El año 2025 ha sido un año determinante para el canal español. La combinación de una regulación más exigente, una mayor sofisticación de las amenazas y una tecnología cada vez más compleja ha obligado a muchas organizaciones del sector a replantear su manera de trabajar. La ciberseguridad hace tiempo que dejó de ser un conjunto de proyectos aislados para convertirse en una operación continua, que exige especialización, capacidad técnica y una visión a largo plazo.
Este contexto ha impulsado una evolución clara en la estructura del canal. La segmentación por perfiles —resellers, integradores, proveedores de servicios gestionados o socios tecnológicos— se ha consolidado como una vía para adaptar mejor los recursos, el soporte y las herramientas a la realidad de cada modelo de negocio. Esta diferenciación no solo ordena el ecosistema, sino que facilita que cada actor pueda avanzar en función de su madurez y ambición.
El crecimiento de los modelos MSP y MSSP ha sido una de las tendencias más evidentes del año. La falta de talento especializado, unida a la necesidad de muchas empresas de externalizar la operación de su seguridad, ha situado a los servicios gestionados en el centro de la estrategia del canal. La ampliación de capacidades técnicas, la mejora de los mecanismos de soporte y el asesoramiento para integraciones y despliegues se han convertido en elementos clave para acompañar esta transición.
En paralelo, la formación ha adquirido un peso decisivo. Marcos regulatorios como NIS2 han impulsado a organizaciones de todos los tamaños a priorizar la capacitación de sus equipos. La oferta de certificaciones, contenidos técnicos y programas de especialización ha crecido para responder a esa demanda y para reforzar una profesionalización que el canal venía persiguiendo desde hace tiempo.
«Marcos regulatorios como NIS2 han impulsado a organizaciones de todos los tamaños a priorizar la capacitación de sus equipos»
Otro de los avances del año ha sido la ampliación del ecosistema de distribución, que ha permitido aumentar la capilaridad y ofrecer un soporte más especializado a una red de partners cada vez más amplia y heterogénea. Esa mayor cercanía está facilitando el desarrollo de proyectos más complejos y la incorporación de nuevos perfiles orientados al servicio.
En paralelo, la evolución del porfolio hacia soluciones más integradas ha respondido a una demanda clara del mercado. Las empresas buscan simplificar su arquitectura de seguridad y reducir la fragmentación de herramientas. Las plataformas unificadas permiten a los partners articular ofertas más claras, adaptadas a la realidad de la pyme y a entornos industriales donde la necesidad de protección es cada vez mayor.
El balance de 2025 deja un mensaje evidente: la resiliencia se ha convertido en el eje de la ciberseguridad. Para el canal, esto implica asumir un rol más estratégico, en el que la anticipación y la operación continua sean tan relevantes como la propia tecnología. Todo indica que 2026 seguirá acelerando esta tendencia, con partners que ampliarán su oferta gestionada, reforzarán sus capacidades y buscarán diferenciarse a través del valor que aporta el servicio.
El canal español ha dado pasos firmes hacia un modelo más especializado. La madurez alcanzada este año será fundamental para afrontar un 2026 que exigirá más integración, más automatización y una colaboración todavía más estrecha entre fabricantes, mayoristas y partners.
Y, en este contexto, la estrategia de Kaspersky también ha evolucionado, reforzando la propuesta y ampliando las capacidades de acompañamiento al canal. El objetivo es claro: contribuir a que esta transición a modelos más resilientes no solo continúe en 2026, sino que lo haga con un canal mejor preparado, más especializado y con más oportunidades de crecimiento.




































































