplicación funcione de la mejor manera posible. SDN es la oportunidad de alinearlo todo”, remata, conciliador.
Ante el discurso de que las arquitecturas de red han evolucionado con lentitud frente al entorno de los sistemas, Carlos Delso, de Huawei, también rompe una lanza a favor de este desarrollo. “Las redes, a día de hoy, hacen su trabajo en el centro de datos y no se han quedado atrás. Al revés, han evolucionado al mismo nivel que lo han hecho el almacenamiento o los servidores”, apunta. Ahora bien, reconoce el paso adelante que implica el concepto de la SDN. “Los switches Ethernet llevan virtualizados mucho tiempo”, recuerda. “Lo que ocurre es que se ha procedido de manera propietaria. SDN agrega un elemento de colaboración y de interoperabilidad”.
También se defiende la evolución de la red desde un proveedor “puro” de virtualización como Citrix. “La red ha evolucionado”, asegura Juan Rodríguez. “Pero lo ha hecho en base a las necesidades del momento. Todo se ha basado en el desarrollo de Ethernet, en modos cliente-servidor con conectividad punto a punto; por tanto, se ha proporcionado más velocidad, más densidad o más rendimiento en función de lo que se necesitaba”, recuerda. “Ahora el gran cambio debe operarse en los niveles físicos de la red, distinguiéndolos del nivel de aplicaciones y de control”.
La defensa del hardware también entra en el discurso de los proveedores de red. “Va a seguir teniendo mucho peso ya que no debemos olvidar que necesitamos un medio por el que transportar toda la información. No todo es la aplicación que va por encima. Obviamente el software es más dinámico y permite hacer muchas más cosas pero seguimos teniendo una dependencia del hardware”, asegura el director técnico de Extreme Networks. “Pero sí es necesario que se hablen mucho más los dos mundos”, reconoce.
En este debate acerca del hierro, Carlos Sen, de VMware, hace una ligera —y lógica— concesión. “El hardware debe estar ahí, por supuesto, pero no con los niveles de inteligencia que ha tenido hasta este momento y que han conducido a la dependencia de estos dispositivos”, insiste. “Cuantas más tareas se trasladen a una capa que sea posible estandarizar para hacerla más independiente del dispositivo, está claro que el nivel de inteligencia que requiera será menor y, por tanto, la interoperabilidad será mayor”, remata.
La interoperabilidad, un término clave en todo este asunto. La idea de una red programable, flexible y ágil no es nuevo en el sector; lo que sí tiene un carácter novedoso es el trabajo “conjunto” de toda la industria ya que hasta el momento todas las iniciativas en este apartado flexible habían tenido un carácter propietario. Carlos Delso, de Huawei, explica que su consecución es más complicada. “En el entorno de los servidores, por ejemplo, la plataforma es la misma y en el almacenamiento los discos y los drivers son similares; en cambio en las redes estamos hablando de una mayor complejidad. Se trata de trasladar a un entorno abierto lo que disfrutábamos de manera propìetaria”.
Migrar a SDN, ¿ya?
En lo que todos coinciden en que el futuro de las redes apunta hacia esta filosofía. El representante de Extreme Netwoks recuerda que la “idea” nació en la universidad de Stanford y que rápidamente la industria de las redes, de manera unánime, se “apropió” de ella. “Todos hemos visto que o vamos hacia el concepto de SDN o nos quedamos fuera”.
Es un cambio en la manera de abordar la red que ha liderado el mercado. “Están cambiando muchas cosas: los patrones de tráfico, la irrupción del BYOD, nuevas exigencia en materia de seguridad y de normativas o el desarrollo de la nube; a los que la red debe adaptarse”, recuerda Juan Rodríguez, de Citrix.“No es que la red esté mal diseñada sino que el panorama ha cambiado”. Y especifica. “Y no solo deben adaptarse los proveedores de la red sino también los que se mueven en el mundo de la aplicaciones, la gestión o el software de orquestación”.
El camino, por tanto, parece despejado. Pero, ¿cuándo deben las empresas iniciar la “migración” de sus redes? Carlos Delso, de Huawei, no ve urgencia. “Las empresas deben virar hacia allí, sin duda, pero no hay un fecha límite”. ¿Su consejo? Lo importante es que la empresa tenga una estrategia clara de cuál va a ser su paso a SDN. “Cualquier adquisición de tecnología debe estar preparada para soportar SDN. Además resulta fundamental realizar alguna prueba para observar cómo los productos impactan en las redes actuales y estudiar la manera de realizar la migración”.
