La innovación ha descendido en España a juzgar por los datos aportados por el análisis de la situación de la I+D y la innovación en España, presentado por Cotec. Así, la innovación no tecnológica (las que parten de las ciencias socieconómicas y de humanidades) descendió entre el periodo 2010 y 2012 algo más de tres puntos, en comparación con el periodo comprendido entre 2009 y 2011: un 20,5 % frente al 24 %. Por su parte el porcentaje de las empresas que al menos realizaron una innovación tecnológica (basado en ciencias exactas y naturales) entre 2010 y 2012 ascendió al 13,22 %, frente al 16,57 % entre 2009 y 2011. Todo ello hace que el número de empresas que innovan se haya visto reducido a la mitad: 18.077 en 2012 frente a 36.183 en 2008, algo preocupante para el director general de Cotec, Juan Mulet. Las ramas de actividad que más apostaron por la misma en 2012 fueron Servicios de I+D, vehículos de motor, farmacia, telecomunicaciones y programación, consultoría y otras actividades informáticas. Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía encabezan las actividades relacionadas con esta actividad.
En cuanto al I+D, si hasta el comienzo de la crisis sus crecimientos medios superaban el 10 %, la caída ha sido paulatina desde 2008 y en 2012 su descenso ya era del 5 %, algo que no pasa en los principales países de nuestro entorno en los que no solo no desciende sino que aumenta.
También han disminuído los fondos públicos y privados destinados al I+D, así como el número de investigadores.
Sin embargo la esperanza viene de la mano del Programa Horizonte 2020, que podría suponer un retorno para España de unos 800 millones de euros anuales entre los años 2014-2020, para financiar en régimen competitivo con el resto de Estados Miembros proyectos de I+D. A España le corresponden 25.116 millones de euros de los Fondos de Cohesión para el periodo 2014-2020 y el Gobierno español podría dedicar más de 10.000 millones de euros a actividades de innovación y ayudas a las pymes a través de estrategias RIS3 (Research and Innovation Strategies for Smart Specialisation), estrategias que permitirían a las CC.AA. proponer los campos de los proyectos que les interesan, desarrollando de esta manera políticas de innovación adaptadas a sus tejidos productivos.