Fujitsu suma cinco décadas en España en este 2023. Un largo periodo en el que la multinacional ha convertido a la filial en un enclave estratégico para sus inversiones. Ángeles Delgado lleva al frente de la filial desde 2011. Más de una década en la que la compañía, al ritmo que marcaban las exigencias del mercado, ha llevado a cabo una transformación, donde áreas como la inteligencia artificial, el big data, el 5G privado, la computación cuántica o la ciberseguridad se han revelado protagonistas.
Fujitsu cumple 50 años en España en este 2023. 19 años lleva en la compañía y casi 12 como máxima responsable de la estrategia. ¿Qué momentos claves señalaría de su “historia” dentro de una compañía tan longeva?
Son casi 40 años de carrera en el sector informático. Fujitsu fue mi primera compañía japonesa y en aquel momento, en 2004, perseguía una empresa en la que pudiera desarrollar un ciclo laboral más largo. Y acerté. Una de las mejores cosas que me ha dado, además del trato a las personas y de la libertad en la toma de decisiones, es la posibilidad de desarrollar proyectos muy diferentes. Cuando me incorporo a la empresa, en aquel momento Fujitsu Siemens Computers, el foco estaba en el desarrollo del consumo. Mi trabajo fue diseñar la división profesional y, posteriormente, el desarrollo de nuevos mercados.
Un momento clave fue la fusión con Fujitsu, en la que mi labor se centró en construir la “nueva” empresa, trabajando junto a Juan María Porcar. 2011 fue el año en el que se operó ya como Fujitsu, cuando pasé a hacerme cargo de su dirección, lo que me dio la oportunidad de iniciar una estrategia de crecimiento, con una mayor visibilidad y atraer inversiones a España. También he tenido la oportunidad, durante cuatro años, de dirigir el área de Latinoamérica. Y, posteriormente, volví a concentrarme en España respondiendo a la estrategia de la compañía de centrarse en los mercados maduros, donde siempre hemos tenido mucha presencia, con la visión de organizar el salto digital tan importante que preveíamos. En definitiva, Fujitsu me ha permitido gozar de una riqueza enorme de experiencias.
Han sido cinco décadas en las que la compañía ha demostrado su compromiso con España; que siempre ha sido país de referencia con inversiones tan críticas como el centro de excelencia en analítica de datos e inteligencia artificial para Europa, el centro de datos de computación en la nube, la única división de I+D en Europa o la factoría de software de aplicaciones de Sevilla. ¿Qué explica esta apuesta? ¿Por qué España?
Aunque hay una razón histórica, ya que fue el primer país donde Fujitsu se expandió fuera de las fronteras de Japón; la razón principal es la confianza y la credibilidad en España. Un aspecto fundamental para atraer las inversiones es nuestro plan estratégico: somos una compañía global pero que entiende muy bien la adaptación a los distintos mercados. Nuestra visión estratégica y, sobre todo, la enorme credibilidad y consistencia en la ejecución son elementos fundamentales para la atracción de inversión a España. Ha habido siempre una estrategia proactiva de ir progresando continuamente en nuestras capacidades. Por supuesto, hubo momentos complicados que la compañía superó gracias a la confianza que se tenía en el equipo de España.
¿Será posible seguir atrayendo inversiones a nuestro país?
Por supuesto. España tiene una oportunidad importantísima en las dos grandes transformaciones. La digital, acelerada en la pandemia, y ahora gracias a los fondos europeos, que estamos viendo sobre todo en el área pública; y la energética, por el peso que tenemos en las renovables, en el gas natural licuado o en el hidrógeno, donde contamos con una colaboración empresarial con Japón. Si nos concentramos y hacemos bien las cosas, España puede tomar una mayor importancia geopolítica.
En la filial española hemos desarrollado capacidades muy innovadoras, como es el caso de la inteligencia artificial o la 5G privada. También en computación cuántica. En el contexto europeo, España se ha posicionado de manera excelente para prestar servicios tecnológicos hacia otros países. La última inversión, iniciada hace dos años, ya se ha materializado en el Centro de Respuesta Temprana para atender desde España a clientes de otros países. Es área clave para el crecimiento, tanto en el cloud y la gestión del centro de datos como en ciberseguridad.
