La nube forma parte de la realidad empresarial española. Un modelo que ya alcanza a las aplicaciones y a la infraestructura, tornándose en una opción que, pasado ya el tiempo en el que el argumento más evidente era el ahorro, se sostiene también por las mejoras en la productividad y la competitividad que aporta a las empresas. Al canal, correa de transmisión de los mensajes de los proveedores, no le queda más opción que moldear su modelo de negocio a esta nueva corriente. No hay otra. Fabricantes como NetApp, Wolters Kluwer y VMware presumen de socios aliados con la nube. Junto a ellos, la asociación Eurocloud evidencia, con su nombre por delante, la regencia del modelo.
Tanto en el caso de las grandes compañías como en el de las pymes la nube ejerce su poderío en España. Según la consultora IDC en el año 2013 el 41 % de las empresas españolas ya contaba con algún servicio en la nube; un baremo superior en 12 puntos al que se presentaba en 2012. El conocimiento del modelo, además, alcanzaba, en aquel entonces, al 88 % de las empresas españolas. Sin datos contrastados pero sostenido por su experiencia en España, Álvaro Montero de Lema, vicepresidente segundo de Eurocloud España, calcula que entre el 30 y el 40 % de las pymes tienen algo implantado en la nube mientras que en el entorno de las grandes cuentas el peso puede oscilar entre el 60 y el 70 %. “Mientras que desde hace años la gran empresa está apostando por la nube, impulsada en parte por los proveedores de tecnología, a la pyme le está costando un poco más”. Un panorama que parece haber cambiado en los dos últimos años. “Les daba miedo la seguridad”, analiza. “Ahora bien, se han dado cuenta de que inseguro es casi todo; por tanto, ha pesado más el beneficio que supone disponer de un sistema escalable en sus necesidades y gestionado por un tercero, con un coste a su medida”.
Un mayor capacidad de dinamismo y mucha más competitividad es la pareja que conduce a las empresas a confiar en el modelo de la nube. Para Moisés Navarro, business solutions strategist de VMware, en la actualidad el gran reto no es adoptar o no el modelo, sino la manera de hacerlo. “Las empresas ya tienen asumida la adopción; ahora deben analizar cómo desarrollarlo de manera controlada y organizada”.
Tomàs Font, director de negocio de Wolters Kluwer, recuerda que la nube se utiliza como una oportunidad de negocio. “Hay que detectar qué oportunidad y qué ventaja competitiva permite a las empresas mover sus servicios de un modelo on-premise a otro basado en la nube”, analiza. “En nuestro caso estamos centrando el mensaje en la productividad y en la generación de oportunidades de negocio”.
En el entorno de la infraestructura, que abarca servidores, almacenamiento y redes, la oportunidad de la nube también es enorme. la infraestructura IT en la nube. IDC calcula un incremento del 21 % en 2015 para alcanzar los 30.000 millones de euros. Un montante que no dejará de crecer durante los próximos cinco años, a un ritmo sostenido del 14%, para alcanzar una cifra de 50.000 millones de euros en 2019. Francisco Torres-Brizuela, director de canal y alianzas de NetApp Ibérica, recuerda que el concepto del pago por uso está acelerando mucho la evolución, sobre todo en las grandes empresas. El responsable explica que, por ejemplo, ante una campaña lanzada por el departamento de marketing y si la infraestructura TI de la compañía no tiene capacidad de proporcionar servidores virtuales o almacenamiento en minutos, es posible “tirar de tarjeta de crédito y contratar los servicios del proveedor TI”.
El canal, a la nube
El canal no puede obviar la situación. Además de las barreras que el cliente sitúa para adoptar la nube, el canal tiene que hacer frente a la rentabilidad de esta fórmula; en un principio menor a la obtenida con el modelo tradicional. “El canal está sufriendo un proceso de transformación”, arranca Francisco Torres-Brizuela. “Su gran desafío es acompañar de manera adecuada a su cliente habitual hacia el cloud”. Sí o sí, porque si un distribuidor no le acompaña, otro lo hará. “Debe saber aconsejar, sobre todo, a las empresas que carecen de un CIO y desarrollar una labor de consultoría en la que les señale cómo evolucionar, qué aplicaciones utilizar o el proveedor de servicios que mejor se ajuste a lo que necesitan”.
