La llegada de la IA al puesto de trabajo supone la mayor revolución que se ha producido en este entorno. “Nada ha impactado tanto como esta tecnología: la facilidad de adopción y el impacto que puede tener en todos los roles, desde el más sencillo hasta el más complejo, la hacen única”, resume Antonio Cruz Cruz-Conde, director de la unidad de negocio de puesto de trabajo en Microsoft España. En el caso concreto de su inclusión en la oferta de Microsoft, el directivo apela a una completa democratización, que alcanza a todo tipo de empresas, grandes, medianas y pequeñas. “Hemos incorporado Copilot en todas las aplicaciones de Microsoft 365, asegurando la privacidad, la seguridad y el compliance”.
La revolución de la IA en el puesto de trabajo
Muchos han sido los cambios que se han operado en la manera en la que las empresas entienden el puesto de trabajo: la irrupción de Internet y la migración de la nube fueron momentos claves a los que se unió la instauración de un modelo híbrido, que señala el cambio más destacado de los últimos años, que permite trabajar a los empleados desde cualquier lugar y momento, accediendo a su entono laboral desde cualquier dispositivo.
Según un estudio de Randstad, a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de cierre de 2024, el 14,6 % de los empleados españoles utiliza el teletrabajo de forma regular, la cifra más alta de los últimos tres años, sólo superada durante el confinamiento por la pandemia del covid-19. Una cifra que incluye a quienes trabajan habitualmente desde casa como parte habitual de su jornada (no solo ocasionalmente).

Según Randstad, desde finales de 2021 y a medida que las restricciones por el covid-19 se fueron levantando, la tendencia a teletrabajar no sólo no ha disminuido, sino que se ha incrementado. Antes de la pandemia, el teletrabajo tenía una presencia marginal entre los empleados: en 2019 menos del 5 % de los empleados trabajaba desde casa más de la mitad de los días. Los empleados que lo hace en la actualidad se divide prácticamente a partes iguales entre aquellos que lo hacen de forma habitual y aquellos que sólo lo utilizan de manera ocasional.
A juicio de Antonio Cruz Cruz-Conde, la inclusión de la IA concede una nueva dimensión a este entorno que no altera las otras condiciones habituales: trabajar desde cualquier sitio, momento y dispositivo. “Amplifica las posibilidades de los usuarios y se está adoptando mucho más rápido y con mucha más profundidad que los anteriores cambios”, explica. “No supone una evolución, es una revolución”.
Adopción de las empresas españolas
Según el Work Trend Index de Microsoft las empresas españolas muestran una mayor intención de adopción de esta tecnología que la media mundial: el 89 % de los líderes empresariales españoles se plantea incorporarla en sus procesos en los próximos 12 y 18 meses. También exhibe España buenos números en la adopción real de la IA generativa: el estudio AI Diffusion Report la sitúa en el 39 %, lo que concede al país la sexta posición a nivel mundial por delante de Estados Unidos y de Inglaterra. “La tecnología se adopta rápidamente cuando es útil”, razona. “Rara es la gran empresa, sea del sector privado o público, que no tenga implantada IA generativa para un número significativo de sus empleados”.
Las empresas que más avanzan son aquellas que la han integrado en todos los procesos. “Es especialmente relevante para aquellas compañías, como es el caso de las pymes, que cuentan con recursos reducidos: la IA los amplía y se convierte en una expansión de la inteligencia natural de los equipos”.
Antonio Cruz Cruz-Conde explica que el concurso de la IA exige tres premisas básicas: la digitalización de la empresa, la protección de la información y la formación de los empleados. “De cualquier modo, las empresas españolas, especialmente las pymes, están haciendo de la necesidad, virtud. Como la observan como una tecnología necesaria, la están adoptando”, valora. El mayor riesgo, advierte, es que, si no se hace a través del uso de herramientas empresariales, “se puede poner en peligro la privacidad, la seguridad y la disponibilidad de la información con la que se trabaja”.
“No hay ningún proceso exitoso de adopción de tecnología en un cliente en el que no haya un partner”
En el proceso de adopción de la IA, muchas empresas, tras el uso de los asistentes, ya están dando pasos acelerados hacia la utilización de los agentes. “Cada profesional cuenta con su asistente y en cada proceso existen agentes que ayudan a su optimización”. En el obligatorio balance entre el tiempo de los empleados y su productividad, la IA se convierte en un aliado para detectar y ejecutar aquellas tareas de escaso valor, permitiendo que el empleado libere su tiempo y lo ocupe en labores de mayor calado.
Un adecuado tratamiento de los datos es esencial. Cruz Cruz Conde recuerda que durante la pandemia, por la urgencia, muchas empresas digitalizaron su información sin una etiquetación correcta y sin los niveles necesarios de protección y gestión. “La IA es un cerebro, un LLM, que trabaja con los datos que le proporciona el usuario. Si esos datos no están correctamente gestionados no se va a sacar partido a su uso. Hay que hacer un proceso previo de protección y gestión de la información para que ésta llegue a quien tenga que llegar y la utilice de la manera correcta”.
