Sigue siendo el área donde más caro sale perder los datos. La sanidad encabeza el ranking, por séptimo año consecutivo, de los sectores industriales en los que perder datos sale muy costoso. La pérdida de datos médicos supone a las organizaciones 380 dólares por registro, más del doble que el baremo medio de otros segmentos, que se sitúa en 141 dólares. Es uno de los datos que se desvela en el estudio que ha llevado a cabo Ponemon Institute, a solicitud de IBM Security.
Entre las noticias más positivas, el descenso del 10 % en el coste mundial que supusieron estas pérdidas en relación a 2016 (sumaron 3,62 millones de dólares).
Si se analizan las zonas el área de seguridad del gigante azul asegura que el gasto en Europa ha bajado un 26 %, un baremo sensiblemente inferior a la media general. Entre las razones que lo sustentan se encuentra la regulación europea, mucho más centralizada, lo que facilita el cumplimiento de la norma y requiere menos recursos.
En Estados Unidos, sin embargo, la heterogeneidad marca la norma: 48 de los 50 estados tienen sus propias leyes, lo que complica el cumplimiento.
El estudio insiste en que contar con un “equipo de respuesta a incidentes” reduce significativamente el coste de pérdida de datos. Incluso lo cuantifica: supondría un ahorro de más de 19 dólares por registro robado o perdido.
La velocidad de reacción es otro elemento fundamental: aquellas empresas que han reaccionado rápido y han frenado el incidente en menos de 30 días, han tenido que desembolsar casi un millón de dólares menos. El estudio apunta que esta rapidez de respuesta aumentará su importancia cuando entré en vigor el GDPR que obligará a las empresas que tengan su actividad en Europa a informar de sus pérdidas de datos en 72 horas. Si no lo hacen así se enfrentarán a multas de más del 4 % de su facturación anual.