“En 100 años IBM no ha dejado de transformarse”. La sentencia, que corresponde a Marta Martínez, presidenta de IBM para España, Portugal, Grecia e Israel, se erige en la explicación de por qué el nombre del gigante azul sigue vinculado con la vanguardia. A pesar de que haya cumplido un siglo (90 años en España) y lidiando con ajustes y descensos o con la voracidad de las empresas genuinamente digitales, IBM está sabiendo dar respuesta a las necesidades de las empresas que pasan, ahora, por la transformación digital. Despojada ya de los negocios más tradicionales (de poco valor, se entiende), la marca tiene claro el horizonte tecnológico: las soluciones cognitivas, con la joya de Watson como punta de lanza; y cómo no, el desarrollo de la nube. Dos áreas que ya generan el 37 % de su negocio y que crecieron un 25 % en su último año fiscal, que concluyó el pasado mes de diciembre. Un dueto al que Martínez sumó un elemento fundamental: el enfoque industrial. “Siempre ha sido esencial conocer al cliente; pero ahora es mucho más importante”, recalcó. Un conocimiento que contempla el desglose por segmentos verticales y que también exige la interlocución con muchos departamentos de las empresas. “Tradicionalmente se hablaba con los responsables de sistemas; ahora se impone estar cerca de las necesidades de los profesionales de los recursos humanos, el marketing, etc.”.
Cloud y computación cognitiva
El mercado da la razón al giro estratégico de IBM: mientras que el área tradicional decrece, los nuevos negocios galopan a doble dígito y se prevé que su volumen de duplique en la próximo década. Fiel a su gusto por las compras, IBM ha tirado de chequera para potenciar estas dos áreas: en 2015 y en el primer trimestre de 2016 más de 5.000 millones de dólares han bastado para adquirir 20 empresas (8 en el área cognitiva, 7 para la nube y 5 más en el apartado digital). En 2015 la inversión alcanzó los 7.000 millones en las áreas estratégicas de IBM. Los resultados no desentonan: durante el primer trimestre de este año los ingresos vinculados con la computación cognitiva sumaron 4.000 millones de dólares y el área de la nube elevó su facturación un 50 % en el año que concluyó en 2015. “Queremos ser la compañía de referencia en el área de la nube híbrida”, alegó. La empresa asegura que 10.000 usuarios hacen uso diario de su plataforma Bluemix, lo que suma un millón a final del pasado año.
A pesar de la fuerza del dueto (o tridente) Martínez no olvidó el negocio de la seguridad (que creció un 12 % en 2015), el comercio electrónico o la movilidad. Ni tampoco obvió el valor del negocio de sistemas (mainframe, los Power Systems y el almacenamiento), el que más ajustes ha sufrido en la última época. “Para soportar los nuevos negocios se requieren sistemas con la suficiente fortaleza y solidez”.
España…
A pesar de que nunca se desvelan datos de la filial española, Martínez reconoció que la marcha de los dos pilares de IBM en España no desentona con el ritmo de la corporación. “En el área cloud el crecimiento es similar”, aseguró.
A su juicio las empresas españolas sí están acometiendo proyectos de transformación digital; unos proyectos que, puntualizó, “quizás no tengan una dimensión enorme. Se trata de iniciativas más pequeñas o medianas que pretenden lograr un retorno de la inversión en un plazo de tiempo más corto”.