Dar cumplida respuesta a las necesidades de los jugones siempre ha sido uno de los objetivos que Intel ha perseguido en su camino de innovación. La relevante industria del juego, y sus exigentes usuarios, se mantiene como punta de lanza del desarrollo del PC. La vertiginosa carrera de innovación de Intel, acelerada aún más en los últimos tiempos, asegura a los “jugones” disfrutar de procesadores específicamente pensados para su afición. Una senda que tiene en el Intel Core i9-13900K, integrado en la 13ª generación de Intel Core, como “el procesador más rápido del mundo para jugar”, asegura Ignacio Jiménez, responsable del negocio del gaming y de grandes cuentas en Intel España.
Excelente evolución en los últimos años
La evolución que ha tenido el mercado del gaming en España ha sido enorme. Según los datos aportados por la consultora Gfk, ha pasado de los 90 millones de euros generados en 2015 a los 400 millones logrados en 2021. El mayor salto se produjo entre 2020 y 2021 gracias a un crecimiento del 45 % (más de 110 millones de euros entre un año y otro). “El gaming ha ganado relevancia”, valora Jiménez. A medida que los usuarios han utilizado más su PC, han incrementado la actividad en torno al juego. “El crecimiento ha sido enorme”.
En este 2022, sin embargo, llegó una ralentización, con un decrecimiento del 6 % entre enero y mayo; aunque las previsiones de Gfk para el último tramo del año apuntan al crecimiento. Jiménez hace una lectura optimista. “Hay que tener en cuenta que lo estamos comparando con los enormes crecimientos de años anteriores; por lo que mantener esta dinámica, aunque sea de ligero decrecimiento, es muy interesante”. Aunque hay que esperar a la evolución de la complicada situación macroeconómica, recuerda que la intención de compra del consumidor es alta y que las promociones en torno al PC para las potentes campañas de consumo que tienen lugar en el último tramo del año son mayores que las de años anteriores. “La intención de compra del PC, por parte de los jugadores, es extraordinariamente grande”.
Perfil del jugador
La asociación española de videojuegos (AEVI) desvelaba en un estudio del pasado mes de agosto que en España hay una población “jugona” de 18,1 millones de usuarios, de los que 8,6 millones (el 48 %) son mujeres. “El juego es una actividad muy transversal y tiene un carácter multiplataforma: teléfono móvil, tableta, PC, consola, etc.”.
Asimismo, los españoles dedican una media de 8,1 horas a la semana a los videojuegos y el 50 % de los usuarios tiene más de 35 años. La edad, explica, está más asociada al uso de la tecnología que al juego. “La edad media de un jugador de PC está un poco por encima de los 38 años”, desvela. “No sólo son los niños los que juegan”, valora.
En el cómputo del número de horas de juego hay que valorar la plataforma. Según el estudio de intención de compra que realiza Intel, en este último año, a pesar de que las circunstancias son mucho más favorables a realizar otro tipo de actividades, ha aumentado el número de jugadores de PC que juegan 10 horas a la semana; sin embargo, disminuyen los que juegan más de ese tiempo. Un descenso que obedece a una razón lógica: no tienen tiempo. “Si no se juega más es porque se carece de tiempo para hacerlo, lo que conduce a la reflexión de que la industria del gaming está compitiendo directamente con plataformas de streaming como Netflix o Amazon Prime Video”.
En este mismo estudio, quedaba claro que el gaming es un segmento al alza. El 47,2 % de los encuestados indicaba que comprará un nuevo equipo y, además, valoraba especialmente la CPU basada en Intel Core i9. El precio medio de esta intención de compra se situaba en 1.500 euros.
Jiménez explica que estos datos identifican al juego como una afición aspiracional. “A medida que se genera más afición, se incrementa el número de jugadores que dedican más tiempo a jugar en un formato multiplataforma. Y a medida que van evolucionando, juegan más tiempo y quieren disfrutar de una mejor experiencia”. Cuando una actividad se torna aspiracional, “el usuario busca más información, quiere más y aspira a tener lo mejor”. Esto explica que la intención de compra desee lo mejor. “Los jugones desvelan que aspiran a comprar un Intel Core i9 aunque la realidad es que, aunque es el que más desean, no es el más vendido”. También sucede con el precio medio. “Aunque no se alcanzará, la intención es gastarlo”. Un precio que no solo compete al procesador sino que alcanza a accesorios y componentes. E incluso al gasto que pretenden destinar a los eventos presenciales.
Hoja de ruta innovadora
La hoja de ruta de Intel en el terreno de la innovación se ha acelerado, más si cabe, en los últimos tiempos. Hace un año se presentaba, dentro de la 11ª generación de Intel Core, la serie H, específicamente recomendada para los entusiastas del juego. Y, en la duodécima, se anunciaba el Intel Core 9 12.900K como el mejor procesador para gaming del mundo (con tecnología de sobremesa). Jiménez recuerda que esta generación supuso el lanzamiento de una arquitectura completamente distinta. Se introdujeron dos núcleos diferentes dentro del procesador: unos destinados al rendimiento y otros a la eficiencia. “Representa un salto enorme respecto a las tecnologías anteriores. Es una arquitectura que nos va a permitir escalar hacia nuevas generaciones”.
La 12ª generación de Intel Core representa un salto enorme respecto a las tecnologías anteriores. Es una arquitectura que nos va a permitir escalar hacia nuevas generaciones
El pasado mes de septiembre llegaba la familia de procesadores Intel Core de 13ª generación con Intel Core i9-13900K como el procesador de sobremesa como buque insignia de la misma. “Se ha aumentado el rendimiento de los núcleos destinados a esta funcionalidad y se ha duplicado el número de núcleos de eficiencia; lo que sitúa al Intel Core i9-13900K como el procesador más rápido del mundo para jugar. Hace unas semanas se batió con él el récord mundial de overclocking”, relata. “Supone un paso adelante en nuestro camino de liderazgo tecnológico”.
Jiménez cree que el jugón absorbe muy bien este tsunami de innovación. “De hecho, lo pide”, puntualiza. Un tsunami que “genera innovación que, a su vez, ofrece una mejor experiencia, lo que desemboca en una mayor afición. Es el paso natural de la tecnología y debemos acostumbrarnos porque la aceleración en el desarrollo de la innovación va a ser cada vez mayor”.