El debate está abierto. La inteligencia artificial figura entre las principales prioridades de la industria tecnológica. Los términos como el machine learning o el cognitive computing son cada vez más frecuentes y el uso de herramientas como Siri o Cortana han permitido que no sea una desconocida para el gran público.
Los expertos señalan que su aplicación repercutirá en mejoras en muchos sectores como el sanitario, el del automóvil o la industria. A su vez, llevará aparejadas nuevas oportunidades de negocio para el sector TIC. Sin embargo, no todo es tan positivo. El uso de máquinas para determinadas tareas cambiará el mercado de trabajo y, además, exige una regulación para evitar abuso y malas prácticas. ¿Es la inteligencia personal un avance positivo?