Microsoft, Adobe y Autodesk. Son las tres marcas que, previsiblemente, han sido perjudicadas por el uso ilegal de sus programas de software. BSA inspeccionó el pasado 13 de julio las instalaciones de Faasa Aviación, una empresa cordobesa de servicios aéreos, ante un posible uso fraudulento de software con una valoración económica que podría moverse entre los 100.000 y los 200.000 euros.
Las fuerzas de BSA inspeccionaron unos 120 ordenadores y detectaron software presuntamente ilegal. La inspección se llevó a cabo gracias a un informador a través de la web de BSA. Andrés Pi, presidente del comité español de BSA, recordó que si el software no es gestionado de manera adecuada puede suponer riesgos operativos, económicos y legales muy importantes. “Contar con un proceso interno de gestión para controlar y administrar los activos de software es una forma contrastada de ahorrar costes y evitar riesgos innecesarios”.
Los riesgos que se abren con el uso de software ilegal son numerosos. Y graves. Carlos Pérez, socio de ECIJA, firma legal de BSA en España, recuerda que se arriesga a tener que pagar daños y perjuicios por las licencias de software que debería haber adquirido en primera instancia”: Las compañías, insiste, están obligadas a asegurarse de que todo el software está licenciado de forma adecuada de cara al futuro, lo que puede derivar en significativos gastos adicionales, no planificados. En la lista de riesgos también aparece la pérdida de datos, los fallos críticos del sistema, una mayor exposición a ataques de virus informáticos y malware, y daños a la reputación de la compañía. España exhibe un ratio de software ilegal que ha alcanza el 43 %, 15 puntos por encima de la media de los países de Europa Occidental.