La mejor muestra de la apuesta de Microsoft por el mundo de la seguridad es la cifra que ha destinado a su inversión en los últimos cinco años: 5.000 millones de dólares. Y, aún más, en la previsión que maneja en este campo en el próximo lustro: 20.000 millones de dólares más. Una estrategia que arrancó en 2004 y que, paso a paso, le ha llevado a situarse como el más grande proveedor de seguridad a nivel mundial gracias a una facturación de 20.000 millones de dólares en su último año fiscal.
Tal y como explica Javier Grande, cloud business manager de Arrow, la compañía ha creado un ecosistema de seguridad, potente, basado en una oferta end to end que alcanza cualquier entorno: onpremise, híbrido o en la nube, y que se reparte en torno a seis familias de productos, con más de 50 servicios añadidos: Microsoft Defender, Microsoft Sentinel, Microsoft Entra, Microsoft Intune, Microsoft Priva y Microsoft Purview.
La protección del puesto de trabajo es puntal de esta estrategia. La poderosa presencia que tiene Microsoft 365 en este entorno le exigió blindar esta suite, lo que abarca desde la gestión de la identidad y de los dispositivos y aplicaciones (con una estrategia Zero Trust) hasta la productividad y la colaboración así como la gobernanza y la protección del dato.
La marca ha definido diferentes opciones para todas aquellas empresas, con un máximo de 300 usuarios, que quieran disfrutar de su suite para el puesto de trabajo. En su modelo más completo, Microsoft 365 Business Premium, están incluidas sus soluciones de seguridad a las que se han sumado, hace unos meses, Microsoft Defender for Business, lo que permite a las empresas armarse en el puesto de trabajo para hacer frente a cualquier tipo de amenazas.
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