En el contexto europeo, España se ha posicionado de manera excelente para prestar servicios tecnológicos hacia otros países
Hemos vivido dos años, complicados, en los que la tecnología ha sido uno de los segmentos que han ayudado a sostener la economía y la continuidad del negocio de las empresas. Tras este periodo, ¿qué ha cambiado en Fujitsu?
En estos años se ha acelerado un proceso que ya estábamos aplicando. Cuando asumí la dirección general en 2011 pusimos en marcha un programa, “Rumbo a 2015”, que luego tuvo su continuidad en “Rumbo a 2020”. A pesar de las crisis, se estaba produciendo una transformación del mercado; lo que nos permitía empezar a transformarnos en una organización mucho más ágil, más empoderada, más colaborativa y en la que el estilo de liderazgo fuera mucho más abierto. Por lo tanto, cuando llegó la pandemia, ya llevábamos muchos años trabajando todos estos aspectos; y nos cogió muy bien preparados. De hecho, somos el país del mundo que tiene la conexión con los empleados más alta, lo que está directamente relacionado con esta iniciativa: contamos con un NPS de 70 cuando la media del mercado en Europa está entre el 30 y el 40, lo que redunda en clientes satisfechos, área en la que también estamos seis puntos por encima del mercado.
En la actualidad contamos con un programa interno, de evolución, que incluye, entre otros aspectos, el cuidado de la salud de los empleados, la mejora del espacio de trabajo, el desarrollo del liderazgo, la puesta en marcha de unidades de negocio multidisciplinares o la implantación de procesos internos digitales y de un estilo de trabajo flexible. Sin lugar a dudas, estos procesos de transformación interna están directamente relacionados con la capacidad de dar satisfacción a los clientes.
Hablábamos hace tiempo de que las compañías tecnológicas tendían a homogeneizarse; algunas incluso a mimetizarse. No sé si, con el tsunami digital que estamos viviendo, este proceso se ha intensificado o, por el contrario, las empresas tecnológicas sí han sabido imprimir una mayor diferenciación. ¿Cuál es su visión? ¿En qué cree que es diferente Fujitsu?
Se ha producido una mayor diferenciación. En los orígenes de nuestro mercado, las tecnologías eran propietarias, lo que ya concedía esa diferenciación. Posteriormente, asistimos a procesos de integración y, después, de estandarización y poca diferenciación, lo que señaló la época de los sistemas abiertos. Con la digitalización esto ha cambiado radicalmente ya que hay que “construirla” con el cliente. Una premisa que exige ser mucho más que un mero brazo comercial. Hay que entender el negocio de los clientes, empatizar con sus necesidades y establecer lazos de colaboración. Y esto siempre ha formado parte del ADN de Fujitsu, lo que nos concede una enorme ventaja en este entorno digital. Digitalizar no es vender una tecnología digital; exige una diferenciación. Antes, en la época en la que primaba la tecnología muy estandarizada, en el momento en el que una compañía era capaz de fabricar más barato podía tener su hueco en el mercado. Hoy en día, hablar de inteligencia artificial, de tecnologías cuánticas o biométricas o de 5G exige diferenciación e inversión en I+D. Es esencial saber conectar estas tecnologías digitales con la necesidad del negocio y estar cerca del cliente. Y es lo que va a diferenciar unas compañías de otras.
Digitalizar no es vender una tecnología digital; exige una diferenciación
El pasado mes de diciembre desvelaba que los resultados de negocio eran muy positivos en España. Proyectaba que al final del año fiscal, el próximo 31 de marzo, el área de los servicios, que ya genera el 70 % de la facturación, acabaría con un 7 % de crecimiento, y los negocios vinculados con la seguridad y las áreas digitales duplicarían su volumen. ¿Se mantiene esta excelente previsión?
Sí. Vamos a acabar el año con esos resultados. El mercado, a nivel global, va a crecer en torno al 2 %, por lo que nuestro balance es muy positivo. Son muy significativos los crecimientos exponenciales en áreas como la ciberseguridad, el big data, analytics o la inteligencia artificial, donde vamos a crecer por encima del 200 %. Despegamos áreas nuevas como 5G privada por la que apostamos hace dos años. Ya hemos firmado dos proyectos, con la Zona Franca de Barcelona y con una compañía logística.
