173 operaciones tiene abiertas el equipo de Check Point Software en el entorno de la nube en España. Un número que señala, como bien recuerda Mario García, director general de la marca en el entorno ibérico, el movimiento de las compañías hacia este entorno. “Aunque las empresas que están bien protegidas todavía son pocas”, puntualiza. A nivel mundial la marca cuenta con más de 4.000 clientes que disfrutan de protección en sus nubes, con un volumen de negocio de más de 100 millones de dólares en su último año fiscal vinculado con ella.
La nube es un campo en desarrollo, en el que prácticamente todo está por hacer; muy complejo, y más si se entra en su seguridad
La seguridad en este entorno no es sencilla. “La nube es compleja e integrar la protección añade aún más complejidad”. No solo hay que gestionar el número creciente de aplicaciones que se despliegan, rápidamente; también hay que tener en cuenta que muchas veces las empresas desconocen qué tienen en estos entornos. “La seguridad debe estar incluida desde el principio y las compañías deben apostar por proveedores que observen este entorno como un todo, teniendo en cuenta todos los elementos que lo conforman”.
Más de 500 ingenieros trabajan en Check Point Software en el desarrollo de soluciones para blindar este entorno. En la actualidad la marca tiene abiertas más de 100 posiciones de ingeniería que debería cubrir. “Cuesta encontrar profesionales competentes en esta área”, reconoce. “La nube es un campo en desarrollo, en el que prácticamente todo está por hacer; muy complejo, y más si se entra en su seguridad”.
La “inseguridad” de los dispositivos móviles
A pesar de que el 97 % de las empresas ha sufrido algún ataque a dispositivos móviles en 2020, la protección de los dispositivos móviles es la gran olvidada en la estrategia de las empresas. Víctor Molina, jefe de equipo de canal y telco para system engineers de Check Point Software, recuerda que la superficie de ataque, ya grande, va a seguir creciendo de manera desorbitada: en 2020 se calculaba que había 78,5 millones de profesionales móviles, una cifra que crecerá hasta los 93,5 millones en 2024, ejercicio en el que se calcula que el 60 % de la fuerza laboral estará movilizada. “Los dispositivos móviles son más vulnerables que nunca”, alerta. Una vulnerabilidad que se incrementa ante la “libertad” de los empleados: un 67 % admite que opta por aplicaciones, no validadas por la empresa, pero que les permiten ser más productivos. “La seguridad de los dispositivos móviles no es nunca la prioridad número uno de las empresas”, insiste.
La seguridad de los dispositivos móviles no es nunca la prioridad número uno de las empresas
El ransomware como servicio también ha recalado en los dispositivos móviles, adaptándose a Android y también a iOS. Junto a este malware, Molina recuerda las vulnerabilidades que se detectaron en el propio hardware (como fue el caso del chipset de Qualcomm Snapdragon que afectaba a más de 1 billón de dispositivos) o en aplicaciones como Instagram o martketplaces como Google Play. “Cerca de la mitad de las organizaciones fue impactada por aplicaciones móviles maliciosas”.
Panorama de ransomware
El ransomware sigue siendo el malware de moda. Si en 2019 triunfaron los modelos de “doble extorsión” (o el cliente paga por recuperar sus datos o paga por que no se hagan públicos), en 2020 la tendencia maligna preferida fue el ransomware como servicio que ganó en dirección. Ahora, en 2021, este malware se torna en una triple extorsión, incluyendo en la amenaza a clientes o socios de la empresa atacada.
Eusebio Nieva, responsable técnico de la compañía, recordó el modus operandi del ransomware. “El plazo medio entre la primera infección y los movimientos laterales que realiza, una vez dentro de la organización, es de 9 meses”. Entre los más “famosos” están MAZE; el más activo el pasado año y que en 2021, “ha desaparecido”; Conti, que se sitúa en cabeza este año; Avaddon, Dark Side, artífice del ataque al INE; o RYUK, que se encargó de alterar los sistemas del SEPE y más recientemente del Ministerio de Trabajo.
El ransomware como servicio despliega una gran capacidad de ataque contra el directorio activo, en el que se centran, para realizar los movimientos laterales, una vez que ya han accedido
“La herramienta favorita para arrancar la infección sigue siendo el phishing”, recordó Nieva. Un patrón que, sin embargo, no se cumple en las fórmulas de ransomware como servicio, lo que complica la prevención y la protección. “Estas fórmulas cuentan con una gran capacidad de ataque contra el directorio activo, en el que se centran, para realizar los movimientos laterales, una vez que ya han accedido”. Una vez dentro, aprovechan lo que haya en el sistema operativo o en el sistema, “lo que enmascara, aun más, su comportamiento al no utilizar ninguna herramienta externa, que pudiera alertar a los sistemas de protección”. Nieva alertó de que estos ransomware como servicio tienen como diana principal al backup. “Junto a este mecanismo, también los sistemas virtuales y los entornos críticos”.
Vulnerabilidades públicas
La Administración Pública ha sido una de las áreas más atacadas en los últimos meses: el SEPE, el INE, el Ministerio de Trabajo o el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) fueron objeto de extorsiones de ransomware. Mario García explicó que faltan medios y una mayor agilidad en los procedimientos. “Hay, sin embargo, muy buenos profesionales en los ámbitos públicos”, puntualizó. “Pero los presupuestos son los que son”. Es necesario elevar el nivel de protección de estos sistemas. “Muchos siguen pensando que no les va a pasar a ellos”.
Nieva incidió en que es necesaria una mayor agilidad en la implantación de los sistemas de protección. “Los ataques no cesan, mutan, por lo que es necesario no dilatar la implantación de los sistemas, una vez contratados. Algo que, en el caso de los entornos públicos, se retrasa”.