Aunque el liderazgo de las mujeres y el consecuente emprendimiento femenino es un fenómeno relativamente reciente en España, Conxi Palmero, directora de Alianzas Estratégicas del Grupo Esprinet y miembro del Consejo de Administración de V-Valley Advanced Solutions España, reconoce que se han dado pasos de gigante en el último decenio, “aunque aún queda mucho camino que recorrer y mucha brecha de género que cerrar”.
En el análisis de los parámetros que marcan las políticas de contratación en las empresas alerta que aquellas que sean “incapaces de abandonar arcaicos paradigmas de liderazgo y que perpetúan políticas de discriminación empobrecen el talento y, a la larga, están destinadas a ser excluidas del sistema”. Apela, además, al proverbio chino: “Las mujeres sostienen la mitad de cielo”; para, insistir, en que resulta estúpido “prescindir del liderazgo y el talento femenino por motivos de edad o fase vital”.
Incorporada a la disciplina del Grupo Esprinet hace un año, defiende “el respeto y la pluralidad” como elementos fundacionales de la compañía. “Están en la base de todas las estrategias”. La compañía es socia, en Italia, de asociaciones empresariales como Valor D, “que promueve el equilibrio de género y una cultura inclusiva”. El grupo cuenta con la certificación EDGE, una de los principales estándares de certificación de empresas en el ámbito de igualdad de oportunidades de género.
El emprendimiento femenino en España representa, según datos de South Summit, el 20 % aproximadamente, cifra superior al conjunto de Europa (17 %). Además, y a pesar de que las empresas lideradas por mujeres obtienen mejores resultados, únicamente captan el 6,34 % de la inversión, según Bitget. En su opinión, ¿por qué el emprendimiento femenino y la inversión en estas empresas sigue estancado?
La motivación, desgraciadamente aún hoy, hay que buscarla en razones culturales y antiguos paradigmas “patriarcales del liderazgo”. El liderazgo de las mujeres y el consecuente emprendimiento femenino es un fenómeno relativamente reciente en nuestras sociedades, especialmente en países como el nuestro. Hemos dado pasos de gigante en el último decenio, aunque aún queda mucho camino que recorrer y mucha brecha de género que cerrar. En un ambiente cada vez más competitivo e inestable, los inversores, especialmente los extranjeros, buscan realidades empresariales flexibles capaces de adaptarse rápidamente a un entorno económico, social y geopolítico donde reina la complejidad y la incerteza, contar en los vértices decisionales de las empresas con la intuición y la capacidad de líderes femeninos crea una efectiva ventaja competitiva respecto a realidades empresariales más arcaicas, encasilladas en “viejos modelos” de liderazgo.
A medio plazo, las empresas donde tenga expresión el liderazgo y el talento femenino, como ya dice hoy su estadística, obtendrán mejores resultados y serán objetivamente más atractivas para los inversores. Este proceso ya se ha puesto en marcha en sociedades de mayor dimensión, pero todavía resulta poco visible en empresas como las pymes, por lo que tenemos que promover el talento femenino, romper techos de cristal y viejos esquemas. Las empresas tienen que contar con los “mejores líderes” en los diferentes sectores sin algún tipo de reticencia o de preconcepto, abandonando viejos modelos ancestrales de liderazgo, encaminándose a una “nueva normalidad” que dice y dirá mucho de las empresas y de su capacidad de adaptarse a los nuevos tiempos.
En el sector tecnológico, al igual que en otros, se observa el edadismo o la discriminación por edad. Las mujeres que trabajan en este sector lo sufren doblemente en su edad fértil y en su edad madura. ¿Cómo se puede combatir esta discriminación que choca y contradice los objetivos de responsabilidad corporativa que muchas compañías tecnológicas defienden?
El edadismo en el sector tecnológico está menos de moda, las empresas buscan personal joven, formado, con habilidades técnicas. Hay una enorme carencia de personal formado en nuestro sector, por lo que las empresas que quieran competir y desarrollarse a nivel global deben abandonar más que nunca “viejos estereotipos”. Es lógico y moral hacerlo. Las empresas incapaces de abandonar arcaicos paradigmas de liderazgo y que perpetúan políticas de discriminación empobrecen el talento y, a la larga, están destinadas a ser excluidas del sistema. Respondo con un proverbio chino: resulta muy estúpido prescindir “de quien sostiene la otra mitad de cielo”; más estúpido aún resulta prescindir del liderazgo y talento femenino por motivos de edad o fase vital.
«Las jóvenes de hoy, más que nuestras madres o abuelas, son capaces de elegir de manera inteligente el propio destino profesional y distinguir perfectamente las empresas virtuosas de las que profesan virtud»
Hago un llamamiento a todas las mujeres ”de talento” para que sean selectivas en su búsqueda de profesionales, trabajando por sociedades donde el “respeto” y la “no discriminación” sean elementos fundacionales y que la base de las políticas de reclutamiento vaya más allá de los “eslóganes corporativos”. Estoy segura de que las jóvenes de hoy, más que nuestras madres o abuelas, son capaces de elegir de manera inteligente el propio destino profesional y distinguir perfectamente las empresas virtuosas de las que profesan virtud. A través de mi experiencia profesional, he aprendido que son cosas bien distintas.
En el caso concreto del Grupo Esprinet, durante el último año, ¿han puesto en marcha nuevas medidas para lograr la igualdad y la promoción de la mujer en puestos directivos? ¿Qué resultados han obtenido con sus políticas de igualdad?
Me incorporé al Grupo Esprinet hace más de un año y soy miembro del BoD de V-Valley Iberia desde el pasado mes de junio. Se trata de una compañía en la que desde los primeros momentos he podido desarrollar mi valor añadido en un ambiente profesional donde el respeto y la pluralidad son elementos fundacionales y están en la base de todas las estrategias.
El Grupo Esprinet, que tiene como misión corporativa promover la “tech democracia” y acompañar a personas y empresas en un camino de renovación tecnológica que pueda aportar valor, tanto a la comunidad como al territorio, posee un brillante grupo directivo y es un socio histórico en Italia, donde tiene su sede principal, de asociaciones como Valor D, una de las primeras asociaciones empresariales en Italia que promueve el equilibrio de género y una cultura inclusiva para el crecimiento de las empresas y del país. Además es una sociedad certificada EDGE, una de los principales estándares de certificación de empresas en el ámbito de igualdad de oportunidades de género y hemos sido nominados como “Best Place to Work” reiterativamente en los últimos 4 años.
Todo parte de una cultura de empresa inclusiva y respetuosa. Bajo ambas premisas es más fácil desarrollar programas para promover el talento femenino y no poner trabas en el desarrollo de su liderazgo respecto a modelos arcaicos que prescinden de estos sanos principios.
En el mundo tecnológico hay mucho camino por recorrer pero, respecto a otros sectores industriales, es más fácil recuperar progresivamente la brecha de género. Estamos viviendo cambios socio-culturales vertiginosos que precisan de nuevas soluciones digitales. Los grandes hitos del progreso humano, como es el desarrollo e integración en nuestras vidas de la inteligencia artificial o la creación de sistemas de sostenibilidad ambiental, no podrán prescindir de las nuevas tecnologías y el desarrollo de estas no podrá prescindir, de ninguna manera, del talento y del liderazgo de la otra mitad de seres que sostienen el cielo.