Las escasas vocaciones femeninas en el área de las materias STEM (que señalan las ciencias, la tecnología, la ingeniería o las matemáticas) y la baja presencia de mujeres (a pesar de los numerosos ejemplos de alta dirección) señalan dos de los grandes retos, en materia de igualdad, que debe afrontar el sector TIC en los próximos años en España. Unos retos perfectamente extrapolables a cualquier otra área empresarial, política, cultural, económica o social y que tienen en la educación, en su más extensa definición, su mayor aliada.
Crecer en STEM
La brecha de género STEM es un hecho en España: frente a un 18 % de niñas que muestra su preferencia por este tipo de disciplinas, se sitúa el 37 % de niños (en informática es incluso más elevado). Como ingeniera informática que es, María José Miranda, directora general de NetApp en España y Portugal, muestra su preocupación por este bajo índice de vocaciones femeninas y señala que para acortar esta brecha de género, la clave está en el modelo educativo. “Hay que acercar la tecnología a las chicas mucho antes de empezar la universidad, introduciendo desde el colegio disciplinas como informática o programación, de modo que puedan conocer estas materias y crezcan las opciones de despertar su interés por ellas antes de crear estereotipos por género”. Explica que los colegios, a través de un sistema educativo basado en I+D+i, “deberían hacer más por motivar a las jóvenes a acercarse a los estudios tecnológicos”.
La educación es la clave. También apela a ella Ángeles Delgado, presidenta de España, Portugal y Latinoamérica de Fujitsu. “Requiere una visión a largo plazo. Son cambios en estereotipos todavía vigentes, en los modelos de referencia y en el comportamiento y la ambición de las propias mujeres. Tenemos que hacer que las niñas disfruten con las matemáticas y la ciencia desde muy pequeñas, y eso tiene que integrarse en el programa educativo”.
La capacidad no entiende de género. Ni tampoco la naturaleza de las disciplinas académicas. Sin embargo, a pesar de que más de la mitad de los estudiantes universitarios en España son mujeres (58 %), su presencia en grados técnicos como las ingenierías apenas llega al 26 %. Helena Herrero, presidenta de HP en España y Portugal, insiste en que hay que dar mucha más visibilidad a los modelos femeninos que han apostado por carreras STEM. Ella, química de formación, reconoce que se sigue juzgando las capacidades de las mujeres en ciertas materias, “como si el género fuese un condicionante a la hora de estudiar y asimilar las materias”.
Sin duda, la popularización de las carreras STEM entre las mujeres es uno de los factores que pueden promover la igualdad. Herrero adjunta la promoción de políticas de conciliación y, sobre todo, comprender e interiorizar hasta qué punto es clave el talento femenino en el éxito de las empresas. “Un equipo experimentado, diverso y comprometido con su trabajo resulta uno de los grandes activos”.
Eulalia Flo, directora general de Commvault en España y Portugal, recuerda, con mucha razón, que las chicas se decantan por estudios y profesiones “de servicio”. “Sin entrar en analizar las causas, posiblemente si les contamos desde edades tempranas que quizás, siendo ingenieras, pueden llegar a salvar más vidas que como médicos, habrá más vocaciones en estas disciplinas científicas”. Eulalia Flo recuerda que en ingeniería biomédica, por ejemplo, hay un alto porcentaje de alumnas, “muy superior al que exhiben carreras como la ingeniería de telecomunicaciones, con quienes comparten escuela y con una nota de acceso mucho más alta”.
Otro punto que puede estirar las vocaciones femeninas es el tirón de las profesiones relacionadas con la tecnología. “Son las más demandadas”, asegura Patricia Núñez, directora del canal comercial de Lenovo en España y Portugal. “Las nuevas tecnologías están acaparando el mercado laboral y por esa razón las mujeres deben ganar terreno en este ámbito”. Su vocación, como ingeniera de telecomunicaciones, es claramente tecnológica. A su juicio, para elevar el porcentaje de vocaciones femeninas, “hay que actuar desde edades más tempranas, acercando la tecnología a los colegios”. Optimista, está convencida de que ya se está haciendo. “Seguro que dará sus frutos”.
A la labor de difusión que tienen los medios de comunicación apela Carmen Muñoz, directora general de Exclusive Networks en España y Portugal. “Son importantes para llegar no sólo a los jóvenes, sino también a sus familias, de cara a erradicar el problema cultural y de mentalidad que durante décadas ha existido en España: la opinión de los padres marcaba el futuro profesional de sus hijas”. Junto a él, insiste en el cambio generacional que será palpable en la participación de las mujeres en el sector tecnológico. “Hoy las niñas crecen ligadas a la tecnología, lo que despertará mucho más interés y motivación por carreras relacionadas con la era digital”.
Ahora bien, el gusto por las disciplinas científicas, a juicio Rosa Díaz, directora general de Panda Security en España, debe incrementarse sin importar el género, “tanto en mujeres como en hombres” ya que recuerda el déficit de profesionales que existe en el área de la seguridad. “Hay una gran oportunidad laboral”.
