Dar una cobertura completa en cualquier tipo de instalación es el objetivo principal que persigue Armor en su exploración de nuevos mercados que van mucho más allá de los tradicionales consumibles de impresión. La marca ha incorporado opciones para las copiadoras y filamentos 3D; y ha empezado a explorar el segmento de las células fotovoltaicas. Tres productos que se han unido a su agenda más “tradicional” en la que aparecen la cinta de impacto y los consumibles para el mercado láser y la tinta; y a la que ya se unieron las opciones para plotters (LFP).
Miguel Parrado, responsable de ventas para Iberia, señala a los clientes profesionales, muy exigentes, y con una gran sensibilidad hacia la economía circular, como el público potencial de este ecosistema.
Impresión y copia
En el apartado más tradicional vinculado con la copia y la impresión, la marca ya introdujo hace tiempo los consumibles para plotters (LFP), aprovechando, como señala Parrado, su larga presencia en la formulación de tintas. “Se decidió dar el paso hacia una alternativa de la misma calidad pero con un ahorro muy importante”.
Otra de las líneas nuevas son los consumibles de copiadoras cuya gama actual alcanza unos 150 códigos, de máxima rotación, que permiten cubrir las referencias estándar del parque español. “Aunque es posible remanufacturar, en un plazo máximo de 4 semanas, cualquier otro consumible”, especifica. Parrado insiste que en este mercado, “uno de los más desabastecidos en términos de remanufacturados”, el argumento de venta es el mismo que en el área de la impresión. “Calidad y garantía en este tipo de producto, con un compromiso con el medio ambiente y un ahorro para el distribuidor y para el usuario final”.
Y más allá
Filamentos 3D y células fotovoltaicas se colocan como los elementos más originales de la oferta. Parrado reconoce que los filamentos son, todavía, un negocio muy desconocido en España. La marca dispone de múltiples materiales para poder realizar sus piezas de 3D. “El más común es el PLA pero ofrecemos un abanico de nuevos materiales como PETG, PEKK o ABS Carbon, apropiados para sectores como la automoción, la aeronáutica o la defensa”, explica. El objetivo es dar a conocer una tecnología, poco introducida en el mercado, pero que “ganará peso”.
En el caso de las células fotovoltaicas, comercializadas bajo el nombre de ASCA, pueden revestir cualquier objeto para generar carga eléctrica. “Estas células ofrecen ventajas como la flexibilidad, la ligereza o la resistencia a los golpes”, explica. La marca ya las ha aplicado a productos como maletines y cargadores autónomos; y el responsable ibérico asegura que encaja en múltiples perfiles. “La necesidad de energía es absolutamente necesaria y no siempre los usuarios tienen una fuente de carga a mano”. En el caso de su aplicación a los maletines, se ofrece una doble utilidad: además del uso tradicional que tiene este producto, el usuario puede mantener cargado su dispositivo móvil.
Precisamente la marca estuvo presente en el último torneo de Roland Garros con un proyecto vinculado con esta tecnología. Armor recubrió con células fotovoltaicas un despacho itinerante y los asistentes a los partidos podían recargar sus móviles sin coste alguno desde los power bank cargados con este tipo de células.