Si el encuentro de la “otra” patronal del sector, DigitalES, contó con dos expresidentes del Gobierno de España (González y Aznar), el longevo evento de AMETIC exhibió una clausura protagonizada por el actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, que desmenuzó un discurso en el que lógicamente habló de digitalización (“es uno de nuestros retos prioritarios”, repitió varias veces), a la que ligó, una y otra vez, con la igualdad y la justicia social. Una digitalización, por tanto, atravesada de humanismo. “La transformación digital puede servirnos para crear sociedades más justas, menos desiguales, con oportunidades para todos, y más preocupadas de lo verdaderamente humano”, resumió al final de su casi media hora de intervención. “La digitalización nos va a permitir avanzar pero la cuestión es si ese avance lo queremos llevar a cabo con justicia social: si queremos que sea con inclusión o a base de exclusión”, expuso. “Este es, sin duda, el máximo desafío de esta era digital”.
Riesgos y ventajas de la digitalización
El presidente en funciones recordó que ninguna actividad va a quedar al margen de la transformación digital y enumeró todas las ventajas que ésta conlleva; sin olvidar, sin embargo, apelar también a los riesgos y los retos que plantea. Sánchez recordó, por ejemplo, el impacto que va a tener la inteligencia artificial y la robotización en el empleo. “En la próxima década los robots asumirán 20 millones de puestos de trabajo relacionados con la fabricación en todo el mundo”, apuntó. Ahora bien, en las dos próximas generaciones existirán sectores en los que el empleo tendrá un gran crecimiento neto que “nos permitirá mantener las estructuras sociales en las que vivimos”. Sánchez se refirió, por ejemplo, a la contribución que puede tener la digitalización en la transición ecológica. “Entre el año 2020 y 2030 se crearán 300.000 nuevos puestos de calidad relacionados con ella”. La fuerza laboral, sin embargo, dejará de ser el elemento para crear riqueza ya que en los entornos digitales crece la importancia de los activos intangibles lo que vuelve a crear el riesgo de las brechas económicas y humanas. Sánchez volvió a apelar a la justicia social. “Es inaceptable un progreso que excluya”, repitió. “Y hay un alto porcentaje de la población que tiene miedo, tal vez por falta de información, de las repercusiones que puede tener la digitalización en sus sectores de actividad”.
Sánchez se refirió también a la necesaria regulación que va a haber que desarrollar para legislar todos estos cambios. “Y no se trata solo de regular y de favorecer las oportunidades para el crecimiento; sino que también hay que defender el contrato social que es el proyecto en el que se sustenta España y Europa”, alertó. “Y debemos reforzarlo”.
Un gobierno para España, cuanto antes
En línea con lo que había pedido Pedro Mier, el presidente en funciones mostró su deseo de que España tenga un gobierno “cuanto antes”. “Los desafíos de digitalización y de transición ecológica necesitan de un gobierno que aborde con garantías las transformaciones que necesita el país”. Y aseguró que “va a tomar en serio” la solicitud del presidente de AMETIC de que el gobierno cree una vicepresidencia de digitalización, innovación y reindustrialización. “Algo habrá con algún matiz”, aseguró. Y volvió a la justicia social. “Ninguna cifra económica será admisible si incluye una mayor exclusión social”. Ante los cambios económicos y sociales que se están produciendo en la actualidad, y la adopción de modelos de gobierno diferentes, Sánchez sacó pecho por el europeo. “Hay que reivindicar el modelo de Europa de desarrollo económico y su redistribución. Debemos marcar el rumbo de los derechos y los valores”.
En este nuevo entorno digital, abogó por la elaboración de una constitución digital, en el marco de Naciones Unidas, que regule aspectos tan importantes como la privacidad y establezca los derechos y deberes de las corporaciones, de los poderes públicos y los ciudadanos. “Y por qué no, también en España”, continuó. “Abramos el debate en torno, por ejemplo, a un nuevo estatuto de los trabajadores o a una nueva fiscalidad alrededor del dato».
Por último, situó a España en una posición de liderazgo en esta revolución digital. “Nuestra cobertura de fibra óptica en el hogar alcanza el 77 %. Somos el quinto país de la Unión Europea y el octavo en porcentaje de Internet inclusivo. Barcelona y Madrid lideran la creación de startups”.