Hoy, 9 de mayo, Día de Europa, los españoles celebramos tres décadas en la Unión Europea. Una firma, la de 1986, que cambiaría el destino de nuestro país, permitiéndonos entrar en un Mercado Único que nos abrió la puerta a una economía más competitiva y a unos fondos que mejoraron nuestra vida e impulsaron a nuestras empresas, en gran medida.
A lo largo de este tiempo hemos ido de la mano de los dictados que ha ido marcando la Comisión Europea, el organismo que actúa como órgano ejecutivo y legislativo de una Unión de la que hoy formamos parte 28 estados miembros.
Y en este andar conjunto los intereses pasan, en este momento, por una correcta adecuación a los tiempos, es decir, hacia la digitalización de la industria europea. Para ello este organismo acaba de presentar una serie de medidas que impulsará la misma con normas comunes en ámbitos prioritarios como el 5G o la ciberseguridad, por poner algunos ejemplos. Entre sus planes más destacados podemos resaltar la creación de una “nube europea”, que pondrá en manos de 1,7 millones de investigadores y 70 millones de profesionales de ciencia y tecnología un entorno virtual para almacenar, gestionar, analizar y reutilizar datos relacionados con la investigación.
Y es que, tal y como resaltan algunos de los máximos dirigentes de la Comisión, es necesario que todas las empresas europeas, de todos los sectores y todos los tamaños, utilicen las oportunidades que la digitalización les ofrece, con el fin de aumentar nuestra competitividad a nivel mundial, sobre todo cuando todavía hay sectores tradicionales que van a la zaga de esta transformación digital como la construcción, la agroalimentación, el textil o el acero, así como el segmento de las pymes. Y es que, tal y como destacan, se necesita un enfoque global que apoye la digitalización para que no exista un desfase entre los países que ya han puesto en marcha estrategias en este sentido y los que todavía no lo han hecho.
Para ello, la Comisión invertirá 500 millones de euros en una red panaeuropea de centros de excelencia en tecnología, de los que las empresas podrán beneficiarse poniendo a prueba innovaciones digitales y consiguiendo un mayor asesoramiento. También se pondrá en marcha una mayor coordinación de iniciativas nacionales y regionales sobre la digitalización de la industria. Las subvenciones que provienen del Plan de Inversiones de la UE y de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos fomentarán el aprovechamiento de oportunidades. Se establecerán proyectos pilotos a gran escala para reforzar el Internet de las Cosas, la fabricación avanzada y las tecnologías en las ciudades y los hogares inteligentes, coches conectados o servicios sanitarios móviles. Y todo ello sin olvidar la adopción de una futura legislación, resistente al paso del tiempo, que respalde la libre circulación de datos y aclare la propiedad de los mismos generados por los sensores y dispositivos inteligentes, revisando, asimismo, las normas sobre seguridad y responsabilidad de los sistemas autónomos.