IBM sigue siendo un actor importante en el ámbito de la computación cuántica. No en vano su misión en este sentido pasa por ofrecer una computación cuántica útil, haciendo que el mundo sea seguro desde el punto de vista cuántico, tal y como confirman desde la marca.
En este momento la compañía es noticia al haber sido formalizados oficialmente, dentro de las tres primeras normas de criptografía poscuántica del mundo, dos de los algoritmos desarrollados por el “gigante azul”. Los estándares incluyen tres algoritmos criptográficos poscuánticos: dos de ellos, ML-KEM (originalmente conocido como CRYSTALS-Kyber) y ML-DSA (originalmente CRYSTALS-Dilithium) desarrollados por investigadores de IBM en colaboración con varios socios de la industria y del sector académico. El tercer algoritmo publicado, SLH-DSA (inicialmente presentado como SPHINCS+) fue codesarrollado por un investigado incorporado a IBM. Un cuarto algoritmo desarrollado por IBM, FN-DSA (originalmente denominado FALCON), ha sido seleccionado para su futura estandarización. Estas normas, publicadas por el NIST, están diseñadas para salvaguardar los datos intercambiados a través de redes públicas, así como para las firmas digitales utilizadas en la autenticación de identidades. Una vez formalizadas, servirán de modelo para que gobiernos e industrias de todo el mundo empiecen a adoptar estrategias de ciberseguridad postcuántica. Con ello se consigue un avance en la protección de los datos cifrados del mundo frente a los ciberataques que podrían llevarse a cabo. “Un paso importante en los esfuerzos por construir un futuro seguro junto con la computación cuántica”, indican. No en vano el equipo de IBM cuenta con los expertos más importantes en criptografía del mundo, liderando el sector en el desarrollo de algoritmos para proteger los datos frente a futuras amenazas.
Entre los planes de la compañía figuran presentar su primer sistema cuántico con corrección de errores en 2029. Un sistema que ejecutará cientos de millones de operaciones cuánticas para devolver resultados precisos de problemas complejos, inaccesibles para los ordenadores clásicos en la actualidad. También pretenden ampliar este sistema y ejecutar más de 1.000 millones de operaciones cuánticas hasta 2033, por poner algunos ejemplos.