España figura en el puesto 17 del ranking que elabora Huawei sobre la «Conectividad global». Este índice analiza a través de 40 indicadores de cinco tecnologías claves —banda ancha, centros de datos, servicios cloud, big data e IoT— el nivel de desarrollo de los países en materia de transformación digital.
En esta cuarta edición del «Índice de conectividad global» se han evaluado a 50 países, que representan el 90 % del PIB mundial y el 78 % de la población mundial. España ha logrado 52 puntos y su puesto 17 supone una mejora de dos posiciones respecto al índice del año pasado. Además, se ha situado en cabeza el grupo de «economías emergentes», que son aquellas con un PIB medio per cápita de 15.000 dólares, que promueven el aumento de la demanda de las TIC para impulsar el crecimiento económico.
El estudio señala que el progreso de España se debe al crecimiento de la banda ancha, especialmente al índice de penetración de la banda ancha fija. También se ha registrado un nivel alto en accesibilidad de la banda ancha fija y la digitalización de los servicios públicos.
España también está trabajando en el desarrollo de su red 5G, lo que mejorará las velocidades de descarga y la expansión de los contenidos online. Al mismo tiempo, el estudio destaca que el sector de la salud es uno de los más avanzados digitalmente y que las empresas de todos los tamaños están comprometidas con la transformación digital.
En cuanto a las mejoras, recomienda reducir las diferencias entre regiones y entre zonas urbanas y rurales en cobertura de banda ancha. Señala la necesidad de reforzar el uso para que se incrementen las suscripciones de banda ancha, que están por debajo de la media europea.
Finalmente, apunta que se debería potenciar más el nivel de desarrollo del big data y los servicios cloud; aunque España se sitúa en niveles medios en relación a los países TIC más avanzados.
El estudio revela que las economías maduras, que son aquellas con un PIB medio de 50.000 dólares per cápita, siguen avanzando gracias a una mayor inversión y aceptación de las TIC.
El índice señala que si un país aumenta la inversión en infraestructura en un 10 % anual desde 2017 a 2025, podría beneficiarse de un efecto multiplicador. De este modo, cada dólar adicional de inversión en infraestructura TIC puede generar un retorno de tres dólares en el PIB actual, 3,70 dólares en 2020 y un retorno potencial de 5 dólares en 2025.