Es, sin duda, una de las joyas del medievo español. El Santo Grial, custodiado en la Real Colegiata de San Isidoro de León, podrá ser contemplado fuera de la vitrina que lo protege. HP, en colaboración con el Cabildo de la Colegiata, ha realizado un modelo 3D del Cáliz que perteneció a la reina Urraca; la primera mujer que gozó de tal competencia propia, heredada, pero no compartida, en la historia de España. Un personaje, maltratado por la historia, que tuvo un papel predominante en el siglo XI en España, y que ejerció la regencia a pesar de su condición femenina. Ahora los visitantes de San Isidoro de León podrán apreciar, teniendo en sus manos la recreación, hasta el mínimo detalle, las filigranas de orfebrería en forma de arquillos, espirales y caracoles, que adornan el Grial, que algunos consideran que fue el utilizado en la Última Cena. Y, por supuesto, seguir contemplando el original, que seguirá protegido por cristales antibalas e iluminado desde distintos ángulos.
El Grial exhibe una historia tan atractiva y peculiar como la que tuvo la reina. Según el libro «Los reyes del Grial», publicado en 2014 por los investigadores Margarita Torres y José Miguel Ortega, de acuerdo a unos pergaminos localizados en la biblioteca de El Cairo, éste habría viajado desde Jerusalén a Egipto, de ahí a Denia y, en 1055, lo habría recibido Fernando I El Magno, rey de León y padre de doña Urraca, como regalo del emir de la taifa de Denia.
Por su parte, Urraca, a la que llamaron la Temeraria, fue reina de Galicia y, posteriormente, a la muerte de su hermano Sancho, de León. Se casó con Alfonso, el rey de Aragón; con el que estuvo batallando, a pesar de la alianza matrimonial, toda su vida. En pleno siglo XI llama poderosamente la atención su vida, en la que siempre defendió su condición de regente. Por ello, merece la pena tocar su Grial.
El cáliz, una joya
El cáliz cuenta con un copón de piedra de ónice que le sirve de peana, de procedencia grecorromana. La reina ordenó su embellecimiento y donó perlas, esmeraldas, amatistas y zafiros para que fueran engastados en la reliquia.
HP ha utilizado un escáner 3D que está basado en la proyección de un haz de luz fotopulsada, un método que no daña la pieza y que permite obtener un modelo exacto en tres dimensiones. De esta manera es posible capturar, fielmente, las dimensiones físicas de cualquier objeto para, posteriormente, crear un modelo digital 3D en 360 grados, con una resolución de hasta 0,05 mm.
En el caso concreto del cáliz de la reina, se ha completado con la plataforma ZVR de HP para que los más de 130.000 turistas que visitan cada año la Colegiata, puedan interactuar con él a través de unas pequeñas gafas. “Se trata de crear una experiencia única y acercar al público una de las piezas históricas más importantes de todos los tiempos; permitiéndole disfrutar de todos sus detalles como si la tuviéramos en nuestras propias manos, sin miedo dañar la preciosa pieza original”, explica Miguel Ángel Turrado, chief of staff de HP Inc. y director general de HP SCDS.