La innovación impulsa constantemente el mercado de las TI. No obstante, y a pesar de esta verdad innegable, lo cierto es que las tecnologías —incluso las más transformadoras— pueden tardar largo tiempo en imponerse, especialmente aquellas llamadas a trastocar las fuentes de ingresos de los proveedores ya establecidos. Tal es el caso de la infraestructura hiperconvergente (HCI), una tecnología largamente vilipendiada por vendedores de soluciones tradicionales tier 3, que la han intentado posicionar como inferior.
La mala noticia para estos icónicos actores es que la hiperconvergencia está ganando fuelle, con un impacto notable en las fuentes de ingresos. Además, y a fin de trasladar las tecnologías y beneficios de la nube pública al centro de datos empresarial, los líderes del mercado están apostando cada vez más por la hiperconvergencia, dejando a los jugadores históricos aún más atrás.
Ante tal situación, los proveedores de servidores, virtualización o los especializados en almacenamiento están tratando de mantener sus ingresos a flote, sobre todo a medida que nos acercamos a un punto de inflexión en la curva de productividad de los modelos tier 3; atravesamos un momento crítico en el cual las mejoras en rendimiento no compensan los incrementos en los costes ocasionados por la complejidad. La inversión adicional en tecnología tradicional supone ahora un efecto negativo sobre el balance o el resultado final.
Hiperconvergencia: el modelo de los grandes players
Los centros de datos hiperconvergentes son, en sí mismos, más escalables, accesibles, ágiles y fáciles de manejar. A este respecto, es significativo que los centros de datos más grandes del mundo, los explotados por empresas como Amazon, Facebook o Google, se asientan sobre una arquitectura hiperconvergente en lugar de sobre una tradicional de tres capas (servidores, red SAN y cabina de discos). La razón principal de esta elección son unos costes operativos mucho menores, además de una mayor productividad.
De igual forma, y en aras de asegurar una mayor eficiencia, estos grandes players están ofreciendo también un modelo de acceso (pay-as-you-go) a sus infraestructuras (la cloud pública AWS o Microsoft Azure) el cual, y una vez superado el miedo inicial, está incrementando su adopción.
A raíz de esta tendencia cabe preguntarse ¿por qué? y, sobre todo, ¿qué han aportado los grandes fabricantes de infraestructura de tres capas en los últimos cinco o diez años? La respuesta es clara: muy poco o nada. De hecho, tal desapego creativo ha impactado de lleno en los resultados financieros de los proveedores involucrados, hasta el punto de que las ventas de productos han disminuido de forma generalizada, no así, todavía, las renovaciones de mantenimiento. Además, este crecimiento negativo ha puesto de manifiesto una realidad apabullante: los clientes no compran actualizaciones ya que realmente no perciben ganancias obvias en la productividad que puedan ser tenidas en cuenta con un modelo de tres capas.
Elegir bien, ahora es el momento
Entonces, ¿qué significa esto para un canal acostumbrado a que gran parte de sus ingresos provengan de ayudar a los clientes a lidiar con la complejidad de un modelo de tres capas y qué deberían estar haciendo en su lugar?
No se equivoquen, con el modelo de tres capas agonizando, los ingresos procedentes de los servicios prestados en torno a esta tecnología se desplomarán y la nube pública sólo impulsará aún más esa desaparición. Sin embargo, no hay que asumir que, porque las alternativas de HCI sean más fáciles de escalar y de administrar por parte de los clientes, no representen una amenaza para los ingresos por servicios.
La hiperconvergencia es mucho más que combinar recursos de computación, almacenamiento y redes. Implementada de forma correcta, esta tecnología tiene el potencial de ofrecer la escalabilidad, disponibilidad y agilidad de los servicios de nube pública, pero entregados en un formato que los clientes puedan utilizar para consumir su propia nube empresarial on-premise.
Esto debería ir calando poco a poco entre los grandes fabricantes pero poco se está haciendo más allá de re-empaquetar la tradicional tecnología de tres niveles en plataformas tipo HCI, normalmente basadas en una sola pila de tecnología y que requieren una amplia administración, personalización y complementos adicionales para ser explotadas o integrarse con plataformas de nube públicas. Entonces, ¿por qué esperar a que los grandes nombres se suban al vagón de cola de la hiperconvergencia cuando los vendedores más pequeños y ágiles están en él y están avanzando ya con esta tecnología?
Mientras los grandes están simplemente empezando a saborear el aroma de la HCI, otros están redefiniendo el mercado de la infraestructura, como ya hiciera la virtualización hace unos años. Ciertamente, la prórroga ha terminado. El canal necesita entender la forma en la que el mercado está cambiando, reconocer la oportunidad que ofrece la nube empresarial y aprovecharla.
Alberto Carrillo
Senior system engineer de Nutanix Iberia