Huye de las plataformas pesadas de hardware para buscar su hueco en el competitivo mercado de la videoconferencia. Brother ha optado por un servicio web, basado en la nube, para ofrecer esta comunicación. Un servicio, que lleva por nombre OmniJoin, y que tras su desarrollo en Estados Unidos, ha pasado en Europa por un periodo de adaptación y que ahora se encuentra en plena fase de expansión. “Se trata de un concepto de videoconferencia diferente a lo que existe en el mercado”, explicó Carlos Hernández, responsable del área de soluciones de Brother. Basada en la nube, se trata de un servicio al que puede acceder cualquier dispositivo que cuente con conexión a Internet, y que dispone de un buen número de herramientas. «Además de permitir la comunicación, es posible compartir y editar documentos y trabajar de manera colaborativa en el desarrollo de un proyecto”.
En su batería de beneficios, además del recorte de gastos, se apunta el aumento de la productividad y su fácil implantación. Al comercializarse como un servicio no requiere licencias y es posible implantarlo en cualquier tipo de empresa. Sólo es necesario que la empresa usuaria envíe una invitación (un link) para permitir el acceso a la sesión de las personas que vayan a participar. Ni siquiera es necesario instalarse ninguna aplicación (aunque es otra opción que se contempla).
El coste dependerá del número de dispositivos conectados (se parte de 179 euros al año para 8 dispositivos y se puede alcanzar los 660 euros para un total de 100 dispositivos), de la concurrencia y de la capacidad de almacenamiento contratada en la nube. La permanencia parte de un año (la básica) y la empresa contempla descuentos en el caso de que se contrate por periodos más amplios.
La seguridad es uno de los elementos más cuidados en este servicio. Existe cifrado en el origen y en el destino de la videoconferencia (voz y datos). Es interoperable, lo que le permite interactuar con el resto de proveedores.
Aunque cualquier empresa puede decir sí a este servicio, Brother señala tres segmentos claramente susceptibles de implantarlo: la educación, la sanidad y el área de la arquitectura y la ingeniería.
Hernández asegura que su campo de batalla no va a ser el mercado tradicional de la videoconferencia, basado en el hardware. Basado en la nube, el cliente puede elegir entre la propia de Brother o incluso en una nube privada. “Garantizamos el servicio”, asegura Hernández. Una nube que será un repositorio también para los archivos que la empresa decida compartir.
El canal, la vía de comercialización
A semejanza del resto de negocios de Brother, el canal se torna protagonista en su desarrollo. Hernández distingue entre dos tipos de distribuidores: el socio generalista, que puede acceder a su comercialización por la sencillez de implantación del servicio; y el socio especializado en el negocio de videoconferencia que puede añadir mucho valor y que responde a un perfil de VAR tradicionales, integradores de sistemas, ISV o proveedores de servicio. Valor que se identifica con servicios de consultoría, integración con el hardware, apoyo posventa o servicios de administración de la solución.
En pleno proceso de formación del canal, la mayor parte de los distribuidores actuales pertenecen a este perfil especializado. “Se trata de socios con experiencia en este mercado y que quieren engrosar su oferta con un servicio diferente, ligero y complementario a lo que ya distribuyen”.