“A la hora de diseñar la octava generación de Intel Core, se ha pensado en los usos que van a tener los ordenadores en los próximos años”. Simón Viñals, director de tecnología de Intel en España y Portugal, señalaba la visión a largo plazo que exhiben sus últimos motores Core. Unos procesadores que ya están disponibles para los equipos portátiles (U-Series), a los que se unirá los sobremesas el próximo otoño (S-Series). Ya en 2018 aterrizarán los motores para los usuarios más exigentes en temas de disipación de calor y los detachables (Y-Series) y para rematar estarán disponibles los que sirvan a los equipos de gaming y las estaciones de trabajo móviles (H-Series).
La mejora del rendimiento es unas de las prestaciones más reseñables: se contabiliza hasta un incremento del 40 % si se compara con la generación anterior (duplicándolo respecto a los dispositivos de cinco años de antigüedad). Viñals explicó que esto ha sido posible gracias a su configuración, de cuatro núcleos, que por vez primera se aplican a los equipos portátiles. “Es posible realizar más tareas, al mismo tiempo, con la sensación de disfrutar en cada una de ellas de la capacidad total del procesador”. Junto a ello, Intel ha puesto el acento en una microarquitectura con ahorro de consumo, con mayores optimizaciones en el procesador. “Se gana una mejora en el tiempo de espera, sin perder en la duración de la batería; al contrario, se ha ganado una hora de autonomía en relación a la generación anterior”.
Unos procesadores que, recordó, permiten disfrutar más a los usuarios de las aplicaciones relacionadas con el entretenimiento y las tecnologías de inmersión. “Los programas favoritos de los usuarios, en calidad 4K UHD, adquieren con estos procesadores toda su potencialidad”, insistió.
No olvidó referirse a la memoria Optame, recientemente desarrollada por Intel, y que aplicada a un disco duro tradicional, permite al equipo gozar de un rendimiento parecido al almacenamiento de estado sólido. Por el momento, funciona como un módulo pero ya Intel trabaja para que se constituya en una memoria “única”.