La ciberseguridad ya forma parte del aparato estratégico de las empresas. Si hace un tiempo los responsables de mantener adecuadamente defendido el fuerte se alojaban en los sótanos de las empresas, ahora han salido a la luz, convirtiendo la protección en materia prioritaria. “El mundo digital ha cambiado la sociedad en la que vivimos y el modelo de negocio de las empresas”, recuerda Mario García, director general de Check Point en España y Portugal. “Y la ciberseguridad está presente en este entorno; en todas las empresas e, incluso, en la Administración Pública”.
El máximo responsable de la marca analizó el panorama de amenazas que se vislumbra para los próximos meses en el que el ransomware, a semejanza de lo que ha pasado en 2017, tiene una presencia clara. “Viene mucho más ransomware”, pronosticó. Un ataque que, a semejanza de lo que ocurrirá con el malware en general, desarrollará una mayor capacidad de personalización y tendrá un componente más personal. “Buscará el error del usuario más que el fallo en la tecnología”, pronosticó. “El problema de la seguridad no es el usuario, sino el usuario mal formado”.
García volvió a recordar que la ciberdelincuencia es un negocio. “Los ciberdelincuentes calculan cuánto dinero les cuesta llevar a cabo un ataque y el retorno de la inversión”, recuerda. Una “fabricación” de malware que no está cerrada a los hackers: también ha alcanzado a algunos gobiernos.
La protección de los dispositivos móviles sigue marcando otro área de peligro: apenas el 5 % de los mismos cuentan con aplicaciones para protegerlos. “El usuario no percibe la inseguridad que provoca esta falta de protección”, insiste. A pesar de que ha crecido de manera enorme el phising a través de los SMS “no hay conciencia de que el móvil sea un vector de ataque”.
Por último no olvidó referirse al entorno de la nube que, por naturaleza, “es inseguro, por su carácter abierto e interconectado”, recordó. Es otro punto que hay que proteger junto al imparable IoT.