Tras unos años de explosiva expansión en este 2022 se está asistiendo a una ralentización del mercado del gaming en España. Una situación que Alejandro Mora, B.U. manager en Esprinet Ibérica, analiza con suma lógica. “Ha sido un mercado que ha estado en constante desarrollo y crecimiento, por lo que este retroceso era previsible”. Un panorama que no resta ni un ápice de protagonismo al PC. “Sigue siendo el rey de la productividad y del gaming. Es, junto a los smartphones, el dispositivo tecnológico de preferencia en el hogar. El PC y el portátil son los formatos preferidos tanto para creación de contenido como para la actividad del juego”.
El negocio del gaming en Esprinet exhibe buenos números en este 2022. “La lectura es positiva y se lee en números de color verde”. Un balance positivo que no es ajeno a la necesaria y compleja gestión de los inventarios. “Es más crítica que nunca”, reconoce. “Ha habido mucha entrega de equipos en un momento en el que el mercado se ha contraído, de forma natural, tras un periodo en el que ha existido un enorme reemplazo del parque”.
Las categorías que mejor se han comportado han sido monitores, ratones y teclados. Mora explica que al monitor no se le reconoce el valor que tiene. “Está muy infravalorado”, insiste. “En esencia, el monitor determina qué componentes deben integrar el equipo”. Mora recuerda que no es lo mismo jugar a 1440p a 120Hz o a FullHD a 60. “El usuario puede caer en el error de pagar más por el uso de determinados componentes de los que no va a poder disfrutar por contar con un monitor que no tiene suficiente calidad”. A día de hoy, la resolución más extendida sigue siendo 1080p. “Aunque poco a poco van ganando terreno resoluciones más altas, especialmente 1440p. Esto, junto con la tasa de refresco, condiciona absolutamente el resto de componentes”.
Subida del precio medio
A pesar del descenso de las ventas de los PC, el precio medio de los equipos de gaming sigue siendo muy alto. Según un estudio de Intel, éste se ha elevado en los últimos 12 meses, alcanzando un precio medio de 1.500 euros. “En el gaming hablamos de componentes de primerísima calidad, lo que conduce a un precio mayor”. Además, cuando hay mucha demanda, como ha sido en los últimos años, el precio se eleva. “Por último, el actual contexto macroeconómico, en el que se observa un crecimiento del coste de las materias primas y de la energía, condiciona también el mantenimiento de estos precios”.
En el caso de las tarjetas gráficas, por ejemplo, a lo largo de los años el incremento de precio ha sido muy notable. “Hoy en día el precio de las tarjetas gráficas estándar es el que tenían las gamas entusiastas de hace 2 generaciones; lo que puede resultar un problema”.
“Batalla” en el entorno del procesador
La innovación en torno a los procesadores específicos para el gaming es enorme. En el caso de Intel, la marca ha lanzado en los últimos 12 meses diferentes generaciones (11ª, 12ª y, la última, la 13ª, recientemente presentada) con procesadores específicos para este apartado.
Mora señala que la 12ª generación (Alder Lake) supuso una catarsis para Intel. “Después de algunas generaciones en las que se habían quedado atrás, volvieron a reinar en el gaming con una arquitectura diferencial, más inteligente y eficiente; que permite diferenciar entre los núcleos de potencia y los de eficiencia; lo que da como resultado procesadores mucho más potentes pero también más eficientes”. A su juicio la recientemente presentada 13ª generación (Raptor Lake) se siente como una puesta a punto, un refinamiento de la anterior. “Intel quiere continuar reinando en el gaming puro”, analiza.
El PC y el portátil son los formatos preferidos tanto para creación de contenido como para la actividad del juego
Tampoco ha cesado la innovación en AMD. “La marca Ryzen es reconocida y valorada por los usuarios, con excelentes procesadores”. Sin embargo, Mora reconoce que la nueva generación de procesadores de sobremesa ha tenido una acogida más tibia de la esperada. “Probablemente se unan varios factores como es el caso de la necesidad de dar el salto a DDR5 o del precio más elevado de las placas base compatibles, lo que ha incrementado el precio de los procesadores”, explica. El futuro se torna también innovador. “Seguro que AMD tiene algún “as” en la manga en forma de versión 3D para poder seguir plantando cara a Intel en gaming. Desde luego en el terreno de la creación de contenido y de la productividad su valor está intacto”.
La competencia entre ambas marcas arroja mucha calidad al mercado. “Compiten de tú a tú, lo que ha ayudado a ambas para entregar al mercado procesadores mucho mejores, que, al fin y al cabo, es lo que quiere el usuario”.
Vistazo a 2023
La enorme renovación del parque del PC en los años anteriores juega en contra de las expectativas para este año y para 2023. “Hay que ser cauto con las estimaciones. Se ha renovado mucho parque y en 2023 posiblememente se seguirá notando esta renovación”. El ciclo de vida de un PC se alarga tres o cuatro años; lo que unido a la subida de precios generalizada y a la menor capacidad de ahorro de la población, plantea “un 2023 muy desafiante”.
“Sin embargo, aunque suena paradójico”, continúa Mora, “probablemente estamos viviendo uno de los momentos con mayor competencia de la última década y, sin embargo, es cuando más oportunidades están surgiendo”. En un mercado con ciertas dosis de madurez, la creación de contenido, la realidad virtual, el metaverso o la necesidad de acceder a la información están generando miles de oportunidades. “Este mercado lidera la innovación de la industria y en Esprinet vamos a seguir apostando por aprovecharlas”.