La formación a los empleados es esencial. En el Work Trend Index, entre las prioridades que señalaban los directivos para los próximos 18 meses en la adopción de la IA, la primera era la formación de los empleados. A continuación, señalaban su intención de fortalecer a su fuerza laboral gracias al concurso de los agentes digitales y cómo sacar el mejor partido capacitándola. “Se trata reimaginar el puesto de trabajo”, completa.
Propuesta concreta de Microsoft
“Todas las personas van a contar con un asistente digital y todo proceso va a tener un agente que lo va a transformar”, insiste. “La IA permea a toda la organización, a todos los niveles, y alcanza a los procesos y a las personas”. Impacta en las relaciones con los clientes (CRM, gestión de comunicaciones, etc.), en el desarrollo de los productos y servicios, y en la experiencia de todos los que forman parte de la cadena: proveedores, empleados, partners y clientes. “Y siempre en un marco ético, privado, seguro y ajustado a las normativas”, completa.
Las empresas que más avanzan son aquellas que han integrado la IA en todos los procesos
La integración de Copilot en Microsoft 365 señala el punto clave de la estrategia. “Es el ser humano quien ejerce de piloto y se ayuda del copiloto en el despliegue de sus tareas”. La multinacional cuenta con alianzas con OpenAI (ChatGPT) y con Anthropic (Claude). “Queremos dar al cliente una libertad de elección”. Un cliente que alcanza a cualquier tipo de empresa. “Ponemos en sus manos herramientas de IA generativa, privadas y seguras”.
Todos los compromisos de seguridad, privacidad y compliance que tiene un cliente con Microsoft 365 los hereda Copilot. “Tan importante es la seguridad como la gestión de la información”. A diferencia de otras herramientas de IA, que cuentan con conectores a los datos, el directivo explica que Copilot tiene en cuenta el contexto, analizando las herramientas que utiliza el usuario, las personas con las que se relaciona, los temas que trata, etc. “Entiende el contexto y ofrece una respuesta holística. Observa quién es el usuario y qué tareas desempeña para, en función de ello, proponer acciones que aumenten su productividad”.
El hardware, imprescindible
El hardware es pieza esencial en el despliegue de la IA en el puesto de trabajo. Los dispositivos, tanto la Surface de Microsoft como los PC de los principales fabricantes con los que mantiene potentes alianzas, incluyen capacidades de IA local impulsadas por Neural Processing Units (NPU) y procesadores de alto rendimiento que complementan las funcionalidades de la nube.
La adopción de Windows 11 es clave. “Cuenta con una propuesta mucho más importante en seguridad”, explica. “Es un sistema operativo mucho más robusto y, a la vez, con la flexibilidad suficiente para que se adapte a todos los usuarios. Es una apuesta radical por revolucionar el hardware, aprovechando la llegada de la IA generativa, no solamente en la nube, sino también en los dispositivos locales”.
Varios fabricantes, como es el caso de HP, Asus o Samsung, han lanzado PC en asociación con Qualcomm, basados en la arquitectura ARM, y ejecutando Windows 11 Copilot+. “Han permitido evolucionar el uso de las aplicaciones dentro del PC en relación a la versatilidad, la flexibilidad, la agilidad, el consumo de batería o la carga de trabajo”, relata. En el caso de la gama propia de Microsoft se cuenta con la Surface Laptop 7, con procesador Snapdragon X Elite, o la Surface Pro11 con Windows ARM. También hay una oferta, completa, que integra los procesadores de Intel.
El ecosistema de partners
El ecosistema de partners de Microsoft está conformado por 12.000 compañías en España. Un ecosistema que es clave en la comercialización de cualquier solución, incluida la oferta del puesto de trabajo. “No hay ningún proceso exitoso de adopción de tecnología en un cliente en el que no haya un partner”.
La adopción de la IA exige un partner. Tras la fase de uso e implementación de los asistentes se abre la fase en la que los protagonistas son los agentes. “Las empresas tienen que analizar qué tipo de agente se ajusta mejor a sus procesos”, explica. Una fase, asegura, que exige una participación activa del partner. “Debe acompañarlas para ayudarles a ver qué tipo de agentes hay que desarrollar, qué implica su uso, cómo se lleva a cabo la adopción y, posteriormente, cómo medir el impacto en el negocio”. Con la irrupción de la IA generativa, el rol del partner es más relevante que nunca. “Impacta en todos los puestos de trabajo y en todos los procesos, y, especialmente, en aquellas empresas con menos recursos”.


































































