Eulalia Flo, directora general de Commvault en España y Portugal, emite un optimista mensaje ante la inminente celebración del día internacional de la mujer, el próximo 8 de marzo. “La mujer estará cada vez más presente en el sector TIC”, augura. Ella es un ejemplo. A su juicio, el área TIC presenta un mayor recorrido en cuestiones como la conciliación laboral, unos horarios laborables razonables y que se valoren los resultados en lugar del presencialismo. “Todo ello imprescindible para seguir atrayendo el talento”, analiza. “Y no solo el femenino, por cierto”, puntualiza.
Flo apela a la educación como materia básica para seguir avanzando en la igualdad en todos los terrenos. Una educación que, especifica, debería “alejarse de los estereotipos y centrarse en que cada persona desarrolle su propia personalidad, aprendiendo a valorar la diversidad y a respetarse los unos a los otros”.
El pasado 22 de febrero se celebró el día de la igualdad salarial. En España, las trabajadoras cobran un 22,9 % menos que los hombres. A su juicio, ¿qué iniciativas concretas deberían ponerse en marcha para conseguir una igualdad en este aspecto?
Los salarios deberían depender solo de las capacidades y de los resultados del trabajador, sin importar su género en ningún caso. Si las empresas no ponemos nuestros propios medios para garantizarlo, acabará ocurriendo como en otros países que están imponiendo multas u obligando a que las empresas informen de los salarios, con el fin de que los propios trabajadores puedan ser conscientes de si se dan situaciones de desigualdad.
La cuestión de fondo radica en la educación, que corresponde tanto a las escuelas como a toda la sociedad. Ésta debería alejarse de los estereotipos y centrarse en que desarrollen su propia personalidad, aprendiendo a valorar la diversidad y a respetarse los unos a los otros.
Según un reciente estudio publicado en “Psychological Science”, los países con mayor igualdad de género tienen una proporción menor de mujeres que cursan estudios STEM (que identifica a las carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) que aquellos países en los que se considera que no hay igualdad de género. ¿Qué valoración hace de esta realidad? ¿Cuáles cree que son las causas que la explican?
He leído la publicación y se trata de una paradoja interesante. Los propios investigadores dan como posible razón que en los países con mayor brecha de género suele haber también menos seguridad y condiciones de vida más difíciles. Optar por carreras STEM en esa situación puede ser una forma de alcanzar un mejor nivel de vida. En los países con menos brecha de género también hay mayor seguridad y mayor calidad de vida para sus ciudadanos, por lo que la libertad de elección también es mayor. En todo caso, la preferencia por las STEM en edades tempranas está bastante repartida entre niños y niñas, se trata de no perder talento entre el género femenino al llegar a la adolescencia, a medida que las chicas se ven sometidas a determinados estereotipos.
La brecha de género STEM es un hecho en España: frente a un 18 % de niñas que muestra su preferencia por este tipo de disciplinas, se sitúa el 37 % de niños (en informática es incluso más elevado). ¿Cómo podría elevarse el porcentaje de vocaciones femeninas en este apartado? ¿Considera que acortar esta brecha en STEM es una iniciativa prioritaria para lograr la igualdad femenina?
Es cuestión de educación y de estereotipos. También los estudios indican que las chicas se decantan por estudios y profesiones “de servicio”, por lo que, sin entrar en analizar las causas, posiblemente si les contamos desde edades tempranas que quizá siendo ingeniero puede llegar a salvar más vidas que como médico, habrá más vocaciones femeninas por las STEM. Por ejemplo, en ingeniería biomédica hay un alto porcentaje de alumnas, muy superior al de telecos con quienes comparten escuela, y la nota de acceso es mucho más alta también, por cierto.
El porcentaje de mujeres que desarrollan su labor profesional en el segmento TIC apenas alcanza el 20 % en España. ¿Ve factible elevarlo en los próximos años? ¿Cuáles son las principales barreras que lo impiden?
Yo sí lo veo factible. La informática o las telecomunicaciones han estado asociadas en el imaginario popular a solitarios que se dedican a programar y cacharrear. Con la transformación digital y la aparición de nuevas ramas tecnológicas tan apasionantes como son la inteligencia artificial, la robótica o la analítica de los datos, se está disparando el interés de los millenials y, todavía más, en la generación zeta, que son los auténticos nativos digitales.
También hay que tener en cuenta no sólo el interés sino las opciones de desarrollar una determinada carrera profesional. En ese sentido, soy optimista y estoy convencida de que la mujer estará cada vez más presente en el sector TIC, donde estamos más avanzados en cuestiones claves como la conciliación laboral, unos horarios laborables razonables y que se valoren los resultados en lugar del “presencialismo”, todo ello imprescindible para seguir atrayendo el talento, y no solo el femenino, por cierto.
A nivel general, y observando el papel de la mujer en la sociedad española, ¿cuáles han sido las mejoras que se han conseguido en los últimos años y cuál es, a su juicio, el mayor reto que queda por alcanzar?
Muchos de los derechos de los que disfrutamos y que están normalizados hoy en día los consiguieron las generaciones anteriores. Para mí, el principal reto es que reconozcamos entre todos los sesgos de género que se producen cuando atribuimos determinados rasgos, valores o intereses a una persona basándonos en si es hombre o mujer. También es crucial que haya más hombres que comprendan qué aporta la diversidad y trabajen para eliminar las barreras que siguen existiendo. Los complejos retos que nos quedan como sociedad y, desde luego la incertidumbre con la que operamos las empresas, solo se pueden abordar con éxito si contamos con todo el talento disponible.