Buscando razones para un peculiar estudio
Según un reciente estudio publicado en “Psychological Science”, los países con mayor igualdad de género tienen una proporción menor de mujeres que cursan estudios STEM que aquellos países en los que se considera que no hay igualdad de género. Unos resultados, ciertamente peculiares, que Eulalia Flo califica de paradoja interesante. “Los investigadores ofrecen, como posible explicación, que en los países con mayor brecha de género suele haber también menos seguridad y condiciones de vida más difíciles. Optar por carreras STEM en esa situación puede ser una forma de alcanzar un mejor nivel de vida”, apela. Sin embargo, en los países con una brecha de género menor, la seguridad y la calidad de vida son mayores, lo que otorga una libertad de elección mayor. “En todo caso, la preferencia por las STEM en edades tempranas está bastante repartida entre niños y niñas, se trata de no perder talento entre el género femenino al llegar a la adolescencia, a medida que las chicas se ven sometidas a determinados estereotipos”, razona.
Otro elemento de explicación es la remuneración. Carolina Moreno, directora general de Liferay para el sur de Europa, puntualiza que los investigadores achacan esta paradoja al hecho de que, en general, este tipo de disciplinas están mejor remuneradas y son más seguras. “En países con mayores oportunidades económicas, donde las mujeres no tienen la necesidad de decidir basándose únicamente en factores socioeconómicos, suelen tomar con mayor frecuencia otros caminos, aun siendo muy buenas en dichas materias”.
Helena Herrero apunta también a la falta de ejemplos femeninos. “En los países más desarrollados, con mayores niveles de igualdad, la falta de referentes femeninos actúa como un freno a la hora de incentivar las carreras STEM entre las mujeres”. La presidenta de HP recuerda que los países con mayores porcentajes de licenciadas en estas carreras coinciden con sociedades menos igualitarias, en países con menos recursos, donde el acceso a los estudios superiores no es comparable con el de los estados europeos y dónde las mujeres no tienen las mismas opciones que un hombre para entrar al mercado laboral”. A su juicio, los datos demuestran que la capacidad no entiende de género. “Cuando las oportunidades son las mismas las mujeres tienen las mismas posibilidades de lograr resultados académicos idénticos a los hombres. Y lo señalan los datos del informe PISA”, insiste. “Continuamente hemos visto como se han juzgado las capacidades de las mujeres en ciertas materias, como si el género fuese un condicionante a la hora de estudiar y asimilar las materias”.
Peso en el segmento TIC
En España, el segmento TIC no señala un buen porcentaje en el peso que tiene la mujer: apenas alcanza el 20 %. Como licenciada en ciencias exactas, Rosa Díaz observa una relación directa entre este bajo porcentaje con las vocaciones femeninas en torno a las carreras STEM. “Hay que hacer atractivas esas disciplinas”, asegura. Un objetivo que observa factible gracias a la creciente digitalización que sufre la sociedad, con millones de oportunidades y de nuevos puestos de trabajo. “Se trata del momento perfecto para sentar unas bases que hagan este tipo de estudios más atractivos para las mujeres”.
En Lenovo, sin embargo, uno de cada tres empleados es mujer. Un porcentaje, superior al que marca el sector, y que le permite a Patricia Núñez, a animar a que muchas más mujeres se incorporen a este baremo, para equiparar la tasa de hombres y mujeres al máximo. “Lo que nos hace falta es dar visibilidad a las mujeres que ocupan altos cargos directivos en este sector”. A su juicio, la barrera es principalmente cultural. “Confío en que con el tiempo esta barrera se vaya eliminando. Las empresas ya están incluyendo a las mujeres en sus cúpulas directivas y estoy segura de que será cada vez más habitual con el tiempo”.
Carmen Muñoz apela a la conciliación como el gran recurso. “Aunque se han producido avances como la ampliación de las bajas por paternidad o la mayor flexibilidad de las empresas en aspectos como el teletrabajo, sigue existiendo un gran reto”, analiza. “Las mujeres tenemos que seguir haciendo auténticos juegos malabares para poder compaginar trabajo con familia; sin restar ni un ápice de productividad y dedicando tiempo de calidad al cuidado y educación de nuestros hijos”.
Herrero cree que las mujeres lo tienen más difícil que los hombres; “sobre todo a la hora de llegar a puestos directivos”. Aunque reconoce que se ha avanzado, todavía queda mucho por hacer. “Las mujeres, en muchas ocasiones, tenemos que hacer más para probar nuestro lugar que los hombres y nos encontramos con el freno de una política de conciliación insuficiente”, analiza.
Eulalia Flo está convencida de que la mujer estará cada vez más presente en el sector TIC ya que este apartado presenta un mayor recorrido en cuestiones como la conciliación laboral, unos horarios laborables razonables y que se valoren los resultados en lugar del presencialismo. “Todo ello imprescindible para seguir atrayendo el talento”, analiza. “Y no solo el femenino, por cierto”, puntualiza.
