Está convencida María José Talavera, máxima responsable de VMware en España y Portugal, de que el teletrabajo, tras su apresurada implantación, ha llegado para quedarse. “Si algo positivo va a traer esta grave crisis que aún seguimos viviendo es que esta forma de trabajar se va a instaurar de manera definitiva en las empresas”. A su juicio, se va a desarrollar una cultura empresarial diferente y la mejor conciliación entre la vida personal y profesional va a ser permitir que aflore el talento. “Hay que primar el talento y este modelo híbrido, en el que el teletrabajo será ya una realidad, va a basarse en la consecución de objetivos, no en la pura presencia en las oficinas”. Siempre entusiasta, aseguró que se ha roto, de manera definitiva, con la creencia de la falta de productividad fuera de los entornos de oficina.
Esta enorme actividad que se ha producido alrededor del puesto de trabajo, una de las piezas básicas del negocio de VMware, ha sido clave para impulsar el negocio de la filial española que ha crecido más de un 30 % en el arranque de su año fiscal. “Hemos ayudado a las empresas a habilitar el trabajo en remoto, primando la seguridad”, reconoce. Entre sus proyectos aparecen conocidas empresas y organismos públicos con proyectos que, incluso, han permitido el despliegue “de la noche a la mañana de 15.000 puestos de trabajo”. Talavera, sin embargo, puntualiza que la marca ha tendido su mano para primar la continuidad de negocio. “Habilitamos nuestras soluciones, sin coste adicional, durante 90 días”.
Teletrabajo: tras la urgencia; la adaptación y la aceleración
Superada la urgencia, ahora los proyectos tienen que adaptarse a estos nuevos modelos de trabajo. “Ya no hay marcha atrás”, insiste Moisés Navarro, principal business solutions strategist de VMware Iberia. La productividad tiene que regir en este entorno doméstico en el que, como en cualquier entorno rendido al trabajo, son claves el uso de las aplicaciones y la seguridad. Los ataques, siempre presentes, se han intensificado en los últimos meses, incrementando su grado de sofisticación. Según un estudio de la marca, más del 90 % de las compañías reconoce que ha sufrido un impacto en su negocio. “Hay que asentar un modelo de seguridad en este entorno remoto”.
Las aplicaciones, claves, cobran un papel esencial en la aceleración de estos proyectos y su transformación es imprescindible si las empresas quieren mejorar la experiencia de sus clientes y, por tanto, incrementar sus ingresos. “Las empresas deben contar con un ramillete de aplicaciones rico y dinámico; capaz de adaptarse a lo que demanda el cliente”, especifica Talavera que alerta, sin embargo, de la obligatoriedad de su entendimiento con el eterno legacy, en el que sigue reposando una gran parte del valor de las empresas. “No se puede eliminar”, advierte. “Se trata de mantenerlo para, de manera progresiva, irlo modernizarlo”.
Por supuesto, ninguno de los dos directivos olvida la nube, en este caso, pública, para terminar de hilar la razón de ser de VMware. “Seguimos tendiendo el puente entre la infraestructura tradicional, las nuevas aplicaciones y la nube pública”, repite, incansable, Talavera. “Abrazarla es clave ya que asegura la infraestructura necesaria para soportar la movilización de los usuarios”, completa Navarro.
Digitalizar la pyme
Talavera alertó de la necesidad de acompañar a las pymes en este proceso de digitalización. “Faltan planes claros para este tipo de empresas”, denunció. “Si los gobiernos no cuentan con planes sólidos para agilizar su transformación digital, España va a sufrir”. A su juicio, es admirable el valor de los pequeños empresarios que han sufrido con mayor gravedad esta situación. “Es sorprendente que en España, país de pymes, no haya una política de ayuda para acometer un transformación que iría asociada a objetivos de sostenibilidad y de promoción de la vida en núcleos urbanos más pequeños”.
Tecnología y dirección
La marca aprovechó para presentar las conclusiones de un estudio propio, llevado a cabo por Vanson Bourne, en el que ha quedado clara la vinculación entre los resultados de una empresa y el grado de conocimiento tecnológico de sus principales directivos. Se encuestó a nivel mundial a líderes de 644 empresas con más de 2.500 empleados.
En España, el 82 % de los empresarios cree que si se quieren obtener mejores resultados, tanto el CEO como el equipo de dirección de la empresa debería contar con formación en tecnología. Un baremo que supone un 11 % más que el promedio de EMEA y es el segundo porcentaje más alto en Europa después de Rusia.
Durante la pandemia, los encuestados españoles destacan los beneficios de las aplicaciones modernas para mejorar su rendimiento y resiliencia. Un 62 % destacó el papel de las mismas para permitir trabajar a distancia y el 45 % aludió a su capacidad para impulsar continuamente las actualizaciones para adaptarse a las nuevas exigencias.