Cuenta con tantos seguidores como detractores. Y es que la seguridad sigue siendo el caballo de batalla del nuevo producto de Google: las Google Glass.
Las Google Glass tienen una pequeña pantalla delante del ojo de los usuarios, la cual permite al usuario leer mensajes de texto, correos electrónicos, incluso tomar fotografías y grabar vídeos guiñando un ojo. De momento, este nuevo dispositivo solo está disponible para desarrolladores, pero se espera que comience a comercializarse el año que viene.
En junio, 10 reguladores de privacidad de todo el mundo, incluyendo Canadá, Australia y un panel de la Comisión Europea, pidieron a Google más información sobre la forma en que hará cumplir sus leyes de protección y sobre qué hará con los datos que recoja.
La protección de la seguridad y la privacidad de nuestros usuarios es una de nuestras principales prioridades, dijo Susan Molinari, vicepresidenta de políticas públicas y relaciones gubernamentales de Google. Y añadió que la empresa no tiene planes de cambiar su política de privacidad para hacer frente a las preocupaciones específicas de algunos legisladores.
Pero quizá la pregunta que necesita ser resuelta es ¿cómo se puede garantizar la privacidad de los usuarios que no han accedido a ser fotografiados o grabados en vídeo?
Quizá la solución más sencilla para Google pase por incorporar un piloto bien visible que se ilumine cuando el usuario está grabando. Sin embargo, esto sería fácilmente sorteable por desarrolladores que creen nuevas aplicaciones para Google Glass y decidan no hacer uso de esta luz indicadora.
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