Un turker es un profesional cuya labor no puede ser realizada por una máquina. Una tarea, que se realiza de manera on-line, y que está experimentando un cierto auge. Xerox ha analizado en un estudio, “Being a turker”, alguna de las claves que definen esta peculiar labor.
Estos nuevos profesionales prefieren el anonimato y la flexibilidad, pero también quieren mantener buenas relaciones de trabajo y una comunicación fluida. Su salario, no muy alto, se mueve, como máximo, entre los 11.000 y los 12.000 euros al año; con una aspiración de ganancia cada hora que ronda entre 5 y 7 euros. El estudio aclara que muchos turkers optan por este tipo de profesión porque no pueden encontrar un buen trabajo o necesitan ingresos adicionales.