En el análisis de cómo debería afrontarse una migración, el representante de Extreme Networks introduce un elemento clave: la visibilidad de la red. “Las empresas necesitan ganar visibilidad de lo que ocurre: qué aplicaciones corren por la red, cuáles utiliza cada perfil de usuario, si la red está dando los tiempos de respuesta adecuados, etc.”, enumera. “Es fundamental para decidir si es necesaria o no una red definida por software; y si se decide que sí será porque permita encaminar el tráfico de manera más eficiente o implementar una mayor calidad de servicio en las comunicaciones, etc.”.
Carlos Sen, de VMware, sin embargo si observa una cierta urgencia a la hora de decir sí a una red con esta tipología, al menos, en algunos actores. “Los services providers, por ejemplo, deben responder con celeridad a los competidores que están haciendo las cosas de manera diferente. Es una respuesta necesaria para asegurar que las redes sean capaces de soportar un gran número de usuarios, por ejemplo”.
Entornos para SDN
Aunque parece que es el centro de datos el entorno más amigable para el desarrollo de este tipo de redes, las operadoras parece que llevan mucho tiempo trabajando alrededor de este concepto. “Llevan mucho terreno ganado”, asegura Carlos Delso, de Huawei. Telefónica, por ejemplo, ha lanzado recientemente un proyecto, Unica, para dotar de SDN al transporte óptico IP.
Las operadoras y los centros de datos que trabajan, según apunta Juan Rodríguez, de Citrix, con objetivos diferentes. “En el centro de datos se trabaja para llevar los servicios de red a la nube mientras que las operadoras laboran en sentido “contrario”: llevar la cloud a los servicios de red, que es donde tienen su mayor volumen de servicios”.
En España todavía no han aterrizado proyectos concretos. “Curiosidad hay mucha pero en el mundo de la empresa sólo existen pequeñas pruebas”, asegura José Carlos García, de Extreme Networks.
Los entornos dinámicos son los más proclives a adoptar primero este concepto de la red. “Los services providers, por ejemplo, que deben ofrecer servicios con los niveles de rapidez y de escalabilidad que precisan”, identifica Carlos Sen, de VMware. “Otro área son los departamentos más dinámicos de las grandes empresas que también exigen esa rapidez y agilidad de respuesta, como es el caso de los entornos de los desarrolladores”. Una expansión que, a su juicio, va a ser mucho más rápida que la que se produjo con la virtualización del cómputo. “Si para alcanzar un ratio de virtualización entre el 60 y el 80 % en los servidores del centro de datos se ha tardado entre 8 y 10 años, el desarrollo de la SDN va a ser mucho más rápido”.
SDN obliga a transformarse al canal
SDN, como toda tecnología disruptiva, ofrece una oportunidad de negocio tanto para los proveedores como para el canal. Carlos Delso, de Huawei, cree que supone un cambio en el valor del canal, sobre todo en los distribuidores más clásicos que lo ubicaban en la especialización en torno a unos protocolos propietarios. “Con SDN ese valor se pierde y el socio debe transformarse para ser un desarrollador de aplicaciones y dar servicios. Es un cambio significativo para el canal”.
Hacia esa línea de integración también camina VMware. “Al reducirse la especialización en determinados protocolos o en proveedores concretas y desarrollarse una mayor interoperabilidad, el papel de los partners debe evolucionar hacia la integración de soluciones”, señala Carlos Sen. “Y conformar una solución exige la participación de varios proveedores, no sólo de uno”.
En la misma idea insiste Juan Rodríguez, de Citrix: el partner debe ser especialista menos en hardware y volver su conocimiento hacia la integración de aplicaciones. “El partner debe ser capaz de programar e integrar. Los ISVs son, junto al socio especializado en la red, los que más fácil lo va a tener”.
OpenFlow, el centro de SDN
Una red que está definida por software permite la separación entre el plano del software (control) y el plano de los datos, lo que hace que el control de la red se fundamenta en un acceso basado en programación; lo que hace que las empresas asumen el control de la red de forma independiente del proveedor de la misma. OpenFlow, el protocolo en el que colaboran el 90 % de los fabricantes relacionados con las redes, permite que estos dos planos, control y datos, hablen entre sí. “Es una herramienta de programación que permite programar los dispositivos de red y habilitar una mejor comunicación con las dos capas superiores de la red, donde se supone que está la inteligencia”, explica Juan Rodríguez, de Citrix.
