La transformación digital en España se enfrenta a un desafío clave: la brecha digital que separa a las grandes empresas de las pymes. La falta de recursos, conocimiento y financiación, sumada a la resistencia al cambio y a la percepción de la digitalización como un gasto, frena el progreso de muchas pequeñas y medianas empresas. En este contexto, y tal y como apunta Raquel Herrero, responsable de gestión comercial y canal de ESET España, el sector tecnológico tiene un papel fundamental en acelerar este proceso, ofreciendo soluciones adaptadas y fomentando la colaboración entre los diferentes actores.
España sigue rezagada en el ámbito de la transformación digital de las empresas, a pesar de las iniciativas puestas en marcha en los últimos años para digitalizar el tejido empresarial. Según se recoge en el último informe de la Comisión Europea que mide el progreso de los Estados miembros para cumplir con los objetivos establecidos en el programa sobre la “Década Digital 2030”, nuestro país ocupa el puesto 18º en este apartado con una puntuación de 8,7 frente al 9,6 de la media de la Unión Europea, lo que dificulta la consecución de las metas establecidas. A su juicio, ¿cuáles son las causas de este retraso? ¿Qué papel tendría que desempeñar el sector tecnológico durante 2025 para ayudar a las empresas a completar su digitalización?
Es cierto que España enfrenta retos importantes en el ámbito de la transformación digital, a pesar de los esfuerzos realizados en los últimos años. Personalmente y desde nuestra experiencia como expertos en ciberseguridad las causas son varias, entre ellas la heterogeneidad del tejido empresarial, ya que hay que tener en cuenta que el ecosistema empresarial español está dominado por las pymes. La pequeña y mediana empresa representa el 99,8 % del tejido empresarial y muchas de estas empresas carecen de recursos económicos, técnicos y humanos necesarios para acometer proyectos de digitalización de manera eficaz. Esta realidad contrasta con otros países europeos donde el tejido empresarial es más diverso y las grandes empresas tienen mayor peso.
Otro de los factores y muy importante es la falta de formación y concienciación, y es que muchas pymes no son conscientes de que ellas también son un objetivo goloso para la ciberdelincuencia, de hecho, según el informe de ciberamenazas del primer semestre del año de ESET, el ransomware golpeaba fuertemente a las empresas españolas, situando a España en el Top 10 mundial de detecciones. Una situación que es importante que se aborde, porque es evidente que en este sector existe un déficit en competencias digitales lo que dificulta la adopción de tecnologías avanzadas y el motivo de esta situación, o al menos uno de ellos, es que las pymes no siempre son conscientes de los beneficios de la digitalización ni saben cómo implementarla correctamente, además, está el tema de las barreras tecnológicas y culturales pues muchas empresas todavía perciben la transformación digital como un gasto, no como una inversión estratégica. Por otro lado, la resistencia al cambio y la falta de visión a largo plazo son obstáculos comunes que frenan la implementación de soluciones tecnológicas. Igualmente, destacaría las dificultades para acceder a financiación.
Aunque existen iniciativas públicas como los fondos europeos Next Generation, que dieron origen al kit digital, no me detendré en analizar en detalle su implementación. Sin embargo, tal y como se están haciendo eco diversos medios, este programa no ha cumplido del todo con las expectativas de muchas empresas que se han acogido al mismo. Esta y otras iniciativas no siempre llegan con la rapidez que requieren las empresas que más las necesitan. Las pymes suelen enfrentarse a dificultades para acceder a financiación privada para proyectos tecnológicos.
Teniendo en cuenta este panorama, y como agentes digitalizadores, respecto a la pregunta de qué papel tendría que desempeñar el sector tecnológico durante 2025 para ayudar a las empresas a completar su digitalización, diría que el sector tecnológico tiene una responsabilidad clave en acelerar la digitalización de las empresas y debe adoptar un enfoque proactivo y colaborativo. Por ejemplo, desarrollando soluciones adaptadas a las necesidades específicas de las pymes, que sean modulares, escalables y con costes asumibles, liderar iniciativas que demuestren a las empresas los beneficios tangibles de la digitalización y les ayuden a integrarla en sus estrategias de negocio y por supuesto, colaborar con el sector educativo y las administraciones para cerrar la brecha de competencias digitales y seguir colaborando con las administraciones para facilitar el acceso a fondos y subvenciones, garantizando que las empresas puedan utilizarlos de manera eficiente para digitalizarse y protegerse frente a ciberamenazas, entre otras acciones.
En su caso particular, ¿cómo afronta 2025? ¿Dónde se encuentran las mejores oportunidades de negocio para su compañía y qué estrategia van a poner en marcha para aprovecharlas?
Para afrontar con éxito 2025, es crucial que nuestros partners se adapten a los constantes cambios del mercado y a la rápida evolución de la ciberseguridad, por lo que la actualización es y será clave. El ámbito de la ciberseguridad evoluciona rápidamente y nosotros con ella, para ello apostamos por la formación continua que nos permite estar al tanto de las últimas tendencias y avances tecnológicos para seguir siendo competitivos y ofrecer soluciones efectivas a los clientes de nuestro canal. Sin duda uno de nuestros principales ámbitos de mercado son las pymes, pues tal y como comentaba en la primera pregunta el 99,8% del tejido empresarial español es pequeña y media empresa. Respecto a esto, hay que tener en cuenta que, muchas de ellas, carecen de soluciones de seguridad o los recursos para implementarlas por lo que, ofrecerles apoyo en este aspecto no solo cubre una necesidad crítica, sino que también permite establecer relaciones de confianza a largo plazo.
Por otro lado, en el actual panorama de la ciberseguridad con una sociedad cada vez más digitalizada y una ciberdelincuencia más profesional, es evidente que las empresas necesitan más que un simple antivirus. Es necesario ofrecer soluciones integrales que incluyan herramientas avanzadas y adaptadas a las necesidades específicas de cada empresa, garantizando una protección completa y un servicio técnico profesional y experimentado. Sin olvidar, el papel de la formación sobre la importancia de la ciberseguridad en nuestra sociedad digital, y es que contribuir a esta toma de conciencia por parte de empresas de todos los tamaños es un paso muy importante para fortalecer la resiliencia cibernética de nuestro tejido empresarial.
Por ello, en este 2025 continuaremos con nuestros programas e iniciativas divulgativas y formativas en torno a la ciberseguridad y su destacado papel en la sociedad, así como, seguiremos apostando por tener presencia y colaborar tanto con los principales eventos nacionales sobre ciberseguridad como con las iniciativas que están surgiendo en estos años y que van cobrando cada vez más fuerza, pues todo esfuerzo es necesario para seguir asesorando y concienciando a empresas de todos los tamaños sobre el papel destacado e importante que cumple actualmente la ciberseguridad para sus negocios.