En el horizonte, el próximo 25 de mayo de 2018. Una fecha en la que sí o sí las empresas deben tener lista estrategia y barreras adecuadas para cumplir el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). No es bueno el panorama en España. Pedro González, desarrollador de negocio de Kingston en España, asegura que avanzan de manera muy lenta. “Muy pocas tienen todo regulado”.
Una estrategia que debe contemplar cualquier rincón y que, sobre todo, debe identificar sus vulnerabilidades para atajarlas. González alerta que casi el 50 % de estas tienen como responsable al empleado y que si provocan una fuga de datos, las multas son considerables. El responsable de Kingston recuerda que los USB son una puerta abierta al riesgo. “Son dispositivos que guardan datos, en muchos casos críticos, por los que también son motivo de vulnerabilidad”. La marca, que ha hecho de estos dispositivos su referencia de negocio, ha llevado a cabo una encuesta que pone de relieve la laxitud que exhiben en materia de seguridad. “Es un dispositivo muy cómodo y fácil de utilizar pero que acarrea un gran peligro”.
Su uso es habitual entre las empresas españolas: según el fabricante, más del 63 % de ellas cuentan con más de 5 USB que se utilizan de manera simultánea y el 58 % de los empleados reconoce que usan más de 3 memorias de este tipo.
Además, en el 33 % de las empresas los empleados reconocen que guardan información sensible en estos dispositivos.
Un uso que en muchos casos deriva hacia la pérdida, lo que acarrea el peligro. En el 47 % de las empresas han desaparecido los USB; unas desapariciones que en el 48 % de los casos se produjeron por pérdidas y en un 12 % fueron robados.
Especializado en este tipo de dispositivos, Kingston ha puesto el acento en su protección. Apelando a que el 94 % no cuenta con encriptación por hardware, González recuerda que sus memorias exhiben cifrado en hardware, cumplen con todos los criterios de seguridad física y con todas las normativas en este aspecto. “Es una solución que permite cumplir con el GDPR”.
Unos dispositivos que es posible controlar por parte de los administradores gracias a dos tipos de consolas que permiten geolocalizar el punto de acceso al que se han conectado, decidir en qué ámbito geográfico pueden ser utilizados y bloquearlo, si es necesario. Dos consolas que controlan los dispositivos de la marca pero que no son comercializadas por Kingston y que desarrollan dos empresas. González desveló que su canal autorizado puede comercializar la solución completa.