En este proceso de adaptación, el integrador tradicional, que suministraba infraestructura y daba servicios, puede convertirse en un proveedor cloud. Torres-Brizuela explica que algunos están creando “mini clouds públicas” para sus clientes, “ofreciéndoles un gran servicio con una gran cercanía”. Incluso están cerrando acuerdos con compañías más grandes para comercializar su infraestructura o sus soluciones en un modelo de reventa. “Los distribuidores que lo entiendan se quedarán; y los que no, morirán”.
En su estrategia de elevar sus aplicaciones a la nube, Wolters Kluwer tiene muy claro que el canal debe acompañarles. “Es básico y clave en esta transformación”, arranca Tomás Font. “La base instalada en on-premise es brutal y debe ser el canal quien lleve a cabo esta transformación, acercando a sus clientes un modelo de servicios”, relata. La práctica totalidad del canal de la marca tiene muy claro que debe evolucionar hacia la nube. “Una vez que lo han entendido, deben actuar para aprovechar la ventaja que tenemos en este nuevo entorno”.
El modelo de servicios cloud se torna en una oportunidad para el canal de VMware. Moisés Navarro alerta, sin embargo, de la necesidad de adquirir nuevos conocimientos que deben proceder de la formación. “Hay que formar a los profesionales en otro tipo de capacidades tecnológicas y de servicio; incluso en los modelos financieros que supone el cloud con nuevas fórmulas de facturación y de contratación”. Un proceso que lleva su tiempo y que requiere esfuerzo e inversión. “El canal se ve obligado a adoptar los cambios que demanda su cliente y aprovechar esta oportunidad”, recuerda. “Pero al ritmo que marca el mercado”.
El estudio que hace la asociación Eurocloud del panorama del canal en España señala al proveedor de servicios como una figura clave. “Ya no se compra como se hacía antes. Ahora la empresa demanda un servicio”, explica Montero de Lema. “El canal lo ha entendido perfectamente: o se transforma o muere”.
Se trata de que el distribuidor tradicional, que siempre ha cumplido un papel de asesor de la pyme, se adapte a este nuevo panorama. “No tiene que cambiar mucho su mentalidad”, opina Torres-Brizuela. “No es lo mismo vender infraestructura on-premise que comercializa un servicio; pero puede hacerlo”.
La figura del mayorista tampoco es ajena. Muchos de ellos están creando marketplaces para que sus resellers habituales permanezcan en su estructura de negocio y puedan comercializar los servicios cloud de los distintos proveedores que forman parte de su oferta. “Actúan de intermediarios y mantienen su valor para los distribuidores”.
De lo táctico a lo estratégico
Según aseguraba IDC en un estudio presentado el pasado año en las empresas españolas todavía se vive una etapa táctica en la implantación de un modelo de la nube: los proyectos no transforman de manera global a la empresa, sino que se localizan en determinados departamentos y se centran en la forma de entregar aplicaciones y servicios. Una fase que debe ir dando paso a lo que los expertos denominan como “fase estratégica”, en la que la estandarización y el ahorro de costes que permite el cloud se extiende a todas las capas de la empresa, liberando a los empleados de tareas que no son productivas. Un panorama que, según los cálculos de la consultora, se producirá en los próximos 3 a 5 años en las empresas grandes, las más avanzadas en materia de implantación de la nube.
Moisés Navarro cree que en España la adopción tiene un componente pragmático. “Aunque vayamos un poco más lentos por temas de seguridad”, puntualiza. A su juicio, el proyecto se hace de manera gradual aunque se trata de una adopción con una visión global. “Es posible empezar por una línea de negocio y de manera paulatina extenderlo al resto”. El reto está claro: ayudar en esa adopción.
Francisco Torres-Brizuela no olvida el componente cultural, ni las diferencias de infraestructura que existen en España. “La situación en las telecomunicaciones, por ejemplo, es diferente: no es lo mismo hablar de Madrid o de Barcelona que de otras áreas de España, lo cual frena de alguna manera el desarrollo del entorno cloud”. El responsable de canal también recuerda la influencia de los cambios legales que realiza la Administración. “Son barreras que se irán superando”.