Aunque se llevan ya unos cuantos años de desarrollo de OpenFlow, éste todavía se sitúa en una versión poco madura. “Estamos en una fase de inmadurez de los protocolos y de los estándares de OpenFlow, a los que les faltan un montón de componentes”, asegura Carlos Delso, de Huawei. “Hay que seguir empujando OpenFlow para que integre todas las funcionalidades importantes”.
Vuelve a surgir, de nuevo, el valor del hardware. “Hay que romper con la idea de que para montar una SDN es posible hacerlo con el switch más barato del mercado y como todo es interoperable, voy a hacer maravillas”, recuerda José Carlos García, de Extreme Networks. “No creo que en un centro de datos podamos colocar cualquier switch; por mucho éste que hable OpenFlow”, reitera.
El desarrollo de SDN pasa por mucho más que el trabajo alrededor de OpenFlow. Juan Rodríguez, de Citrix, recuerda que debe haber un estándar para el panel de control, que todavía no existe; o en el software de orquestación. “Y falta definir modelos en las capas superiores de la red”.
La seguridad, punto crítico
La seguridad juega en este concepto de la plataforma de red un papel clave como sucede con otros elementos. “Es el punto crítico y el que más tiene que desarrollarse en los protocolos”, asegura Carlos Delso, de Huawei, que explica que al entrar en juego el plano de control la cuestión de la seguridad cobra, si cabe, mayor relevancia. “La seguridad de una red es la seguridad que presenta el eslabón más débil: si hay un equipo al que un hacker puede acceder y desde él, tomar el control de toda la plataforma, la red es suya”. Ahora bien, una vez que los protocolos se hagan robustos, una red basada en software será más fácil de proteger. “No se requerirán balanceadores de carga, ni colocar firewall en varios puntos. Se puede facilitar la arquitectura de seguridad pero teniendo siempre claro que la seguridad de uno de los dispositivos puede comprometer a toda la red”.
Juan Rodríguez recuerda que la seguridad también hay que distinguirla por capas. “Y ya existe en muchas capas: hay operadoras que están ofreciendo seguridad a esos niveles, ofreciéndola como un servicio”. El responsable de Citrix recuerda que el tráfico cada vez más va a transcurrir entre máquinas, por lo que ni siquiera va a salir a la red. “Por tanto, es importante trabajar en la seguridad del panel de control”.
Y también en este tema vuelve a aparecer el necesario hardware. “Los mecanismos de seguridad están, de nuevo, ligados al hardware; por tanto, los esfuerzos por desvincular el hardware del software serán beneficiosos”, asegura el representante de VMware.
El futuro se pinta con crecimiento
El crecimiento del mercado de SDN será seis veces mayor durante los próximos cinco años y el 75 % de lo que genere se moverá en torno a los switches Ethernet y los appliances de seguridad de red. Así lo aseguraba la firma Dell’Oro Group en su informe Data Center Disruptors Advanced Research.
Según la consultora IDC, la cuota de mercado de esta tecnología en los sectores de servicios empresariales y proveedores de servicios en la nube se incrementará desde los 360 millones de dólares de 2013 hasta los 3.700 millones de dólares de 2016.
La consultora Infonetics ofrece cifras parecidas. Augura que el mercado del centro de datos y SDN empresarial alcanzará un valor de 3.100 millones de dólares hacia 2017. Y serán los controladores y los switches Ethernet para SDN los que tendrán un enorme protagonismo. Prevé que en una primera etapa, el desarrollo de las tecnologías SDN ocurrirá en el centro de datos, en las grandes compañías y en los proveedores de servicios de nube, seguido de redes empresariales LAN. La consultora estima que el 10 % de los swtiches Ethernet estará en uso para SDN en 2017. Por regiones, cree que será Norteamérica la zona pionera en adoptar este nuevo modelo y cree que en 2017 concentrará el 50 % del mercado mundial.
Son datos que apuntan a la enorme oportunidad que se abre en este segmento. Juan Rodríguez, de Citrix, asegura que el enorme dinamismo que hay en las alianzas y en las operaciones de compra que se están produciendo en torno a este apartado no son sino un reflejo de que es un “mercado de oportunidad”.