La migración a Windows 11 ante el fin del soporte que ofrece Microsoft a Windows 10, que finalizará el próximo 14 de octubre, está generando preocupación a las empresas, sobre todo las que operan en el ámbito de las infraestructuras críticas, por el coste, los problemas de conectividad de software fuera del soporte y la seguridad. El reemplazo del hardware es una de las cuestiones que preocupan y que hace que muchas organizaciones hagan coincidir ambas renovaciones.
Panasonic ha estudiado estas preocupaciones en el estudio “Navigating the Shift: The Business Case for Upgrade to Windows 11”, del que se desprende que el 98 % de las organizaciones encuestadas dice que es “probable” que inviertan en la actualización de seguridad extendida (ESU) de Microsoft si no han completado la migración a Windows 11 para octubre. El 58 % no confía en poder gestionar la seguridad de los dispositivos sin completar la migración o invertir en ESU.
Los riesgos de seguridad les preocupan especialmente si no realizan la migración o si no compran ESU. El 94 % cree que estará más expuesto al ransomware y malware (94 %) y al 91 % les preocupa la falta de parches para nuevas amenazas de seguridad, al 89 % los riesgos de cumplimiento y el 88 % impacto en la reputación empresarial.
El coste es otro factor que preocupa a las empresas que retrasarán su migración más allá de 2025. Dos tercios predicen que se enfrentarán a costes más altos en general y el 55 % espera que estos se traduzcan en mayores gastos de ciberseguridad.
La actualización del software va unida en muchas ocasiones al reemplazo del hardware y a la reducción de la productividad. Las organizaciones que participan en el estudio tienen un promedio de 4.000 dispositivos y estiman que el 62 % ha sido, o aún necesitará, ser reemplazado o actualizado para garantizar la compatibilidad con Windows 11. En el caso de las organizaciones con más de 5.000 empleados la estimación es más alta, del 76 %.
El 45 % de las empresas ve desafíos por la pérdida de productividad por el tiempo de inactividad cuando se actualizan los dispositivos. Esto hace que el 75 % de los encuestados esté adoptando un enfoque por fases y un 25 % está retrasando las actualizaciones de software para que coincidan con el reemplazo del dispositivo.
El 47 % de las empresas señala los problemas de compatibilidad de aplicaciones y software empresarial como otros de los desafíos de la migración a Windows 11.
El informe también señala que las actualizaciones se harán combinando las actualizaciones remotas (46 %) y actualizaciones en persona (54 %). Además, el 64 % espera aprovechar en gran medida el apoyo del fabricante de dispositivos durante el proceso.
En cuanto a los beneficios que esperan obtener con la migración a Windows 11, los encuestados citan beneficios en torno a la seguridad y la protección (44 %), el rendimiento y la potencia de procesamiento (36 %) y tener un ecosistema de dispositivos preparado para el futuro (36 %). También señalan que esperan aprovechar las funciones de IA como Microsoft Copilot o Bing AI (3 4%) y el despliegue de las capacidades de Edge AI en las operaciones de campo (29 %).
Chris Turner, head of go to market de Panasonic Toughbook Europe, destacó que “se está cerrando la ventana para que las organizaciones realicen una transición bien planificada, medida y rentable a Windows 11 y comiencen a desbloquear sus beneficios. Los riesgos de coste, seguridad y rendimiento de los retrasos aumentan constantemente a medida que se acerca la fecha límite del final de la vida útil”.