En el entorno de las grandes empresas la contratación de servicios gestionados es un estándar. El nivel de especialización exigido por áreas para un gobierno adecuado de las plataformas tecnológicas de producción requiere el concurso de expertos de los que no se dispone dentro de las organizaciones o la necesidad de estructuras y equipos que, en caso de tenerlas internamente, son menos eficientes y con un coste superior al supuesto en contratación externa.
Áreas como la seguridad, los sistemas, las aplicaciones o los servicios de centros de atención al usuario se externalizan de forma habitual. Son los Managed Service Providers (MSP) las empresas encargadas de proveer dichas opciones.
Cuando consideramos esta misma situación en los entornos de las pequeñas y medianas compañías el escenario cambia sustancialmente. Si bien es cierto que las necesidades son las mismas, el nivel de madurez tecnológica es variopinto; las políticas de uso, contratación, adquisición, mantenimientoy actualización varían y muchas veces están definidas por la dinámica diaria sin establecer de forma explícita.
Centrándonos específicamente en el puesto de trabajo, nos encontramos con los mismos retos que afrontan las grandes empresas. Mantener productivo al empleado y que sus herramientas TI funcionen de forma adecuada.
Desde nuestra experiencia en Flexxible, cuando los MSP se enfrentan a este escenario, el mayor reto que afrontan es saber el alcance del servicio. Es decir, sobre qué plataforma tienen que dar un servicio global. Sí, global, ya que otra de las características de este mercado es que no se suele contratar por áreas específicas. Las pymes por tamaño confían en un solo MSP para la cobertura total de su TI.
Saber el número de dispositivos, su estado, antigüedad, las aplicaciones instaladas, el uso, la ubicación, los usuarios o el funcionamiento son en sí un reto ya que la empresa cliente en la mayoría de situaciones lo desconoce y hay un heterogéneo grupo de casos y dispositivos que no están definidos y de los que se dispone derivado de una dinámica de uso y por necesidades de producción.
La ausencia de esta información en sí misma supone un problema para la definición del servicio. Pero mucho más relevante es que supone un riesgo para la propia continuidad de negocio y una merma permanente de la productividad de la propia empresa.
Es evidente que se recopila y se dimensiona para poder dar cobertura y servicio. Pero el verdadero reto viene cuando queremos mantener de forma actualizada esa información y no encontrarnos con el mismo problema a seis meses ya no solo para una prestación de servicio del MSP, sino para una adecuada gestión de la plataforma que maneja la información de la compañía, tener datos objetivos para la toma de decisiones.
Valor de la información
Actualmente los MSP de la pyme el principal valor que están ofreciendo es información. Qué, cómo y dónde está el conjunto de puestos de trabajo, datos y aplicaciones.
Facilitar información de obsolescencia del parque, que faculta prever las inversiones de sustitución y definir el mejor momento para abordarlas. Definir el conjunto global de herramientas y aplicaciones que se necesitan, por uso de las mismas o desuso.
Mantener un estándar de seguridad en toda la plataforma, con unos mínimos garantizados que permitan evitar las paradas no planificadas.
Control de la incorporación y cese de personal. Desde el punto de vista de recursos humanos y contratación está claro, pero esto no siempre apareja el uso del dispositivo y aplicaciones, credenciales y passwords. Prevención de contingencias como robos o pérdidas. Control del dato, ubicación y salvaguarda.
Información de la actividad de la plataforma, permitiéndonos ver en tiempo real el funcionamiento por demanda de la producción tanto en dispositivos como en aplicaciones.
Es decir que la provisión de unos cuadros de indicadores sencillos de forma periódica al equipo de dirección general de sus clientes con diferentes vectores de información, rendimiento, seguridad, actividad y recursos suponen en sí mismo un servicio, sin realizar ni una sola actividad correctiva o de configuración, siendo los MSP los únicos actores que pueden proveer de forma continua dichos datos.