El miedo al brote del coronavirus ha provocado que la organización, GSMA, decidiera cancelar la edición 2020 del MWC de Barcelona, que estaba previsto que abriera sus puertas el próximo 24 de febrero. A última hora de la tarde de ayer, la organización emitió un comunicado señalando que con el fin de respetar el entorno medioambiental y sanitario de Barcelona y del país ha “cancelado el MWC de Barcelona 2020 porque la preocupación global por el coronavirus, los viajes y otras circunstancias han hecho imposible para GSMA su celebración”.
La organización y las autoridades continuarán trabajando al unísono y apoyándose mutuamente para la edición 2021 y futuras ediciones, anunciaba la GSMA en su comunicado.
Este propósito se ha reafirmado en la rueda de prensa celebrada hoy, en la John Hoffman, consejero delegado de GSMA, acompañado por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y representantes de la Fira de Barcelona, ha explicado con más detalle los motivos de la cancelación. El directivo ha señalado que no ha sido una decisión tomada a la ligera y que la suspensión se ha debido por causas de fuerza mayor
En cuanto a los costes asociados a la cancelación no ha quedado muy claro ni la cuantía ni si será la propia organización quien asumirá las indemnizaciones o si los seguros podrán hacerse cargo de ellos, ya que depende del tipo de contrato firmado con cada expositor y de los términos que contemple la póliza con las aseguradoras
El miedo al contagio y al coronavirus comenzó amenazar a la feria cuando LG anunció su decisión de no participar para no exponer a sus empleados, partners y clientes a los riesgos asociados al viaje y al contacto con personas procedentes de China. Esta cancelación dio paso a otras de grandes tecnológicas, lo que provocó que la organización tomara medidas extras para garantizar la seguridad de los expositores y asistentes.
Estas medidas no consiguieron convencer a una parte de los expositores y, aunque en España no hay ninguna situación de alerta sanitaria, la renuncia de compañías de la talla de Intel, Cisco y las que se produjeron durante el día de ayer como la de las operadoras como Deutsche Telekom, BT y Orange precipitaron la decisión.
La principal consecuencia de esta decisión es la pérdida económica que sufrirá Barcelona, ya que el impacto que genera en ronda los 500 millones de euros. Durante la semana del Mobile World Congress, la ciudad recibe más de 100.000 visitantes de 200 países, lo que genera empleos temporales— alrededor de 14.000 puestos temporales—y beneficios en hoteles, restaurante y pequeños comercios.