Sabe casi todo el mundo, a pesar de los estragos de la ESO, que el Renacimiento da nombre a ese período, especialmente rico en lo artístico, que empezó a diseñar los pilares de lo que luego se conocería como la Edad Moderna. Tras el “oscurantismo” de la Edad Media (ríanse algunos de las sombras de entonces viendo nuestras “luces” actuales), el Renacimiento simboliza la transición a otra época, mejor que las anteriores.
Cada 12 meses, crean que es posible un Renacimiento. Y no hace falta que sea un Quattrocento, ni un Cinquecento. Ni siquiera que contemos con genios como un Leonardo, un Buonarrotti o un Rafael, que conviertan el mundo, no sabemos si en algo mejor, pero, al menos, en algo más bello. Lo que necesitamos son tiempos mejores. Épocas en las que predomine el “Humanismo”, con mayúsculas. Si en el Renacimiento el hombre era la medida de todas las cosas, ahora el hombre debería ser la razón de todas las cosas.
¿Será posible en 2026? Creamos que sí.
¡Feliz año!

































