También Carolina Moreno cree que es factible elevar el porcentaje de mujeres que desarrollan su labor profesional en este apartado a corto y medio plazo. “El segmento TI es cada vez más complejo, más enriquecedor y fascinante, abarca multitud de tareas, capacidades y aptitudes, lo que favorecerá que muchas mujeres se sientan cada vez más atraídas por él. Es importante que huyamos del cliché que vinculaba estas disciplinas únicamente a tareas como la programación o al mantenimiento de equipos informáticos”.
Retos en la sociedad
Conseguir la igualdad, lógicamente, no alcanza solo a la posición de la mujer en el segmento TIC. Se alarga hasta todos y cada uno de los rincones de la sociedad. A pesar de que queda mucho camino por recorrer Ángeles Delgado asegura que las cosas están cambiando. “Hemos visto muchas mejoras en nuestro país”. Sin embargo, reconoce que hay mucho espacio para la mejora. “En los Consejos de Administración del Ibex, por ejemplo, sólo uno de cada cinco directivos son mujeres”. También insiste en que hay que fomentar el emprendimiento, donde sólo el 40 % de los que deciden emprender son mujeres. “Hay que trabajar para mejorar la posición actual de la mujer en el mercado de trabajo y es responsabilidad de todos: Gobierno, empresas y, sobre todo, nosotras mismas”.
Helena Herrero explica que el ritmo de crecimiento de las mujeres en el mundo laboral de las últimas décadas en España “no ha sido malo, pero es insuficiente”. Entre los años 1990 y 2015 fue el más rápido de toda Europa Occidental: pasando del 42 al 69 %. “Aun así tardaríamos de 10 a 20 años en alcanzar los niveles de los países europeos más avanzados”, denuncia.
En la actualidad las mujeres representan el 19 % de los consejos de administración y sólo el 11 % de los comités ejecutivos. “Suelen ascender a puestos de responsabilidad en áreas de apoyo y no tanto en las relacionadas con la gestión de cuenta de resultados”, analiza la máxima responsable de HP. Sin embargo, en la alta dirección, “el 94 % de los consejeros delegados de las empresas del Ibex 35 proviene de puestos de gestión de cuenta de resultados”, concluye. Herrero insiste en que aquellas mujeres que han llegado a puestos directivos sigan ayudando a que la equidad en el terreno empresarial sea una realidad. “La presencia de mujeres ayuda a abrir la mente y a demostrar la validez de la mujer en puestos de responsabilidad de este tipo”.
La educación vuelve a ser la mejor medicina para remediar la desigualdad. “La pieza clave es la educación en igualdad desde la infancia, en todos los ámbitos”, insiste Carmen Muñoz.
Diferencia salarial
Otro elemento que agranda la brecha de género es la diferencia salarial. El pasado 22 de febrero se celebró en el mundo el día de la igualdad salarial. En España, las trabajadoras cobran un 22,9 % menos que los hombres. Miranda recuerda que España no es ni el único ni el peor país con este indicador desfavorable. “Aunque es cierto que nos encontramos en una situación alarmante en la época en la que vivimos”, puntualiza. A su juicio, se deberían poner en marcha políticas para equiparar los salarios “según las capacidades del trabajador en las labores a ejecutar dentro de una organización, sin importar su género, así como medidas para promover la conciliación”. Unas políticas que deberían contemplar una equiparación de los permisos de maternidad y paternidad. “Las reducciones de jornada y excedencias para hacerse cargo de los hijos se realizan mayoritariamente por las mujeres, lo que afecta también a este índice”, denuncia.
La equiparación conduciría a mayores ventajas para la empresa. “Contar con personas de diferente género mejora la productividad y la competitividad así como las condiciones de trabajo”, reivindica Patricia Núñez. “Lo importante es tener empleados cualificados para un puesto y con la experiencia requerida, independientemente del género, y que todos cobren en función del cargo que ocupen, ya sean mujeres u hombres”.
No hace falta inventar medidas ni promulgar leyes originales. Rosa Díaz explica que se pueden trasladar iniciativas que funcionan en otros países. “La igualdad debe venir por un fuerte compromiso de la dirección de las compañías, acompañado de las medidas del gobierno y de los agentes sociales”.
Muñoz encuentra muy interesantes algunas iniciativas puestas en marcha en Alemania, con la ley de transparencia; los permisos parentales que rigen en Suecia o el certificado de igualdad salarial de Islandia. “Un país solo tendrá futuro en este aspecto si sus gobiernos aplican políticas que beneficien a toda su población y no solo a una parte”. Incluso, como recuerda Eulalia Flo, si no solucionamos la brecha, acabará ocurriendo lo que ha sucedido en otros países “que están imponiendo multas u obligando a que las empresas informen de los salarios, con el fin de que los propios trabajadores puedan ser conscientes de si se dan situaciones de desigualdad”.