“Todo empieza en una misma”. María José Talavera, directora general de VMware Iberia, asegura que será el convencimiento de cada mujer lo que rompa la bóveda transparente. “Saber que se puede, buscar referentes, y asumir el reto y el esfuerzo, así como tener el apoyo no sólo de la empresa sino también del ámbito familiar”, enumera como camino hacia el éxito.
En el caso de España, la oficina que dirige ha triplicado en cinco años la presencia femenina. “Es muy sencillo de explicar: si buscas, encuentras”, afirma con claridad.
Ante la reducción de la presencia de la mujer en el sector TIC, Talavera, ingeniera informática de formación, recuerda que no todo pasa por su perfil académico. Al ser la tecnología un elemento intrínseco al negocio, explica, “la oportunidad que se abre va más allá y afecta a otras disciplinas”. Una cruzada que, a su juicio, también alcanzará al CIO, un puesto en el que la presencia femenina es ínfima. Talavera, sin embargo, está convencida de que “la balanza empezará a equilibrarse pronto”.
La mujer ocupó en 2015 el 17,4 % de los puestos laborales del segmento de las TIC en España (datos de UGT). En 2009 era del 22,3 %. ¿A qué responde esta situación? ¿Es una utopía hablar de mejora?
Honestamente desconocía este dato, que obviamente no representa una mejora sino todo lo contrario, y no era esa mi percepción. No obstante no es una utopía hablar de mejoras futuras y no todo pasa por puestos de ingeniería. Desde que la tecnología de la información ha dejado de ser una función aparte y ha pasado a estar intrincada en el negocio mismo, la oportunidad que se abre va más allá y afecta a otras disciplinas como el marketing o la asesoría jurídica por ejemplo.
¿Qué rompería, de una vez por todas, el famoso “techo de cristal”?
Todo empieza en una misma. Es desde el convencimiento personal de la mujer donde debe romperse ese techo. La confianza en una misma es la base. Saber que se puede, buscar referentes, y asumir el reto y el esfuerzo, así como tener el apoyo no sólo de la empresa sino también del ámbito familiar, garantizan un camino de éxito que si bien no está exento de sacrificios sí se vislumbra con ciertas garantías.
Si el talento no tiene género, ¿por qué todavía hablamos de discriminación positiva? ¿Está a favor de aplicarla y de una presencia, mínima, de la mujer en la empresa?
No es que el talento carezca de género, es que es andrógino. Hasta ahora las mujeres con talento lo han tenido más difícil por cuestiones familiares. Encargarse de la familia y de una carrera profesional es un esfuerzo de titanes y eso ha frenado el avance de la presencia de la mujer en la empresa, de la misma manera que lo hubiera frenado en el caso de que los hombres hubieran asumido históricamente estas tareas.
Sí, estoy a favor de las cuotas. La paridad debería ocurrir de forma natural, pero a la vista de que no es así hay que forzarla. No se trata de poner a una mujer en un puesto porque es mujer, se trata de abrir la búsqueda de candidatos asegurándose la presencia femenina. Hay mujeres con talento, tantas como hombres.
En la compañía que dirige, ¿hay iniciativas concretas para favorecer la igualdad y para promocionar la presencia femenina en el segmento TIC?
Ponemos un énfasis especial en que el abanico de candidatos incluya mujeres y así hemos conseguido, en el caso de España, triplicar en 5 años la presencia femenina en la organización. Es muy sencillo de explicar: si buscas, encuentras.
Además, VMware, en colaboración con Workday, Dell Technologies, Pivotal, Cloudera, Stanford Clayman Institute for Gender Research y Women Who Code ha llevado a cabo en nuestro campus la segunda conferencia anual sobre mujeres que transforman la tecnología (WT2). Este evento, de carácter mundial, tiene el objetivo de continuar con la importante conversación sobre el avance de las mujeres en el lugar de trabajo a través de la industria de la tecnología. Contó con más de 450 asistentes, desde estudiantes hasta ejecutivos de la industria, y desde académicos hasta organizaciones sin ánimo de lucro.
Dentro de este liderazgo todavía hay puestos directivos que nos parecen “negados” como el del CIO. ¿Cómo superar estas limitaciones y por qué vienen impuestas?
El caso de los CIO es muy particular y efectivamente sigue siendo un puesto que parece relegado a los hombres. Sin embargo, gracias a la revolución digital, al incuestionable peso que la tecnología tiene en el negocio hoy en día y a la necesidad de aproximaciones más holísticas, estoy convencida de que la balanza empezará a equilibrarse pronto.