Otra de las áreas claves es la salud. Hemos liderado los dos primeros proyectos de genómica que hay en España, en la Comunidad de Murcia y en la de Madrid, que ya estamos ejecutando. La sanidad digital es un elemento imprescindible para resolver los enormes retos que tenemos en el área de la salud. En Fujitsu contamos con una unidad de negocio multidisciplinar.
Además hemos incorporado, entre nuestros clientes, al Servicio de Salud de Baleares, para desplegar todos los servicios, tanto de puesto de trabajo como de centro de datos.
Una de las áreas en las que queremos fortalecer nuestra presencia es el entorno de las aplicaciones, que es la principal demanda que hay en todos los sectores de mercado. Es un área donde hay mucho déficit de recursos.
Entre los hitos del pasado año, la creación de unidades especializadas, como es el caso de la focalizada exclusivamente en el despliegue de proyectos con CaixaBank. La banca siempre ha sido foco de Fujitsu. Y la española siempre se ha enarbolado como ejemplo de transformación digital, pero tengo la sensación de que muchos procesos siguen siendo antiguos. ¿Qué falta por hacer en este apartado en España?
No cabe duda de que la banca ha sido uno de los sectores más intensivos en inversión en tecnología pero queda todavía muchísimo por invertir. En el caso de CaixaBank el canal de autoservicio es estratégico. No lo consideran un mero dispensador de efectivo y están invirtiendo en la experiencia del cliente.
El sector de la banca debe seguir invirtiendo, por ejemplo, en la omnicanalidad, que debe ser una realidad. Y también en el área de las aplicaciones. Tras las inversiones que hicieron hace décadas, ahora cuentan con un entorno complejo, al que hay que dotar de flexibilidad y escalabilidad. Por último, son esenciales los datos. En general, en todas las grandes organizaciones que han llevado a cabo una enorme inversión, encontramos un alto nivel de dispersión de los datos, lo que dificulta su análisis.
Queremos fortalecer nuestra presencia en el entorno de las aplicaciones, que es la principal demanda que hay en todos los sectores de mercado
Otra unidad especializada es la consagrada a la salud. Con la pandemia ha cobrado mayor relevancia la teleasistencia y los modelos en remoto. Y en el horizonte, no sé si “galáctico”, una medicina 5P (personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional). ¿Qué proyectos destacaría en este apartado? ¿No va la tecnología (y la estrategia) muy por delante de la demanda en España?
La sanidad es otro de los campos donde el cambio de comportamiento, tras la pandemia, ha sido absolutamente radical. Y parte de ese cambio ha venido para quedarse. La salud tiene retos importantísimos y la tecnología es una de las soluciones para responder a ellos. En España tenemos un sistema de salud espectacular. Una de las claves, aparte de la calidad de los sanitarios, es la efectividad que tenía el sistema de atención primaria. Ahora tiene una serie de retos y tensiones muy grandes. Primero, la demanda de sanidad ha aumentado; y no solo por el envejecimiento de la población, también pesa el incremento de los enfermos crónicos pluripatológicos. Por otro lado, hay que sumar nuevas patologías, como es el caso de las enfermedades mentales. Un complejo panorama al que se une la falta de profesionales, que ven que no se están destinando los recursos necesarios.
Evidentemente la tecnología es solo una parte de la solución, que exige una racionalización. Hay cuatro áreas de trabajo para la tecnología: la medicina genómica, que permitirá una mayor prevención. También el desarrollo de iniciativas de acompañamiento de pacientes, a través del uso de unas aplicaciones que permiten una mayor eficacia del sistema de salud.
Estamos creando un área de consultoría para los procesos clínicos para disfrutar de procesos pautados desde el punto de vista tecnológico. Y, por último, el despliegue de los cuidados remotos, donde va a ser esencial, por ejemplo, la monitorización remota.
En el área de la salud, los datos son esenciales. Deberíamos contar con un gran banco de datos al que puedan acceder tanto la sanidad pública como la privada y todas las empresas que realizan su actividad en este sector. Esto en Japón ya se ha hecho.
Y, en otros órdenes, las tecnologías de procesamiento de lenguaje natural para ayudar a los médicos en la consulta, la teleasistencia o la aplicación de la computación cuántica, por ejemplo, al desarrollo de medicamentos.
