Paso a paso, firme, con su proceso de transformación. Intel prosigue, tras un año “sólido”, tal y como lo calificó Norberto Mateos, director general de Intel en España y EMEA channel sales director, con la estrategia que iniciara en 2021, IDM 2.0, que marca su ruta de innovación y que buscaba redoblar su capacidad de producción. La salida del CEO que la puso en marcha, Pat Gelsinger, el pasado mes de diciembre, no la ha desviado ni un ápice. Además de abarcar la fabricación interna y externa de semiconductores, con IDM 2.0 Intel abrió el camino para convertirse en fabricante para terceras compañías. “Somos la única compañía que permanece como fabricante y diseñador de sus productos”, recordó. Una posición que exige, como puntualizó, un uso intensivo del capital. “Tener y actualizar fábricas, para estar a la última, es muy caro”. Sin embargo, la estrategia permanece aunque con un cierto matiz: “Se ha recalcado la fuerte inversión que debemos realizar para el desarrollo de productos ya que es hacia donde se dirige el mercado y donde Intel puede liderar áreas como el edge, el PC, el centro de datos y la nube”. Ahora se trata, puntualizó, de “lograr una rentabilidad sostenible en las fábricas: hay que acompasar las inversiones fabriles con las necesidades y capacidades de fabricación, tanto para Intel como para terceros. Hay que optimizar nuestros productos”. Una estrategia en la que el “gusto” del cliente va a pesar aún más. “Tenemos en nuestro road map cientos de productos: vamos a priorizar lo que los clientes quieran, eliminando las soluciones que no demandan”.
“Tener y actualizar fábricas, para estar a la última, es muy caro”
Este “balanceo” entre la fabricación y el desarrollo de productos que ha desembocado en una paralización de la fábrica de Alemania, “hasta que exista demanda para esos chips”; mientras que la establecida en Irlanda, que cuenta con la última tecnología de fabricación y en la que se hizo una enorme inversión (17.000 millones de dólares), se ha ampliado y seguirá en marcha.
En el lado de la fabricación para terceros, Mateos recordó la alianza con AWS, en la que desarrollarán un chip de inteligencia artificial. “Vamos a hacer un Xeon con las características específicas para el diseño del centro de datos que el hiperescalar desea”.
Precisamente, en el área del centro de datos, puntualizó que la IA es una carga de trabajo más en este apartado. “Contamos con todo tipo de herramientas tecnológicas y la IA jugará su papel en todas ellas; pero pocas empresas se dedicarán per sé a su desarrollo”.
Un entorno en el que defendió el valor de x86. “Ofrecemos flexibilidad y libertad de elección, con un rendimiento por vatio y por dólar; lo que nos diferencia”.
IA en el PC
El compromiso de Intel con el PC vinculado con la inteligencia artificial empieza con Meteor Lake (Intel Core Ultra) en 2023, cuando se lanzaron seis millones de dispositivos, y en 2024, con Lunar Lake (Intel Core Ultra Serie 200). “Lanzaremos a final de año Panther Lake (ya tenemos 8 clientes con pilotos en marcha) y el objetivo es lograr 100 millones de PC con IA”, explicó Mateos.
Patricia Pozuelo, directora del equipo técnico de partners en EMEA, recordó que “Lunar Lake es el procesador más eficiente desde el punto de vista energético en la historia de Intel”. Ya cuenta con más de 500 modelos de IA y más de 400 aplicaciones con esta tecnología. Tras el lanzamiento en 2024 de los procesadores Intel Core Ultra serie 200V e Intel Core Ultra 200S, para equipar con esta tecnología tanto a los portátiles como a los equipos de sobremesa, en el CES ha lanzado las series Intel Core Ultra H y HX para portátiles dirigidos a jugadores y a creadores de contenidos.
De cara a 2025, según IDC el mercado del PC con IA crecerá un 4 %, “siendo clave también la migración a Windows 11”, puntualizó Pozuelo. El cálculo es que el 40 % de los PC que se comercialicen este año cuenten con la IA. En el caso de la plataforma x86, “también esta tecnología va a jugar un papel clave”.
Panorama en España
En el repaso de la actualidad en España, Mateos se refirió al PERTE CHIP, el más ambicioso de los PERTE, con una dotación de 12.000 millones de euros, confirmando, como hizo hace un año, que no se tiene previsto invertir en fábricas. “Continuamos hablando con el Gobierno para analizar posibles proyectos en diferentes áreas pero no están relacionados con la actividad fabril”, confirmó. De cualquier manera, reivindicó que “los semiconductores son la base de la economía digital y España tiene que jugar un papel en ello”.
En relación con el plan conjunto con el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) para el diseño de microprocesadores con tecnología basada en hardware abierto del tipo RISC-V, que cuenta con una inversión de 400 millones de euros a lo largo de diez años, Mateos confirmó que Intel seguirá invirtiendo en él. “El proyecto está vivo y seguimos ejecutándolo”.