Pasar de una venta, pura, de producto a armar un catálogo en el que el servicio abandere el negocio no es sencillo ya que requiere de unas habilidades diferentes. Sin embargo, convertirse en un MSP o diseñar un departamento para ofrecer servicios gestionados es una fuente de oportunidad.
¿Qué caracteriza a una compañía que quiera mostrarse ante al mercado como un MSP? Lo primero, vital, son las habilidades técnicas de sus equipos en un panorama multidisciplinar que contempla áreas como las redes, la ciberseguridad, el almacenamiento de datos, la virtualización o la nube, entre otras, lo que le habilita para implementar, gestionar, mantener y solucionar problemas en cualquier entorno tecnológico que se mueva el cliente.
Desplegar un servicio gestionado exige contar con una infraestructura que abarca tanto sistemas de hardware como las herramientas de software necesarias para monitorizarlo y gestionarlo. Debe diseñar un modelo de pago, con la periodicidad que determine el cliente, con unos costes fijos, y con una capacidad escalable para que, a medida que el cliente vaya requiriendo más funcionalidades, el servicio pueda escalar.
Al tratarse, por tanto, de un modelo diferente al tradicional de reventa de soluciones, exige a los equipos una actualización permanente, lo que señala a la formación como una disciplina imprescindible para que cuente con las habilidades necesarias para ofrecer un buen servicio. Además, se espera que los profesionales encargados de desplegar un servicio gestionado adopten nuevas tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la automatización, la analítica de datos y la computación en la nube, entre otras.