El área de la justicia marca el desarrollo de AstreIA, que identifica la propuesta de valor para la digitalización inteligente de la justicia. Este sector es, sin embargo, y a pesar de los esfuerzos de las compañías tecnológicas, uno de los sectores más atrasados en materia de digitalización. ¿Por qué?
Hay que dar un impulso a la transformación digital de la justicia. En nuestro caso, por ejemplo, hemos tratado de impulsar la mediación electrónica que en España está muy poco implantada y que evita, según los casos, ir a juicio. También estamos ejecutando algunas aplicaciones como la textualización de los juicios o la inteligencia artificial para ayudar a los jueces.
Estos segmentos públicos son pieza clave en el negocio de Fujitsu, generando el 40 % de la facturación en España. Un segmento que seguirá recibiendo una gran parte de los fondos NextGenerationEU. ¿Qué valoración le concede a la ejecución de estos fondos? ¿Se ha notado en el negocio?
Mucho. El volumen de licitaciones, tanto en la Administración Central como en las autonómicas, ha sido enorme. Muchas comunidades, como Madrid y Andalucía, están creando órganos para gestionar su digitalización. Estamos viendo grandes proyectos en el área de la ciberseguridad, también en la construcción de grandes lagos de datos e incluso en el apartado de la tecnología cuántica. Hace muchos años que no veíamos en el sector público tal grado de proyectos y de innovación.
Precisamente, uno de los últimos proyectos que se ha concedido a Fujitsu en esta área cuántica es el super ordenador cuántico que se ha instalado en el Centro de Supercomputación de Galicia (Cesga), en el campus de la Universidad de Santiago. ¿Qué aplicaciones reales se despliegan?
Va a ser el más grande de Europa. Es un proyecto en el que además de la infraestructura, vamos a diseñar un centro de excelencia en la utilización de las computaciones cuánticas. Va a estar conectado con la universidad para contar con estudiantes becados en estos temas y con el tejido industrial para promocionar, formar y diseñar casos de uso para sectores específicos.
Inmersos en un mundo en el que la eclosión de datos es enorme, esta tecnología realiza, a un nivel muy avanzado, cálculos combinatorios de los mismos que permiten, por ejemplo, la optimización de todas las carteras de activos de un banco o de la robótica de las líneas de producción de una compañía automovilística. También es vital en el diseño de un medicamento o en la mejora del tráfico de las ciudades. Lo más importante de este proyecto es que los distintos sectores de la industria y los organismos públicos entiendan qué aplicación tiene. Y vamos a ver proyectos parecidos en otras Comunidades Autónomas.
Hace muchos años que no veíamos en el sector público tal grado de proyectos y de innovación
El canal es pieza clave en Fujitsu. La compañía ha situado al canal como pieza clave para el despliegue del negocio; incluso en el área de los servicios, lo que nos retrotrae a estrategias que ya se aplicaban en Fujitsu Siemens Computers. ¿Es el mejor momento para que un partner forme parte de la compañía?
Sin duda. Fujitsu siempre ha tenido una vocación de partnership absolutamente consustancial, tanto con el canal de distribución como con compañías de otro tipo. Tienen que formar parte de la cadena de valor. Ahora bien, como ha sucedido con otras compañías tecnológicas, hay que reinventarse. Lo que aportaba el canal de distribución hace 30 años no tiene nada que ver con lo que tiene que aportar ahora. En España tenemos un canal muy potente, muy sólido, que ha pasado por ciclos muy diferentes y que está sabiendo aportar su valor a la cadena de la digitalización.
Y, de cara al nuevo ejercicio, que arrancará el próximo 1 de abril, ¿qué áreas van a ser prioritarias?
Vamos a seguir impulsando áreas donde vemos crecimiento como es la sanidad, la justicia digital o la 5G privada. Al Centro de Excelencia de big data y analytics le hemos incorporado inteligencia artificial para Europa y vamos a dar un gran impulso a las aplicaciones. Vamos a seguir incrementando la base de clientes, por ejemplo, en el área de los seguros, donde estamos fortaleciendo nuestra presencia, y vamos a dar un enorme impulso a las oportunidades que tenemos en nuestra proyección externa en el área de la ciberseguridad y en los servicios de centro de datos y cloud. Va a ser clave la construcción del primer centro de ciberseguridad especializado en un sector concreto, que va a ser la sanidad, que no existe en ningún país de Europa.