Siempre ha servido de capa protectora a todas las áreas de negocio de Fujitsu pero desde el próximo 1 de abril la seguridad contará con nombre propio en la multinacional en forma de unidad de negocio destacada. Y con una peculiaridad: su profundo conocimiento de los entornos industriales y del IoT, los más proclives a la muestra de agujeros de seguridad. “Además del mundo tradicional, hay que cuidar todos los dispositivos que se han desplegado exhibiendo una enorme inmadurez en el campo de la seguridad”, recuerda María Gutiérrez, directora de seguridad de Fujitsu. “Todo está conectado pero sin tener en cuenta la seguridad y los ataques, en su mayor parte, aprovecharán esta circunstancia”.
Junto a la irrupción de esta realidad, se torna clave también cumplir con las regulaciones en materia de protección de datos, con especial atención a la nueva ley de privacidad que concede una mayor responsabilidad a las empresas, que deben adoptar las medidas adecuadas para proteger los datos, en función de su importancia; y que “exige una mayor transparencia para notificar las brechas de seguridad”.
La constitución de la unidad de seguridad no sólo dotará de mayor protagonismo a la seguridad sino que también permitirá acercar al resto del mundo todo el conocimiento que se genera en Japón, germen de Fujitsu, en esta materia. “Traeremos la tecnología, la integraremos y le proporcionaremos un interfaz mucho más amigable”, resaltó. La estrategia de Fujitsu está basada en lo que Gutiérrez bautizó como contextual. “No es posible colocar un dispositivo de seguridad para cada problema que se produzca”, recordó, lo que ha producido una evolución hacia una seguridad más analítica que deriva en ser “capaz de contextualizar las soluciones a las necesidades de las empresas y, sobre todo, tras el análisis, optimizar los recursos”.
La oferta de Fujitsu se despliega en torno a las soluciones de cifrado, que ayudan a cumplir la normativa en materia de protección y facilitan la migración a la nube; y a la huella digital, que permiten a una compañía analizar qué imagen expide, qué grado de vulnerabilidad presenta y qué comentarios genera. No faltan las soluciones que aseguran una auditoría continua de código, para verificar el grado de seguridad de las aplicaciones, y las centradas en el “ciberentrenamiento” de los empleados de las empresas. “Una práctica esencial si se tiene en cuenta que la concienciación de una empresa se eleva hasta 3 puntos tras haber sido víctima de un ataque”, resuelve.
El desarrollo de las soluciones en torno al IoT ocupa lugar preferente en este abanico. Gutiérrez insiste en el enorme peligro que suponen estos entornos, vinculados con los segmentos industriales, en los que conviven un montón de protocolos. “Contamos con dispositivos capaces de interpretar el mundo IoT, incluyendo estos protocolos, integrándolos en nuestros sistemas de inteligencia para detectar si ha existido o no un problema”, explica. Un entorno que se torna en su máxima ambición. “El objetivo es convertir a Fujitsu en líder en materia de ciberseguridad industrial en España, asegurando el mundo IoT”.