La economía española está creciendo muy por encima de la media europea y, leyendo algunos titulares, parece que se vaya a convertir en su salvación. El modelo alemán está dando signos de agotamiento, con su industria del automóvil muy debilitada y muy despistada tras la irrupción del coche eléctrico desde otros países, en especial desde China. Así las cosas, todo apunta a que somos la “gran esperanza” ….
Sin embargo, bajando un poco más al terreno de la realidad, no todo es tan perfecto como puede hacer pensar ese 2,9% de crecimiento interanual del PIB. Un modelo estrictamente basado en el turismo masivo que unas ciudades están copiando de otras sin más. Millones de personas entrando en nuestro país, dejando ciudades arrasadas tras su paso. Un modelo con una precariedad en el empleo nunca vista, con contratos de un día de duración. Un modelo en el que es imposible mejorar la productividad. Y explico esto: si, por ejemplo, como hacen nuestros vecinos portugueses, fabricas baterías para vehículos eléctricos, podrás mejorar paulatinamente tu productividad mediante inversiones en las plantas y mejoras en los procesos, I+D, etc. Pero un camarero no puede poner más cervezas cuando la terraza está a tope. Si quieres atender más mesas, contrata más personal. Y si además ese personal tiene que cobrar un salario digno, comparable a salarios que se pagan en Europa, la cerveza tendrá que pasar a costar 5 euros, como en Europa, y eso hará que esos millones de turistas elijan otro destino que no sea España. O un cambio en la geopolítica, un cambio en las apetencias, un cambio en el clima…… El modelo económico al que vamos parece frágil y expuesto a cualquier mínima variación.
Por eso, desde el sector TIC tenemos que responder con propuestas e iniciativas de calado. En este sentido, la facturación electrónica obligatoria, en el marco de la Ley Crea y Crece, es una oportunidad y un reto que no podemos ignorar. La comunidad TIC tiene el privilegio de y la responsabilidad, y hay que estar a la altura. A día de hoy, la factura electrónica es obligatoria para B2G, y las encuestas más optimistas dicen que sólo el 30 % del tejido empresarial español dispone de sistemas que puedan emitirla. En otoño de 2025 será obligatoria en B2B para empresas que facturen ocho millones o más, y un año después, para todas las empresas y autónomos.
Tenemos dos años para dotar al 70 % del tejido empresarial español de interfaces, protocolos, bases de datos, nubes, y ERP capaces de interactuar e intercambiar facturas, mantenidos y actualizados correctamente. ¿A qué esperamos? En palabras de un gran fabricante editor de SW de gestión documental con quien charlaba sobre esto hace poco, no hay recursos suficientes para abastecer la demanda que se nos viene encima. Bendito problema.
Pero ¿Cómo va la pyme española a pagar estas implantaciones? De tesorería no están en su mejor momento. Los costes de operación (alquileres, energía, combustibles, salarios, materia prima) han aumentado mucho y seguirán por esa senda. Los bancos tampoco están por la labor de aumentar el riesgo, más bien lo contrario. Propuestas como el renting con servicios (nuestro contrato all-in), mediante el cual el cliente paga en una única cuota mensual que incluye la implantación del sistema de facturación electrónica, los mantenimientos, las actualizaciones, y las posibles incidencias que puedan surgir, ayudarán a que toda esta transformación se pueda acometer de manera cómoda e indolora, mientras el integrador cobra sin dilación. Lo que, carambola del destino, ayudará a mantener plazos de pago y a mitigar la morosidad, uno de los principales objetivos de la Ley Crea y Crece.