Todos coinciden, sin embargo, en la mejora de los presupuestos de los que disponen las empresas para invertir en este apartado. Incluso aseguran que algunas organizaciones en épocas de crisis decidieron invertir más en tecnología porque era la manera de salir de la crisis y competir mejor. Y ahora que están viendo los resultados tienen más ganas de trabajar. “Lo más positivo es que además de invertir, pueden elegir”, puntualiza Moisés Navarro.
La nube en la Administración Pública
¿Está lo público hermanado con la nube? Los proveedores observan cierto dinamismo en la Administración Pública. Moisés Navarro asegura que se han puesto en marcha proyectos de transformación interna. “Va despacio”, puntualiza, “pero se está llevando a cabo una transformación pragmática, racionalizando la infraestructura con la que se cuenta, automatizando y agilizando la entrega de servicios”.
Para Tomàs Font, la Administración Pública ha arrancado un proceso de transformación que califica de “bestial”. “Se están llevando a cabo proyectos relacionados con la “interoperabilidad en los ayuntamientos, diputaciones y temas de digitalización”.
En el caso de NetApp, Torres-Brizuela recuerda que hay Comunidades Autónomas que ya cuentan con su nube privada, “limitada, eso sí, a que los datos se queden en la comunidad”. El director de canal cree que poner las esperanzas de negocio en los proyectos relacionados con la Administración es un error. “El factor político influye en la evolución de este apartado”, puntualiza. “Confío mucho más en el desarrollo de la empresa privada y en su evolución en el entorno de la nube”.
Desde Eurocloud España creen que el mayor handicap de la Administración Publica es la legalidad. “Los organismos públicos tendrían que ser usuarios masivos de cloud pero todo lo referente a la protección de datos en España no está suficientemente claro, lo que es una barrera para que den ese paso de manera masiva”, apunta Álvaro Montero de Lema. Para ayudar a clarificar el panorama, la asociación está haciendo mucho hincapié en desarrollar una certificación, con un modelo de auditoría y de gestión de plataformas cloud. “Se trata de que a nivel europeo se cuente con una manera de auditar y aprobar un servicio cloud”, explica. Muchos proveedores cuentan con su propia certificación pero es muy importante contar con una global, que tenga un carácter “multifabricante, multiplataforma y que determine qué requerimientos se deben cumplir en un entorno cloud”. Una pretensión que, según opina, no es posible. “Los gobiernos no están promoviendo nada y no están escuchando lo que se les está pidiendo a gritos”.
En esta lista de peticiones Moisés Navarro demanda una mayor “cobertura” comunicativa. “Hace falta llevar la comunicación a cualquier parte del país, ciudadano o entidad, independientemente de la geografía, con un caudal suficiente para poder ejercer un negocio digital y ayudar a la transformación digital de las empresa y de los ciudadanos”.
Por último, Álvaro Montero de Lema recuerda que uno de los grandes retos es que la adopción de la tecnología alcance a toda la población. “Que no sea un problema”, puntualiza. “El nivel tecnológico de un país es uno de los principales factores de evolución de un país”, recuerda. “Y el Gobierno ya lo ha percibido”.
La seguridad y la nube
Parece que el “viejo” tópico de que el modelo de la nube es mucho menos seguro que los entornos tradicionales se ha roto. “Un entorno cloud es igual o más seguro que cualquier otro entorno físico”, afirma el vicepresidente segundo de Eurocloud España. En muchas ocasiones, recuerda, se vincula la seguridad con temas de ciberseguridad, de ataques dirigidos o de negación de servicio. “Y tendríamos que mirar hacia adelante y recordar que lo más importante es la seguridad del dato”, remata. A su juicio un entorno cloud facilita la gestión de la seguridad de una empresa. “Es posible ubicar el dato en varios lugares, lo que evita la pérdida de la información”.
Moisés Navarro asegura que el tópico está superado y que la seguridad no debe suponer ninguna barrera de adopción. “Durante muchos años ha sido la excusa perfecta”, recuerda. “Sin embargo, ser competitivo pesa más que los resquemores; por lo que si se cree que el entorno es inseguro, lo que hay que hacer es trabajar para que sea seguro”, explica con lógica. “Pero no perdamos nunca una oportunidad”.