Las descargas de aplicaciones móviles pasarán de los 30.100 millones en 2011 a más de 200.000 millones en 2016. Una cifra, espectacular, que sin embargo, tiene un enorme riesgo: el 69% de las aplicaciones móviles que se implementan no se han probado antes. Así lo asegura Micro Focus, que explica que el problema es menor cuando se trata de aplicaciones empresariales de acceso móvil. “En estos casos se parte de unos estándares de calidad y fiabilidad contrastados y se exige que la app los mantenga”, especifica Ricardo Montes, director de marketing de MicroFocus para LATAM. Sin embargo, el panorama en el sector comercial no es el mismo, donde los fallos son más habituales. “Y cuando un usuario se frustra, no vuelve a visitar la página, con lo que se pierden oportunidades de venta”, advierte Montes.
El responsable asegura que en el entorno de la movilidad no hay una cultura de testing. “Sí está presente entre los desarrolladores de aplicaciones de negocio”, especifica. En la actualidad hay muchos desarrolladores, en muchos casos freelancers, que no tienen ni los conocimientos ni los medios para probar las aplicaciones. “Su objetivo principal es crear apps atractivas y originales; y no asegurar que éstas funciones correctamente”. Montes advierte que se prima “la velocidad y el precio sobre cualquier otro factor y las empresas están empezando a aprender de sus errores con un coste nada despreciable, especialmente en las aplicaciones dirigidas a los consumidores”. Lógicamente, la empresa recomienda que las aplicaciones se prueben antes de su lanzamiento.