Han tardado dos años en desarrollar su producto pero como asegura Francisco Torres Brizuela, director de canal, alianzas y proveedores de servicio, “hemos accedido directamente a la segunda ola de esta tecnología”. Una sentencia que remarca Manel Picalló, consultor ingeniero de NetApp, quizás para excusar esta tardanza. “Nuestra propuesta es innovadora”.
HCI, sin embargo, parte de la exigencia del mercado. “El cliente necesita trabajar con la infraestructura de manera más flexible y con una gestión más eficiente”, remarcó. En principio, HCI reúne todo lo que debe cumplir una solución hiperconvergente: almacenamiento, memoria y CPU todo en uno, con el software funcionando como un solo actor, dando unidad al conjunto y rigiendo la solución. Hasta aquí la igualdad. La diferenciación parte de la posibilidad de ir añadiendo módulos, en función de las necesidades de los clientes. “Es posible, por ejemplo, aumentar sólo el cómputo o sólo el almacenamiento o sólo la red”, aseguró. “Por tanto el cliente solo paga por lo que consume; ya que se escala cada elemento por separado”.
Se trata, por tanto, de una solución modular. “Hemos añadido modularidad sin perder las capacidades hiperconvergentes”, resumió. Ahora bien, el diseño mínimo incluye dos nodos para asegurar la redundancia y la continuidad de los sistemas.
Una estrategia de negocio hiperconvergente que es posible armonizar con la potenciación de su producto convergente, FlexPod que ya suma seis años en el mercado. “Aquellas compañías que tengan más clara la escalabilidad que van a requerir en el futuro optarán por la convergencia; las que busquen más flexibilidad se irán a HCI”, explicó. Torres Brizuela, además, recordó el carácter 100 % virtualizado que presenta HCI como elemento diferenciador… Y de elección.