España es el país de EMEA que cuenta con más mujeres en la plantilla de NetApp. Y el mejor estandarte, sin duda, es María José Miranda, que es quien marca la estrategia de la compañía en España y en Portugal. En una semana especial, como es esta, en la que se celebra el próximo 8 de marzo el día internacional de la mujer trabajadora, Miranda reconoce que todavía falta mucho recorrido para que la mujer se mueva en igualdad de condiciones en el campo laboral. “El techo de cristal existe y todas las que hemos llegado a posiciones de alta dirección lo hemos vivido”, reconoce. “Al hombre se le supone su capacidad, y le promocionan sin más o le ofrecen un puesto mejor en otra empresa. Pero las mujeres lo tenemos que demostrar antes y hay muchas que no llegan a tener esa oportunidad”, explica con rotundidad. Eso sí, no aboga, por las cuotas obligatorias. “No me gusta la discriminación positiva en ningún sentido, ni a favor de la mujer ni a favor de otros colectivos”, expone.
De cara a incrementar el porcentaje de mujeres en el sector TIC, señala la formación como pilar indiscutible de mejora. “Falta formación y educación desde edades tempranas”, denuncia. “Así como referentes femeninos para las jóvenes”.
No se olvida de alguna lectura positiva: Miranda reconoce que las empresas TIC son bastante responsables con la conciliación, “tanto para las mujeres como para los hombres”.
Según un estudio del sindicato UGT, la mujer ocupaba en 2015 el 17,4 % de los puestos laborales del segmento de las TIC en España. En 2009 este peso era del 22,3 %. ¿A qué responde esta situación? ¿Es una utopía hablar de mejora?
Realmente sí es una utopía hablar de mejora cuando las cifras dicen lo contrario. Aunque en este caso la fuente de la información no es la misma, creo que responde bastante bien a la realidad. Hay muchos factores que influyen en esta situación, pero no probablemente los que se manejan normalmente en cuanto al trabajo de la mujer y la conciliación familiar. Las empresas TIC son bastante responsables con la conciliación y tienen muchas medidas para favorecerla, incluido la posibilidad de que la conciliación la realicen los hombres. Para mí está claro que esta situación radica en la formación temprana, en lo que la sociedad está transmitiendo sobre tecnología e incluso en la educación que los niños reciben en sus familias. Cada vez más el concepto de tecnólogo se asocia a “friki”; una idea que se ajusta bastante mal con la mentalidad de las chicas jóvenes que a la hora de decidir sus estudios tienen otros estereotipos en la cabeza. Cuando una joven tiene que decidir qué carrera estudiar piensa qué futuro le gustaría tener y, en estos casos, a ninguna se le ocurre un trabajo como el mío, por ejemplo. He pasado por todos los estamentos técnicos y comerciales en empresas de tecnología y mi puesto actual está identificado con la gestión. Resumiendo, falta formación y educación desde edades tempranas y faltan referentes femeninos para las jóvenes.
¿Qué rompería, de una vez por todas, el famoso “techo de cristal”?
El techo de cristal existe y todas las que hemos llegado a posiciones de alta dirección lo hemos vivido. Y muchas más que se han quedado por el camino. Al hombre se le supone su capacidad, y le promocionan sin más o le ofrecen un puesto mejor en otra empresa. Pero las mujeres lo tenemos que demostrar antes y hay muchas que no llegan a tener esa oportunidad. Cuando detectamos a un mal profesional, le calificamos como malo, sin más; profesional, pero si resulta que es una mujer, es una mujer no un mal profesional. Por tanto, el techo de cristal se romperá cuando a las mujeres se les suponga la misma capacidad que a los hombres y, además, lo puedan demostrar después de haberles dado la oportunidad de hacerlo. Algo que solo depende de los directivos que hacen la selección de personal y las promociones.
Si el talento no tiene género, ¿por qué todavía hablamos de discriminación positiva? ¿Está a favor de aplicarla y de una presencia, mínima, de la mujer en la empresa?
No me gusta la discriminación positiva en ningún sentido, ni a favor de la mujer ni a favor de otros colectivos. Las personas debiéramos tener la oportunidad de poder hacer cualquier trabajo para el que nos hayamos formado, para el que seamos capaces y que sea de nuestro interés, independientemente de nuestro género, ideología, color, religión…Parece un posicionamiento muy político pero es la realidad de lo que pienso y ejecuto.
En la compañía que dirige, ¿hay iniciativas concretas para favorecer la igualdad y para promocionar la presencia femenina en el segmento TIC?
No las hay, de hecho somos muy pocas mujeres a nivel mundial en puestos directivos, comerciales y técnicos. Me cabe el orgullo de decir que España es el país de EMEA donde hay mayor porcentaje de mujeres. Y sin hacer discriminación positiva, que como ya he dicho no lo práctico, porque no me parece el camino adecuado.
Dentro de este liderazgo todavía hay puestos directivos que parecen “negados” a las mujeres como el del CIO. ¿Cómo superar estas limitaciones y por qué vienen impuestas?
Es verdad que no hay muchas CIOs en nuestro país, pero hay algunas que dejan el pabellón muy alto. En definitiva, es el mismo problema que en las empresas de tecnología. Hay pocas mujeres que estudien carreras tecnológicas, habría que cambiar los contenidos de estas carreras y, sobre todo, habría que hacer una divulgación de las tecnologías en el sector femenino y que las chicas jóvenes tengan referentes donde mirarse. No toda la tecnología son los frikis (con todo mi respeto) que ellas ven como enganchados a un submundo poco interesante. También es cierto que para trabajar en tecnología no hace falta hacer una carrera tecnológica ya que que existe un campo inmenso de aplicaciones muy interesantes para biólogos, médicos, marketing, financieros…. Quizá incluir formación tecnológica en estas carreras podría ayudar a cubrir esta deficiencia.